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DIA 25

Un nuevo día transcurría lento y pesado. El teniente Hun tenía una reunión con delegados de las agencias de aeronáutica de diferentes países, entre los más destacados estaban los de Tailandia, Estados Unidos, Japón, Australia, Inglaterra, Francia, India, Israel y China.

Durante horas, estos delegados expusieron sus opiniones sobre toda la información recabada acerca del vuelo 307, desaparecido hacía 25 días. Al ser un caso tan excepcional, donde el avión había desaparecido sin dejar rastro, muchos investigadores no paraban de hacer comparativas con el vuelo 370 de Malaysia Airlines, desaparecido el 8 de marzo de 2014. Desde aquel momento, se inició una operación de búsqueda y rescate considerada la más larga y compleja de la historia de la aviación.

Otros investigadores, por su parte, pedían no realizar tales comparativas para no perder el foco. Sin embargo, las numerosas similitudes entre ambos casos dificultaban ignorar esta conexión. De hecho, varios expertos presentes calificaron al vuelo 370 como

Representante de Malasia: "Un suceso sin precedentes en la aviación moderna."

Representante de Japón: "Uno de los mayores misterios de la historia de la aviación."

Representante de Vietnam: "El mayor misterio de la aviación civil de la historia."

El teniente Hun, al final, les pidió que se ciñeran a las pocas pistas que tenían: los datos basados en observaciones satelitales que mostraban la ubicación y la hora en que el Transpondedor y el ACARS de la aeronave habían quedado deshabilitados. Les indicó que, aunque podían tener otros casos de referencia, no debían dejarse influenciar por ellos, sino buscar un punto medio.

Otra de las dificultades con las que tenía que lidiar era la reticencia de China a compartir algunos datos de información recopilados por ellos. La burocracia de ese país hacía que todo fuera muy lento. El llamado del teniente Hun a los representantes chinos era a que fueran más diligentes a la hora de compartir la información, ya que el proceso que seguían era muy engorroso: de las autoridades aeronáuticas chinas, la información pasaba a manos de sus fuerzas militares y luego al buro político de ese país, donde revisaban y filtraban qué datos podían o no compartir con el resto de los investigadores de la coalición internacional. Para el teniente Hun, esto era desesperante, pero siempre terminaba siendo cortés y diplomático, sabiendo con qué tipo de personas trataba.

Había grandes sospechas de que el avión pudo haber caído en el mar de China Meridional, en el mar de China Oriental o en el mar Amarillo, una zona de muchas disputas sobre la soberanía marina. Varios de los países vecinos acusaban al gobierno chino de marcar las líneas fronterizas de manera indebida para expandir su territorio. Además, estaba la disputa con Taiwán, donde la tensión por una guerra total siempre era muy alta. Disputas geopolíticas mezcladas en medio de la búsqueda de un avión comercial desaparecido era algo simplemente vomitivo, ya que la prioridad debería ser la búsqueda de los posibles supervivientes.

Por otro lado, otros investigadores aportaron nuevas soluciones tecnológicas que podían ayudar a ubicar la posible ruta del avión. Satélites de estudio pudieron conectarse a los teléfonos o dispositivos de entretenimiento dentro del avión durante el vuelo, pero el detalle era que estos datos debían buscarse en bases de datos inmensas, por lo que podrían tardar meses en ser procesados y aportar información útil. Si, era algo positivo para encontrar la aeronave y los cadáveres. Porque para el teniente Hun, eso de esperar que pasen meses para tener esos datos era como darle a los posibles supervivientes una probabilidad nula de sobrevivir

De hecho, estaba bastante preocupado por una tormenta que azotaría varias de las zonas de búsqueda en los siguientes días. Algunos países habían dicho que suspenderían la búsqueda durante esos días, ya que era peligroso para los barcos estar en medio del mar durante esa tormenta. Su punto más álgido solo duraría un par de días, pero esperaba que si había supervivientes, no estuvieran en ninguna de las zonas que serían azotadas.

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