⏳VEINTE

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EMMA

Estuve despierta toda la noche esperando y rogando que regresara para pedirle perdón. Claro que no pienso que sea igual que Jorge y no sé por qué lo dije. Creo que el nunca haber tenido el control de mi vida me hizo ver algo malo donde no lo hay.

Cuando por fin entra en su habitación muy entrada la madrugada, finjo estar dormida, no quiero que me corra de su habitación. Espero para saber su reacción al verme en su cama antes de abrir los ojos, cuando de repente la cama se hunde con su peso a un lado de mí.

Entonces dice algo que cambia todo el mundo como lo conozco.

—Emma, Estoy enamorado de ti.

"Santa mierda" no puedo evitar jadear al mismo tiempo que abro los ojos y me encuentro con los suyos. Son tan oscuros como la noche y su ceño se frunce, sus manos que me rodeaban me suelten de golpe y retrocede.

—estás despierta. —gruñe y puedo ver el arrepentimiento en su tono de voz.
¿Se arrepiente de decir que está enamorado de mí?

¿Lo dijo en serio?

Dios

—te estaba esperando. —lo detengo cuando intenta salir de la cama. Ahora puedo ver que solo está usando un bóxer para dormir. Su pecho está desnudo y casi trago saliva. Me distraigo de lo que quería decir, pero cuando regreso la mirada a sus ojos los veo sufriendo y hago lo único que mi cuerpo me pide a gritos.

Inclino mi cabeza y lo beso.

Al principio se sorprende por lo que hago, se queda quieto mientras yo recorro con mi lengua la unión de sus labios, un segundo después respira pesadamente y me da la vuelta hasta que estoy con mi espalda en la cama y él sobre mí, rodeándome la nuca con su mano y cerniendo su cuerpo sobre el mío.

Abro la boca y su lengua entra, tan experta que me hace gemir con el primer contacto.

Quiero gritarle que yo también estoy enamorada de él, que quiero intentarlo de verdad. Quiero decirle que me ha robado el sueño y la calma. Que nada me sienta bien cuando no está cerca de mí.

Pero no puedo obligar esas palabras a salir. En cambio, digo

—por favor. —rompo el beso y lo miro a los ojos, mi corazón late erráticamente y mi pecho sube y baja con todas las emociones.

—¿qué quieres? —me pregunta evaluando cada rasgo y rincón de mis palabras. Decidida a sorprenderlo y demostrarle con hechos lo que mis palabras no pueden... le digo.

—todo. Te quiero a ti. —cuando digo la última palabra ya se ha roto lo último de su control, se apodera de mis labios y de mi lengua, su mano ahueca mi pecho y usando dos de sus dedos pellizca mi pezón tan fuerte que me hace arquear la espalda. Grito. Dios es tan liberador.

—más —gimo y su boca baja por mi cuello dejando un rastro de calor por donde pasa su lengua. Baja por mi clavícula y se mete a la boca mi otro pecho —¡oh Dios!

Su pecho vibra en mi vientre y siento su risa en todo mi cuerpo. Su mano libre recorre cada parte de mi piel, baja por mi costado y cuando llega mis piernas se demora un poco más, las acaricia. No. Las adora.

Se siente tan bien y no solo en el aspecto físico. Abro mis piernas para él y se da cuenta de que no estoy usando nada debajo de mi usual pijama de seda.

—mierda —gruñe cuando sus dedos tocan mi centro empapado para él. —¿esto es para mí? —levanta su rostro y sé que mira la verdad en mis ojos, pero también se lo digo con mis labios.

—es tuyo. —santo calor, sus ojos se transforman en algo que nunca había visto. Hay fuego, hay posesividad, hay orgullo... hay esperanza.

Después mi bata de dormir desaparece como también lo hacen su bóxer, no puede esperar para penetrarme y yo tampoco quiero esperar más a que lo haga.

En esta vida NO (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora