Marcos tiene que ayudar a la familia de su mejor amigo a volver a sus cuerpos reales, sin saber que posiblemente ese problema desencadenaría un amor adolescente
Estába destrozado, fuí a la casa de mi mejor amigo para ver por última vez su habitación. Sus padres se iban a mudar para olvidar la situación de mierda que estaban viviendo.
Entré a su habitación y vi sus pósters, figuras de acción, ropa, tenis..
Lo extraño mucho. Seguí recorriendo la habitación hasta que un carraspeo me llamó la atención.
— Encontré esta carta, al parecer es para ti, Wyatt —
La agarré para empezar a leerla.
Querido Wyatt
Es la primera vez que escribo una carta y posiblemente la última. Te juro que si le dices a alguien sobre esto te voy a matar con mis propias manos.
Mentira.
No tengo las agallas para decirte lo mucho que te quiero.
Este día es navidad, te ví con Ariana y te juro que mi corazón se rompió en mil pedazos. Ver cómo menospreciabas el suéter que tanto trabajo me costó conseguir y el abrazo que le diste.
Espero que en un futuro pueda demostrar mis sentimientos y poder ser feliz a tu lado.
Te amo Wyatt, pero no eres mío.
La primera vez que te vi supe que estaría a tu lado pase lo pase.
Y eso hice, nunca me arrepentiré de haber estado contigo esas veces que llorabas porque Hunter te molestaba o cuando me hacías la tarea a cambio de defenderte, sinceramente lo haría gratis pero tenía que aprovechar.
Espero que seamos felices en un futuro, y si no es así, se feliz.
Cuídate, Wyatt.
Gracias por ser mi amigo.
Marcos-
Lágrimas salían de mis ojos mientras abrazaba la carta, mi mejor amigo estaba enamorado de mí y nunca me di cuenta.
Los papás de mi amigo me veían algo tristes para después decirme ya era hora de irme.
Vi por última vez la casa para después marcharme con lágrimas en los ojos.
En esta casa no existen fantasmas, son puros recuerdos, de tiempos ajenos, de buenos momentos..
