The Longest Race 2 • (Charles Leclerc)

Capitulo 40

Charles' POV

—¿Qué tal, hermano?—salude a Arthur apenas me abrió la puerta de casa.

—¡Charles! —respondió con una sonrisa, dándome un abrazo rápido— ¡No puedo creer que estás aquí! O aunque ahora que lo pienso, no me resulta tan extraño sabiendo que hoy es el cumpleaños de Julie, pero ¿cuando llegaste? Pensé que estabas en...—

—Sí, sí, en Holanda, lo sé —lo interrumpí con una sonrisa, entrando a la casa y dejando mi maleta cerca de la puerta—. Llegué esta mañana temprano, quise adelantar mi vuelo. No iba a perderme el cumpleaños de Julie por nada.

Arthur me observó con una ceja levantada, cruzándose de brazos. —¿Y se lo dijiste ya? ¿O planeas sorprenderla más tarde?

Negué con la cabeza, sonriendo. —Todavía no. Quiero aparecer de sorpresa cuando termine su turno en el Hermitage. Sabes cómo es con el trabajo, siempre tan enfocada, pero hoy quiero que se relaje.

Arthur rió. —Eso va a ser un reto. Julie vive para ese restaurante, no va a ser fácil sacarla de ahí.

—Por eso vine preparado. —Saqué mi teléfono, mostrando el mensaje que tenía listo para mandarle cuando llegara el momento—. Y si no, siempre me queda la opción de aparecerme por sorpresa.—

—Me parece bien, Charles— coloca una mano sobre mi hombro— Sabes, mamá fue con Charlotte y Lorenzo al centro para comprarle un regalo a Julie.—

—¿De verdad? —dije con una sonrisa, imaginando a mi mamá y Lorenzo buscando algo especial para Julie. Sabía lo mucho que la querían.

Arthur asintió. —Sí, desde temprano. Mamá no podía decidirse entre algo clásico o algo más moderno, ya sabes cómo es. Charlotte está ayudando con eso.

—Espero que encuentren algo que le guste. Aunque, conociendo a Julie, lo que más le importará será el gesto.

Arthur me miró divertido. —Eso es verdad. Ella siempre ha sido así, ¿no? No es de las que se impresionan fácilmente con cosas materiales.

—Exacto —asentí, guardando el teléfono en el bolsillo

—Entonces, ¿qué tienes preparado? —preguntó Arthur, acomodándose en el sofá con una expresión de curiosidad.

Me dejé caer en el sillón frente a él, esbozando una sonrisa cómplice. —Bueno, ya que las familias probablemente se reúnan para una cena, he pensado en aprovechar eso. Sé que todos querrán celebrar con ella, así que no quiero interrumpir demasiado, pero después de la cena tengo algo especial planeado.

Arthur arqueó una ceja, intrigado. —¿Algo especial? ¿Vas a decírmelo o es una sorpresa para todos?

—Es una sorpresa para Julie, pero como tú me vas a ayudar, supongo que puedes saberlo —dije con un guiño—. La idea es llevarla a un lugar que significa mucho para los dos. ¿Recuerdas aquella pequeña playa a la que solíamos ir de niños? Quiero llevarla allí, solo nosotros dos, y pasar la noche bajo las estrellas, lejos de todo el bullicio.

Arthur asintió, sonriendo. —Me gusta la idea, es algo íntimo y especial. Pero, ¿cómo vas a sacarla de la cena sin que sospeche nada?

Saqué el teléfono nuevamente, mostrando el mensaje que había preparado. —Le diré que tengo una sorpresa para ella, y que debe confiar en mí. Con suerte, eso será suficiente para que me siga sin hacer muchas preguntas.

—Eso suena bien, pero sabes cómo es Julie —rió Arthur—. Le encanta saber cada detalle. Aun así, creo que va a gustarle mucho.

—Eso espero. Quiero que sepa cuánto significa para mí. Después de todo lo que hemos pasado, creo que se merece un cumpleaños que realmente la haga feliz.