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1 mes.

Un maldito mes lleno de intentos de hablar con el estúpido nerd, un maldito mes lleno de alejamientos y huidas por parte del idiota, parecía querer evitarlo a toda costa.

Efectivamente, habían transcurrido 30 días desde su regreso, 30 días en los que sucedieron algunos cambios significativos a pesar del corto período de tiempo.

Aún con el poco tiempo transcurrido el peliverde fue capaz de sobrellevar absolutamente todo pero ¿Fue fácil? Por supuesto que no pero no tenía otra opción, el tiempo no se detendría solo por el hecho de sentirse de esa manera tan horrible, el tiempo no se detendría por sus dolencias y mientras él se lamentaba en su habitación sus compañeros se estaban volviendo cada día más fuertes, aún circulaba por su mente la duda de querer convertirse en un héroe pero mientras no tuviera una respuesta certera entonces no podía permitirse quedar atrás, no podía darse el lujo de sumergirse en su tristeza mientras sus amigos daban lo mejor de sí mismos.

Eventualmente su ánimo mejoró durante esos 30 días pero no de una manera exorbitante, sin duda le llevaría mucho tiempo volver a ser aquél chico carismático porque ¿Quién se recupera completamente de la noche a la mañana después de vivir algo tan traumático sin ningún tipo de ayuda? Por supuesto que nadie y él no era la excepción.

También habia mejorado en cosas relativamente sencillas como mantener conversaciones con sus amigos, mantener el contacto visual y la mejor parte era que el dolor había desaparecido casi por completo al igual que todas las marcas en su cuerpo.

Pero nada era igual en ningún aspecto, se había vuelto más precavido, más astuto, estaba más alerta y a pesar de que no le gustaba el contacto físico aprendió a tolerarlo un poco.

Algunas veces tenía alucinaciones por la mañana en las cuales aparecía de nuevo en aquella gigantesca bodega abandonada con esos sujetos robustos y algunas otras veces sus alucinaciones eran con el cenizo, aparecía sin razón aparente en aquella vacía habitación con una pesada y fría cadena de metal que rodeaba su cuello con firmeza pero todo terminaba de la misma manera, siempre terminaba con una gran sensación de vacío en el pecho que daba paso a las lágrimas, lágrimas que se convertían en sollozos y al final siempre era lo mismo, siempre sollozaba en su habitación en completa soledad, sin alguien que lo escuchara, sin alguien que lo consolara, sin alguien que le dijera que todo estaría bien.

Le tomó más tiempo del que hubiera querido descubrir que solo bastaba cerrar sus ojos y contar hasta 10 para que todo se desvaneciera pero ciertamente eso no lo ayudaba a mejorar su estado de ánimo en lo absoluto.

Por otro lado, Bakugo aprovechaba cada oportunidad que tenía para intentar hablar con Izuku con la intención de saber qué había sucedido pero nunca lo logró, otros compañeros e incluso sus amigos le preguntaron lo mismo pero simplemente cambiaba de tema inmediatamente, todos sabían que algo le había ocurrido por su manera de actuar pero eso se fue arreglando con el paso de los días.

Por otra parte, All Might lo buscaba y pasaba tiempo constantemente con el peliverde, le hacía preguntas sutiles con la intención de que se abriera con él pero ciertamente tampoco tuvo éxito.

Mientras tanto estaba trabajando la mayoría del tiempo con Aizawa para tratar de averiguar la identidad de su agresor pero no podían llegar muy lejos si Izuku se negaba a hablar.

All Might: Esto no está funcionando - Le dirigió una mirada a Aizawa.

Aizawa: Lo sé, pero es lo único que podemos hacer por el momento. No tenemos pistas, no tenemos nombres, no tenemos descripciones, no tenemos nada - Hundió su rostro entre sus manos, estaba frustrado.

¡Detente, Kacchan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora