Cómo siempre digo, si ven algún error porfis me dicen.
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—¿Te irás? —habia preguntado Eugenie desanimada a lo que Elizabeth sonrió un poco avergonzada— ¿Por que? No tiene sentido, aquí en el hotel es más seguro.
La joven tarareo levemente antes de darle una porción de su desayuno a Spring quien gustosa disfrutaba de lo que le daba la señorita del lazo a escondidas de su madre, era temprano por la mañana, Elizabeth a duras penas había podido conciliar el sueño después del extraño encuentro de la noche anterior, como consecuencia sus ojos estaban adornados con ojeras en señal de lo poco que había dormido, a las cinco de la mañana decidio levantarse y arreglarse hasta quedar lo mas presentable, una vez lista habia bajado y tomado desayuno encontrándose con la muchacha de anteojos llevándolos a la situación actual.
—Tengo mis motivos —respondio vagamente — además me siento un poco mal que todos aquí coloquen su granito de arena y yo prácticamente no hago nada —su acompañante negó antes de reacomodarse sus anteojos.
—Esta bien que sea así, Elizabeth, recuerda el estado en el que llegaste al hotel, si regresas a las calles de Krat puedes salir herida nuevamente ¿Porque no acompañas a P a alguno de sus recorridos? —propuso a cambio— será más seguro.
¿Como le decía que la razón por la que quería irse era por el niño de ojos azules?
Manteniéndose en el hotel era imposible que situaciones como las de la noche anterior o la de la vez pasada se repitieran teniendo en cuenta que muchas veces ella no podía estarse quieta y P tampoco ayudaba dejándose, creyo que podria tener sus emociones bajo control pero Elizabeth preferia irse y ahorrarle problemas al chico con su padre, era lo mejor tanto por el bienestar suyo como el del títere, además de que independientemente de lo sucedido ella ya tenia planeado irse en cuanto su herida sanará.
Estaba sana, era hora de regresar a su rutina.
Estar en el hotel Krat la había mal acostumbrado a las comodidades que le ofrecía, una cama sin manchas de suciedad todas las noches, comida en actas condiciones y una ducha caliente, era realmente bueno no obstante, por muy linda que se viera así misma, Elizabeth sabia que este no era su lugar.
El hotel era cómodo si, pero las calles de Elysium boulevard era su zona y ahí debía estar.
—No hay de que preocuparse —respondio con calma jugueteando levemente con su comida— las marionetas ya no son una amenaza.
—Ya no se muestran amenazantes pero si se acerca lo suficiente le atacarán sin dudarlo —comento la rubia uniéndose a la conversación tomando asiento en la mesa— buen día señoritas —saludo siendo correspondida por las otras dos— ¿Planea irse del hotel? ¿Porqué?
—Eso mismo me preguntó yo —cuestiona Eugenie con preocupación— las marionetas y esos... Monstruos —sacude la cabeza de un lado a otro como si no quisiera pensar en el tema.
