Café

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Eran cerca de las 11:00am, un silencio reinaba en la casa hasta que el sonido de un auto se escuchó estacionarse frente a la entrada.

Brenda con su pijama negra se encontraba sentada en la silla del comedor, con una pierna sobre la otra. Salió del trance en el que se mantuvo unos segundos atrás. Volteó hacia la puerta esperando que esta se abriera y a la vez no.

- Hola... - Saludó Elisa inexpresiva.

- Hola... - La pelinegra veía a su novia ingresar con un bolso deportivo haciendo juego con su pants y gorra moradas. - Eli, creo que necesitamos hablar...

- Ah... ¿Ahora quieres hablar? - Pronunció tranquila e irónicamente, mientras se quitaba la gorra y hoodie sin dirigirle la mirada.

- A ver Elisa, si te lo estoy pidiendo es por algo. Jamás he puesto en duda lo que haces, pero ¿desde cuándo vas al gimnasio tan temprano y te bañas allá?. Mínimo una nota o un "amor, ahorita vengo, voy al gym" ¿o algo? Ya son varios días que...

- Porque no quiero despertarte... O últimamente molestarte, no sé.

- Claro que no! ¿Por qué piensas que me molest...

- ¡Pues no lo sé! - Interrumpió mirándola a los ojos directamente por un par de segundos - Últimamente ya no sé que pasa... No sé que pensar, no sé que hacer... - desvió la mirada - toda mi estructura se fue al carajo y parece que nada de lo que hago es suficiente...

- Elisa, a ver, no... - se levantó de su asiento acercándose lentamente a su novia- ¿Por qué piensas eso?

- ¿Sabes qué Bren?... - levantó su palma frente a ella deteniendo el avance de la más alta - Estoy cansada, desvelada, y hasta podría decirse que un poco harta de jugar a la adivina, de estar con el pendiente de si quieres estar conmigo ahorita y al rato ya no, de tratar de buscar respuestas que simplemente no me vas a dar y tampoco te voy a pedir, ya no... Yo... - tomó sus llaves y se dirigió a la puerta - Te veo al rato.

- No! Eli! Ven para acá, tenemos que hablar - intentó frenarla en un intento de alcanzar su mano - ¿a dónde vas?, justo por eso yo...

- Voy con Lendaly por el VR - apartó el brazo - regreso más tarde.

- Elisa!

- Te veo al rato. - Cerró la puerta abruptamente.

La chica DeVil mantuvo una mano en la cintura y otra en su frente. ¿Qué había pasado? Usualmente la castaña no habría evitado una conversación, pero está vez se mostró incluso a la defensiva, tal cual huyendo sin mirar atrás.

+Quedando en compañía del silencio nuevamente, se dirigió al clóset de su recámara con los ojos llorosos, buscando su cofre de madera que resguardaba lo más preciado para ella.

Éste se encontraba en la esquina más alta del mueble y, al intentar tomarlo, resbaló de la escalera cayendo al piso violentamente, haciendo que la puerta corrediza se desplazara a tope de la pared, dejando al descubierto una maleta deportiva negra que no había visto antes.

Extrañada del hallazgo, la abrió dándose cuenta que contenía únicamente pertenencias de Eli: ropa, viniles, objetos de aseo personal, un par de tennis, un álbum de fotos de la infancia, la nintendo Switch, la fotografía icónica de su beso en el Pride 2024 y... El VR de Lendaly.

Sorprendida cerró la maleta de tajo, dejando que sus emociones resbalaran por sus mejillas...

Elisa la dejaría.

Nelly se lo advirtió, ella no merecía estar con la angustia de su titubeo al no decirle la verdad, lo que sentía, sus confusiones, sus miedos, la nueva decisión que había tomado que cambiaría la vida de ambas.

Abrió el cofre, y de su interior tomó con cuidado la hoja azul doblada en 6 partes que, en un instante, pasó a ser una bola de papel arrojado con odio a la pared.

Llevó sus rodillas al pecho sentada al pie de la cama, abrazando sus piernas y dejando libre el llanto que la ahogaba.

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- ¡Elisa Galina!

- Soy yo. - La Geek Lesbian agradeció al chico de Starbucks por su bebida y salió a la terraza del lugar.

Se preguntaba si el sabor del café podría superar al del amargo momento que vivió hace unas horas:

~ ¿Qué caso tenía mantener una vida en pareja con alguien que no disfrutaba su compañía? Si ella dejó de amarme ¿Por qué me niego a aceptarlo? ¿Por qué me lastimo prolongando esto? ¡Solo tengo que aceptarlo carajo! ¡Ya Galina! Sólo afróntalo... ~

La ojiverde se había sumergido en un mar de pensamientos, que se vió interceptada por el estruendo de un relámpago. Denotó su ansiedad con la marca de sus dientes en el vaso y sus uñas golpeteando sobre la mesa. Tomó su último trago y se dirigió a la barra antes de partir.

+ En el trayecto sólo imaginaba los posibles escenarios al llegar a casa, volteó a ver el portavasos del auto con el par de bebidas y al regresar la vista al húmedo asfalto, dió un volantazo al cegarse con las luces de la camioneta que venía a contrasentido, provocando que el auto diera un giro de 360 grados, rebotando levemente contra el muro de contención.

La afectada respiraba con inquietud mientras palpaba su cuerpo, asegurándose que su integridad no se viera dañada, así como de que la unidad se encontrara en buenas condiciones para continuar su camino. Favorablemente, así fue.

Al llegar a su hogar, dejó los vasos sobre la mesa y se dirigió a la habitación buscando con urgencia a su novia.

-¡Amor! - se agachó para quedar frente a ella.

- Pensé todo este tiempo que mis ideas y mis proyecciones a futuro eran claros, pero no... - levantó la mirada para observarla - Nos veía a las dos juntas, solo tu y yo, y sé que también tenías planes para nosotras. - apartó las lágrimas de su rostro - Reconozco que mi confusión te ha hecho sufrir... He he estado pensando las cosas, y que no ha pasado mucho desde que decidimos juntarnos, pero...

-¡No Bren! ¡Basta!... Ven, te traje un café, sólo olvidemos esto y ya. - la pálida mujer se levantó de inmediato, invitándola a hacer lo mismo extendiéndole la mano - En verdad no quiero escuchar nada, solo sentémonos a tomar el fuckin' café y que pase lo que tenga que pasar.

- Elisa, todo cambia y yo cambié... esto es importante y tienes que saberlo, ya si decides que no puedes con la idea y me mandas a la chingada, respetaré tu decisión.

-¡Arriaga ya! Estoy harta, ya no sé que hacer, sólo... ¡Ahh! - Se dirigió al clóset. - No... Ya... - la castaña se cubrió la cara con ambas manos al ver que dicha maleta negra estaba a primera mano, y parte del clóset desordenado. - ¿Es en serio Arriaga? ¿Que hacías en el clóset?... ¿Ibas a...

- Mira, si ibas a dejarme... - dijo en tono de reproche.

- ¡¿A dejarte que?! ¿De querer como tú a mí? - interrumpió.

- ¡Ay puta madre! ¡Sólo escúchame!

- ¡Ya no puedo con esto Brenda! - tomó la maleta y abandonó el sitio repentinamente.

- Elisa, por favor no...

La bisexuala lloró hasta quedar dormida abrazando la almohada, sintiendo el frío del vacío a un lado de la cama y de su corazón.

La chica de hoodie Swifty volvió al auto.
Comenzaba a tener un ataque de ansiedad: su respiración agitada, la vista nublándose, sus manos sudadas y temblorosas.

Se desvaneció entre la lluvia.

- B-Bren...da...




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SEMPITERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora