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Capítulo 9: Tijeras Bordadas

Con los ojos cerrados, Cui Yan sintió tranquilamente la calidez de la mano de Wen Lian. Parecía que en cualquier momento, la mano de Wen Lian siempre estaba caliente.

Escuchó la voz ansiosa de Wen Lian pidiéndole a Wen Yu que cerrara rápidamente la puerta.

Después de un momento, Wen Lian lentamente retiró su mano. Una tenue luz iluminó su vista. Cui Yan aún mantenía los ojos cerrados y preguntó suavemente: "¿Qué pasó hace un momento, papá?"

Wen Lian tenía un poco de sudor en la frente y parecía algo incómodo. "No pasa nada; solo entramos en la habitación equivocada. Abre los ojos."

Al recibir el permiso de Wen Lian, Cui Yan finalmente abrió los ojos y tomó su mano preguntando: "¿Dónde está nuestra habitación?"

"Está...?" Wen Lian miró hacia Wen Yu.

Este último se rasguñó la cabeza y dijo: "No lo sé; seguramente estos tipos confundieron mi habitación. ¡Voy a buscarlos!"

Wen Lian lo detuvo: "No discutas con ellos; solo aclara que queremos cambiar de habitación. Venimos aquí para encontrar a alguien..."

Mientras hablaban, Cui Yan miró alrededor y observó el segundo piso.

En el segundo piso había un hombre pálido vestido con una túnica negra que lo miraba fijamente.

Sus miradas se encontraron, y Cui Yan desvió la vista hacia Mao Dou diciendo en voz baja: "¿Recuerdas cómo era el hombre que llevó a Jian Dao?"

Mao Dou trató de recordar y dijo: "No vi al eunuco, solo recuerdo que sus padres llevaban dos abrigos de color índigo, y también había alguien que se dice que fue enviado por ese eunuco para recoger a Jian Dao..."

Al escuchar esto, Cui Yan dijo con indiferencia: "¿Tenía la cara muy pálida, como si estuviera cubierta de polvo?"

Mao Dou asintió con entusiasmo al escuchar esa descripción adecuada.

Cui Yan entendió.

Después de la castración, los eunucos en el palacio no podían controlar sus excreciones y emitían un olor desagradable, por lo que solían aplicarse polvos aromáticos. El eunuco encargado en el palacio de su madre a menudo se ponía un poco de polvo blanco en la cara.

(Comentario de la traductora: wakala, según google, con un cuchillo les quitaban bien de raz todo, y e refiero a todooo, quedaban planitos...)

Miró hacia el hombre en el segundo piso que lo observaba fijamente, o más bien, al eunuco que lo miraba. Después de un rato, Cui Yan desvió la mirada.

Ese eunuco no le era muy familiar; no debería ser reconocido. Lo más importante es que todos sabían que él ya estaba "muerto", que había muerto en un incendio en el templo Yuan Tang.

Tiró suavemente de la manga de Wen Lian. "Papá."

Wen Lian volvió en sí y se inclinó hacia él. "¿Qué sucede?"

"Hay alguien en el piso de arriba que me está mirando fijamente," dijo Cui Yan en voz baja.

Wen Lian se detuvo por un momento. Después de un rato, miró de reojo y efectivamente vio a un hombre con la cara pálida, vestido con una túnica negra, de pie con los brazos cruzados en el segundo piso.

Su espalda estaba encorvada, como si ya estuviera acostumbrado a esa postura, y cuando miraba a otros, mantenía la cabeza baja.

Había visto fragmentos de eunucos buscando hijos adoptivos en las novelas; oficialmente era para encontrar un hijo adoptivo, pero en realidad era para satisfacer sus deseos perversos.

Después de salvar al protagonista tres vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora