Epílogo

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Donghyuck

Enderecé mi pajarita mientras me miraba en el espejo. Jeno había reemplazado la que se destruyó cuando Jungwon me golpeó con una caja entera de pajaritas de George Neale, pero esta era mi favorita. Era seda de damasco dorado con fondo rojo. Combinaba perfectamente con mi camisa de vestir blanca y el suéter rojo con  botones.

—¿Listo, bebé? —Preguntó Jeno mientras entraba a nuestro dormitorio.

Me había mudado por completo después del incidente del restaurante hace tres semanas. No parecía tener sentido no hacerlo. Estaba enamorado de Jeno y él estaba enamorado de mí.

Ahora era el momento de conocer a mis padres.

—Casi. —Me acerqué y me senté a un lado de la cama y luego busqué mis zapatos. También eran nuevos.

De hecho, Jeno me había comprado un guardarropa completamente nuevo. Había discutido hasta que Jaemin me explicó que era un reflejo de Jeno y que si parecía que no estaba usando ropa de la mejor calidad, entonces la gente comenzaría a dudar de que Silver Spoons Inc. pudiera hacerles ganar dinero.

Lo que sea.

Saqué un nuevo guardarropa.

—¿Terminaste de hablar con el Agente Taemin? —Pregunté mientras me ponía los zapatos.

—Yo lo hice. —Jeno se metió las manos en el bolsillo y se apoyó en el marco de la puerta. —Con la evidencia que le dimos más la grabación que hizo Jaemin, pudieron reabrir los casos de Sehun y Choi. Sehun está muerto, así que no hay nada que puedan hacer por él. Choi, por otro lado, una vez que vio lo que el FBI le tenía encima, empezó a cantar como un pájaro. Enterró a Seungyeon, Jungwon y Jaebum.

Jeno había dejado de referirse a la mujer como su madre y comenzó a llamarla Seungyeon. También había tomado una orden de restricción en su contra, impidiéndole tener contacto con él, incluso a través de un tercero.

—Sí, que Jungwon estuviera involucrado fue sorprendente. Ni siquiera sabía quién era hasta que me lo dijiste.

—La familia Jung está arruinada, —dijo Jeno. —Seungyeon pudo convencer a la madre de Jungwon, Hyoyeon, de que aceptara el plan porque no quería que nadie supiera que la familia vivía de las apariencias. Ella convenció a Jungwon de que lo hiciera comenzando una aventura con él.

Ella parecía hacer eso mucho.

—¿Sabes la única cosa que no entiendo? 

—¿Qué es eso, bebé? 

—¿Por qué enviarte todas esas fotos de ti teniendo sexo con gente? ¿Qué se suponía que lograría eso? 

—¿Notaste que no había fotos de Sion allí? 

No lo había hecho, pero como sea.

—De acuerdo con lo que el agente Taemin pudo saber cuando interrogó a Seungyeon, ella envió las fotos para evitar que durmiera alrededor. Si estaba preocupado de que me chantajearan, me impediría estar con nadie más que con Sion. Aparentemente, porque no había fotos de él, se suponía que debía pensar que era seguro dormir con él.

Bien, ahora tenía sentido.

—En ese momento ella planeaba poner a Sion en juego para que me casara con él.

Sonreí mientras me ponía de pie. 

—Supongo que esquivaste una bala allí, ¿eh?

—Yo lo hice.

—Entonces, ¿qué va a pasar ahora? 

—Bueno, convencerán a Seungyeon de que se declare culpable o tenga un juicio. Personalmente, creo que aceptará un trato porque realmente no quiere que todos sepan lo perra que es, pero tal vez  quiera el juicio así ella puede intentar convencer a todos de que es inocente.

Jadeé.

—¿Crees que ella puede? 

Jeno resopló. 

—No con esa grabación que tomó Jaemin. 

Sí, había sido un golpe de suerte. También explicaba por qué Jaemin había estado tan callado todo el tiempo. No había sido miedo.

Estaba grabando todo lo que pasó.

Jeno se apartó del marco de la puerta y caminó hacia mí. Se detuvo justo frente a mí y luego estiró la mano para tirar de mi pajarita.

—No creo que pueda convencerte de que te quedes en casa y te desnudes excepto por la pajarita.

Por mucho que me gustó esa idea…

—Vas a conocer a mis padres, Jeno.

Jeno gimió cuando su cabeza cayó sobre la mía.

—Quiero que te conozcan, Jeno. Una vez que les dije quién eres, supe que empezarían a investigarte. Quiero que conozcan a tu verdadero yo, no el playboy que aparece en las redes sociales.

—Todo lo que necesitan saber es que soy tu playboy.

Sonreí mientras levantaba la cabeza para poder mirar sus ojos marrón moka. 

—Sí, tú lo eres.

Y él lo era.

 






FIN








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