VII.

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El camino de regreso al cuartel fue todo un reto para Jimin, estaba ansioso, miraba hacia atrás cada ciertos minutos, hacia los lados como si algo fuera a aparecer y atacarlo de la nada, incluso mirando hacia delante se veía temeroso, tal vez imaginando que la tierra se abría y los tragaba, estaba un poco paranoico así que al llegar casi juro que no volvería a salir, casi pero no lo hizo por qué sabía que Namjoon tarde o temprano lo sacaría y el no quería tener que cortar su meñique.

-Ve a la habitación, organizare unas cosas, y Jimin-. Namjoon pensó unos momentos, suspirando de manera profunda-. Te daré una orden, ¿Bien?-. Asintió esperando, se había acostumbrado a que Namjoon lo mandara así que no sería dificil, nunca le pedía algo imposible después de todo-. Recuerda que aquí estas seguro, así que pase lo que pase mantén la calma.

-Bien.

El mayor se alejo y solo se quedo mirando su espalda, sabía que ahí estaba seguro así que no entendía el por qué Namjoon se lo había repetido pero lo agradecía en su interior, que Namjoon se preocupara de si estaba asustado era lindo.
Camino hacia el interior del lugar y cuando estaba pasando por la puerta del sótano esta se abrió, alguien a quien no alcanzó a ver lo jalo hacia abajo, el pasillo estaba oscuro y antes de que pudiera gritar cubrieron su boca con algún tipo de cinta adhesiva, otras manos lo sujetaron y comenzaron a tirar de él, se tropezó un poco con las escaleras y estuvo cerca de caer varias veces al no ver por donde pisaba, quienes lo sujetaban se detuvieron y lo empujaron con fuerza, haciéndolo caer al suelo, una puerta sono detrás de el y unos pasos se alejaron.

¿Que acababa de pasar?

Quito lo que le pusieron en la boca y apretó sus labios para evitar gritar por el ardor que quedó sobre sus labios.

Miro a su alrededor algo nervioso, estaba en una de las habitaciones donde la gente no volvía a salir a menos que fueran del grupo, era peligroso para todos los demás y por desgracia el era del último grupo, suspiro frotando sus manos, pensando unos momentos antes de moverse, prefirió no levantarse para no tropezar con algo y volver a caer, se arrastró por el lugar hasta la pared, donde buscó a ciegas la puerta, intento abrir la pero estaba cerrada, no entendía lo que estaba pasando, hasta hace poco nadie en aquel lugar tenía algo en su contra.

Respiro profundo para relajarse y se quedó apoyado contra la puerta, el ruido de fuera se distinguía bien así que supo cuando volvieron a bajar.

-No estoy seguro de que sea buena idea, Kim nos matara-. Era un hombre, claramente, él pequeño grupo de mujeres que trabajaba allí no estaban desde hace unos días, sabía que estaban celebrando una despedida de soltera.

-Tenemos tiempo, esta ocupado con lo de la seguridad-. Aquella voz la conocía, la recordaba de algún lugar.

-Sé que su puta es atractiva pero no creo que lo valga.

-Vamos, sera mi venganza por la golpiza de aquella vez, se lo tiene ganado-. Reconoció entonces al tipo, era al que Namjoon había golpeado porque le tocó el trasero-. Seguro Kim ya lo dejó algo usado pero aún debe de apretar bien-. Sintió su pulso aumentar cuando la puerta comenzo a ser abierta, abrazo sus piernas e intento hacerse pequeño en un rincón de la habitación.

-Sabes, yo no voy a morir por cubrirte, muérete solo, no me agradas tanto para esto.

-Oh vamos, no te eches para atrás ahora, luego te dejaré la puta-. La puerta volvió a cerrarse y los pasos se alejaron, le alegro saber que al menos tenía un poco de tiempo, al parecer ese tipo no era tan idiota para hacer algo solo.

Tomó el pomo para ver si por accidente la habían dejado sin cerrar pero no abría, estaba atrapado. Jalo su cabello y pensó en gritar por el mayor pero Hoseok le había dicho que el sótano era insonorizado, el mismo jamás había escuchado los gritos de las personas que bajaban y no volvían a subir, tenía que hacer algo.

Flor De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora