Inquietudes

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Si las miradas matasen ella definitivamente ya estaría tres metros bajo tierra

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Si las miradas matasen ella definitivamente ya estaría tres metros bajo tierra.

Tan pronto como escucho la voz del hombre su cuerpo salto del asiento colocándose de pie rápidamente alejándose lo más que pudiera del pelinegro, de manera inconsciente comenzó a peinar su cabello con sus dedos de forma ansiosa queriendo dar una imagen presentable, no es que quisiera verse bien frente al hombre, es solo que necesitaba alguna forma de lidiar con su creciente nerviosismo en estos momentos. A diferencia de ella, su acompañante de forma parsimoniosa se levantó de su puesto girandose en dirección a su padre dando unos cuantos pasos hacia adelante bajo la atenta mirada de este.

—¡Bienvenido maestro Geppetto! —Saludo Gemini alegremente al hombre— ¿Ha tenido exito en su viaje?

—Bienvenido de regreso padre —le siguió el de ojos azules con un tono de voz bajo y sereno algo que había llamado la atención de Elizabeth.

El hombre no respondió absolutamente nada, su vista seguía fija en la única presencia femenina dentro de la habitación observando detalladamente sin perder rastro de sus movimientos y eso tenía inquieta a la castaña, estaba consiente de que era linda pero la mirada de ese hombre le provocaba unos escalofríos inminentes. Finalmente Geppetto miro a su hijo aligerando un poco su expresión antes de colocar sus manos sobre sus hombros dándole un sutil apretón cariñoso dedicando está vez su atención a P optando por ignorar a la fémina en la habitación.

—Si, me ha ido bien, gracias por preguntar Gemini, acabo de llegar y no he dudado en buscarte hijo más no creí encontrarte... acompañado —menciona esto último con un tono de voz que no podía ocultar su disgusto— Usted es la stalker que acompaño a mi hijo a algunas de sus misiones ¿No? No hemos tenido tiempo de presentarnos, Giuseppe Geppetto —extiende su mano— ¿Usted es...?

La castaña miro su mano enguantada antes de acercarse de manera dudosa y corresponder el apretón de manos sintiendo el pequeño exceso de fuerza que el hombre uso en el acto.

Si, ella estaba consiente de que no era del agrado del hombre.

—Solamente Elizabeth —corrigio regresandole de vuelta el fuerte agarre— no soy Stalker, solo soy curiosa —respondio sin querer dar detalles.

"Tal vez demasiado" murmuró el hombre.

La fémina sonrió falsamente antes de separar su agarre y ocultar su mano en su bolsillo y simuló mirar la hora en el reloj que no tenía en su muñeca, fingió una expresión de asombro antes de mirar a los otros dos presentes.

—¡Vaya! Miren la hora, es un poco tarde será mejor que me retire además de que estoy segura de que tú padre querrá conversar contigo P —dijo arrepintiendose al instante.

—¿Cómo lo has...? —inquirio el hombre frunciendo el ceño ante el apelativo que ha usado para referirse al muchacho.

—¡Que tengan linda noche! —Le interrumpió abruptamente saliendo de la biblioteca a toda velocidad acariciando sutilmente la mano con la que había saludado al hombre dejando confusos a los otros dos.

El Tic-tac de tu Corazón || Lies Of P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora