Parcino

106 3 0
                                    

Me bajo emocionada del avión, tiene todo un año que no veo a Travis, la escuela a la que iré es la misma que la suya, es una preparatoria-universidad, será asombroso poder pasar algo de tiempo con él e independizarme un poco ya que mi madre no me dejaba hacer absolutamente nada en casa.

Cuando por fin lo veo, no sé cómo sentirme. Tiene una estatura Mexicana promedio, de ojos color miel y siempre con una sonrisa, su cabello es castaño claro y al parecer sigue teniendo su trabajado cuerpo. Las chicas lo aman y él lo aprovecha bastante bien si saben a lo que me refiero. Me abalanzo sobre él y lo abrazo fuertemente haciendo que los dos cayésemos al suelo y riamos.

-          ¡Enana! Mírate, si no has crecido nada – dice con alegría.

-          Gordo, ¡cuantos kilos sin verte! – le respondo y de pronto veo una figura atrás. Alto, de ojos verdes, pelo castaño corto y un buen cuerpo, debo de admitir que es realmente atractivo, le veo algunos tatuajes saliendo de su camiseta. Lo miro fríamente - ¿Quién es este parcino?

-          Permíteme, soy James Crawford – le doy mi mano pero el decide darme un beso en la mejilla -  Güey, no me digas que es tu novia, ¿de dónde la sacaste? Porque esta... - continuó relamiéndose los labios y mirándome de arriba abajo. Justo cuando iba a golpearlo un puño se me adelanto y se estrelló contra el estómago del susodicho James.

-          ¡Es mi hermana menor imbécil! No te doy otro más fuerte porque eres  mi mejor amigo.- oh, bueno gracias Travis.

-          ¿Es tu mejor amigo y no le dijiste que por quien venían al aeropuerto era por tu hermana y no una estúpida fácil de esas con las que te acuestas?

-          Verás, hermanita, sólo le dije "acompáñame a recoger a alguien al aeropuerto", el no preguntó nada así que estuvo bien.

-          Si serás idiota – dije negando con la cabeza - ¿Ya nos podemos ir? Tengo algo de hambre - me agarro el estómago y hago un leve puchero.

-          Sí, pero primero... manos – me lo esperaba, le enseño mis muñecas con las palmas hacia arriba - ¿Estas son las viejas verdad? – asentí, que exasperante es esto.

Si, estaba loca y me corté varias veces sin pensar en consecuencias, pero ya lo he superado o eso creo, el punto es que no lo hago desde que Travis me descubrió y me mandaron al hospital. Dado que esa fue una no fue muy grata experiencia, aún recuerdo cuando volví a la escuela con las miradas inquisitivas de todos, no es algo que quisiera repetir.

Nos dirigimos a un McDonald's, una idea bastante elegante de parte de mi hermano, lo peor es que a mí no me gustan las hamburguesas y tampoco puedo comerlas así que sólo pedí unas papas fritas y cuando me las acabé, le robé algunas más a James-maldito-idiota y a mi hermanito, quienes me fulminaban con la mirada cada vez que tomaba una. Cuando acabamos, nos fuimos al departamento, noté que el amigo de Travis seguía con nosotros.

-          ¿Qué tú no tienes casa, parcino? – le pregunté.

-          Esta es mi casa – lo mire incrédula, imagínense, él y mi hermano juntos en el mismo departamento. ¡Nunca podría dormir! Llevando sus conquistas de una noche y siendo algo... ruidosos. – Es maravilloso disfrutar tu último año de preparatoria siendo independiente. Por cierto, ¿Qué mierda es "parcino"?

-          ¡¿Qué?! A ver, vamos lento que mis escasas neuronas funcionales no alcanzan para tanto. Lo primero y más importante, busca parcino en google y averiguarás muchas cosas. Segundo, viviremos juntos – me guiña un ojo pero lo ignoro, apenas están sanando mis nudillos de la última vez que golpeé a alguien – Y eres mejor amigo de mi hermano siendo menor que él ¡Oh! Aparte, vives sólo aun sin entrar a la universidad.

No debería enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora