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Jimin realmente detestaba a su padre, no era alguien a quien quisiera tener cerca, su madre por otro lado era la luz de sus ojos, por ello siempre intentaba no sacar a su padre de sus casillas, su madre parecía quererlo, así que el fingía tenerle el mismo cariño, no era nadie para juzgar el pésimo gusto en hombres que tenía la mujer, no cuando él tenía el mismo mal gusto pero al menos lo tenía asumido y por eso hacia todo lo posible para evitar tener pareja, a sus veintiún años, esperaba morir solo y sin pareja, no vaya a salirle peor que su padre, era mejor no arriesgarse.

Y Jimin realmente no haría algo que alterará la paz de su hogar, hasta que llegó a este y vio a su padre con otra mujer.
Lo perdió, no recuerda mucho de ello, pero sabe que tiro a la mujer al piso, la hubiera tomado del cabello para arrastrar su cuerpo fuera de su hogar pero el hombre que ayudó a engendrarlo fue un impedimento. Sabe que hubieron algunos golpes y groserías antes de que saliera molesto de la casa, iba camino al trabajo de su madre la última vez que estuvo consciente de él y de su entorno, luego abrió los ojos en una camioneta y no sabia donde estaba pero podía escuchar algunas palabras.

Cuando el vehículo se detuvo término de tomar conciencia y se dio cuenta de un agudo dolor en su cabeza, además de eso sus manos parecían estar atadas.

-Deberían haber usado otra camioneta.

-Era la única disponible señor.

Escucho la puerta ser abierta y al no ver nada noto que tenía una bolsa en la cabeza, su mente comenzo a hacer mil teorías y ninguna era buena. Una mano se poso en su hombro y por el susto se alejo de esta-. Parece que esta despierto, llevenlo a una habitación del sótano.

Esta vez fueron un par de manos que lo sujetaron y aunque quiso no pudo alejarse demasiado, su cabeza dolía y su cuerpo estaba entumecido, debió de haber estado inconsciente un par de horas al menos.

Quien lo llevaba definitivamente no fue cuidadoso, mucho menos al bajar las escaleras, sentía que su cabeza se iba a desprender de su cuello si seguía así un minuto más, casi suspiro de alivio cuando fue dejado sobre una silla pero toda su comodidad se borro cuando sintió una soga ser envuelta en su cuerpo. Al ser más consiente de su situación sus ojos comenzaron a arder avisando de las próximas lágrimas, tenía miedo de lo que sea que fuera a pasar, no sabía dónde estaba, no quienes eran esas personas pero seguro no era nada bueno, claramente no, estaba siendo secuestrado, en ningún lugar sería algo bueno.

-Vayan por mi padre, yo me quedaré a vigilar-. Unos pasos se escucharon y luego una puerta se cerró, Jimin se asustó aún más-. ¿Estas despierto?-. Quiso responder que no hasta que se dio cuenta que eso sería estúpido, los nervios no lo dejaban pensar bien-. Voy a quitar la bolsa, si te mantienes tranquilo soltarte tus manos.

Se quedó quieto, no porque quisiera que lo soltaron, sino porque estaba asustado.

La bolsa fue retirada de su rostro y parpadeo unas cuantas veces para acostumbrarse a la luz, cuando lo hizo y vio al hombre frente a él volvió a cerrar sus ojos por el miedo, tenía sangre en su ropa, y claramente no era su sangre-. Eh, tranquilo, no te haré nada Jimin.

El rubio quiso largarse a llorar, que supiera su nombre le demostraba que no estaba ahí por una simple confusión como ilusa mente quiso creer-. ¿Que hago aquí...?-. Pregunto a penas, no quería saber donde estaba, claramente no en un lugar seguro.

-El señor Park nos contrato para quitarte de su camino, lo lamento.

Sus ojos se abrieron, ¿su padre era el responsable de que estuviera en ese lugar?
Antes de que pudiera hacer más preguntas unos pasos se escucharon del otro lado de la puerta y él hombre con sangre sobre él se alejo, algo cambio en su semblante y Jimin se asustó más de él.
La puerta se abrió y entró un hombre algo mayor junto a otro más joven, seguramente él era el padre que el moreno había mandado a buscar.

Flor De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora