Capítulo 37

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⛔️⚠️Advertencia. ⚠️ ⛔️

Este capítulo incluye temas sensibles, como la violencia doméstica y problemas de salud.

Estos temas se abordan con el mayor respeto y seriedad posible, con el objetivo de reflejar la complejidad emocional de los personajes.

Mi intención al tratar estos asuntos es ofrecer una representación auténtica y consciente, sin ánimo de ofender ni perjudicar a nadie.

Recomiendo a los lectores que tengan en cuenta estos temas delicados y que procedan con discreción.

Agradezco su comprensión y empatía hacia el tratamiento de estos temas.

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Juliette's POV







Luego de la... interesante parrillada en casa de Pascale, cada uno volvió a su casa. Una vez que estuve en la mía, dejé caer mi bolso en el sofá y me dirigí directamente a la cocina. Aún con una mezcla de emociones por todo lo que había pasado en las últimas horas, decidí que una copa de vino era justo lo que necesitaba para calmarme.

Mientras vertía el vino en una copa, no podía evitar recordar los momentos en el baño con Charles. La forma en que su toque había despertado todos mis sentidos... Sacudí la cabeza, intentando apartar esos pensamientos. Necesito relajarme, pensé, no seguir torturándome.

Tomé un sorbo de vino y me dejé caer en el sofá, suspirando profundamente.

La casa estaba demasiado silenciosa, un marcado contraste con la risa y el bullicio de la familia Leclerc. Aunque había sido un día lleno de emociones, me di cuenta de lo mucho que disfrutaba estar rodeada de su energía.

Apoyé la cabeza en el respaldo del sofá, mirando al techo. ¿Qué estamos haciendo, Charles? Me pregunté en silencio.

Martini me sorprendió subiéndose al sofá, como si supiera que necesitaba su compañía. Lo había extrañado mucho. Me incliné para acariciar su suave cabecita, sintiendo un poco de consuelo en su presencia.

—Hola, mi cielo—dije con una sonrisa cansada—. Estoy algo cansada para que juguemos, pero ¿quieres ver una película de Disney?—

Martini ladró como si estuviera de acuerdo, moviendo su cola de un lado a otro con entusiasmo. Me reí, negando con la cabeza. Ver películas de Disney era algo que siempre me había gustado hacer sola, un pequeño escape a mi niñez. Pero hoy, compartir ese momento con Martini parecía perfecto. Encendí la televisión, conecté la película y elegí "El Rey León".

Me acomodé en el sofá con Martini a mi lado, sintiendo su calor contra mi pierna. Mientras la música de apertura comenzaba, me encontré cantando suavemente con la banda sonora, recordando cada palabra, cada emoción que esta película siempre me había provocado. Martini, al ver mi entusiasmo, se unió a mí, ladrando alegremente cada vez que levantaba la voz.

A medida que la historia avanzaba y Simba y Nala se reunían, mi teléfono vibró sobre la mesa, iluminando con un mensaje de Charles. Lo miré de reojo mientras continuaba cantando.

"Llegué a casa hace menos de una hora y te extraño. ¿Qué haces?" decía el mensaje de Charles.

Reí para mis adentros, bajé el volumen de la televisión y comencé a teclear una respuesta. —"¿Me creerías si te digo que estoy viendo y cantando El Rey León con Martini, mientras tomo una copa de vino?"—

The Longest Race 2 • (Charles Leclerc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora