𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑, marc bernal. 1

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                        𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑
                        chapter one.

EISA RIZZ
—España, Barcelona.

Hola, soy Eisa Rizz, y esta es mi historia. Somos tres hermanas, las chicas Rizz. Aunque nuestro apellido oficial es Bennett, siempre nos hemos sentido más cercanas al legado de nuestra madre, Noelle Rizz. Ella solía decir que seríamos chicas Rizz de por vida, y así fue como nos quedamos con ese nombre.

Para nosotras, Rizz no es solo un apellido; es una declaración de identidad. Apesar de que todas llevamos el apellido Bennett, la esencia de ser Rizz nos define. Al menos yo y Violet, que compartimos esa chispa y energía que mamá siempre celebraba. En cambio, Mary se parece tanto a papá que a veces siento que es la única que no lleva el espíritu Rizz en su interior. Pero eso está bien; cada una de nosotras tiene su propia historia que contar.

Héctor Fort es el novio de mi hermana Violet, pero antes de que ella supiera de su existencia, él fue mi primer novio, aunque solo en un sentido muy peculiar. Desde que éramos niños, él y yo éramos vecinos y mejores amigos. Podía hablar con él de cualquier cosa; nos entendíamos a la perfección. Compartíamos risas, secretos y un montón de recuerdos que ahora parecen un mundo aparte.

Todo cambió cuando Violet apareció en escena. De repente, Héctor y ella se hicieron inseparables, y aunque yo intentaba adaptarme a la nueva dinámica, no fue fácil. Para no hacerme sentir mal, me invitaban a todos lados;
incluso a sus citas. Era como si intentaran mantener todo en apariencia normal. No es que quisiera quitarle el novio a mi hermana ni nada por el estilo; sinceramente, estaba feliz por Violet. Ella merecía a alguien genial como Héctor.

Sin embargo, en medio de esa felicidad, me encontré atrapada en mis propios sentimientos. Para procesar todo lo que estaba sintiendo, decidí escribirle una carta a Héctor. No tenía la intención de enviársela; era solo para mí, una forma de entender lo que pasaba por mi mente y corazón. Pero al final, creo que la carta se convirtió en un reflejo de cómo imaginaba que habría sido todo si hubiera sabido antes lo que realmente sentía por él.

Mis cartas son mis posesiones más preciadas; tengo cinco en total. Cada una de ellas captura un momento especial, un sentimiento que alguna vez me hizo latir el corazón. La primera es de Pau Cubarsi, a quien conocí en una competencia de atletismo. La emoción de esa carrera todavía resuena en mí. Luego está Marc Bernal, de mi salón. Su carta es un recordatorio de esos días despreocupados en los que todo parecía posible.

Luego viene Lamine Yamal, con quien compartí momentos inolvidables en el baile. Su energía siempre me inspiró a ser mejor. Marc Guiu es el chico que siempre se reía de mí, pero su carta tiene un matiz diferente; a pesar de sus burlas, había algo en él que me intrigaba. Curiosamente, todos ellos forman parte del FC Barcelona, excepto Marc Guiu, que juega en el Chelsea.
¡Qué raro, ¿no?!

Escribí todas esas cartas cuando me enamoré de ellos y ahora no sé qué hacer con esos sentimientos atrapados en papel. Releer mis cartas me recuerda cuán poderosas pueden ser las emociones; a veces son tan intensas que se vuelven incontenibles. Violet diría que estoy siendo dramática, pero el drama puede ser divertido.

Ahora mismo estoy sentada en mi cama, intentando escribir un poema mientras miro hacia la ventana en busca de inspiración. Pero no puedo concentrarme porque, al parecer, Héctor y Violet están peleando en el jardín. Sus voces elevándose y los gestos apasionados me distraen por completo. Es como si mi mundo interior se viera interrumpido por su pequeño drama exterior.

—¿Que haces?—Hablo Mary, mi hermana menor, bueno solo es menor que mi por 3 años, ya es toda una adolescente.

—Nada, trato de escribir un poema pero aún no consigo inspiración—Respondí, mientras cerraba mi libreta y la guardaba bajo mi almohada.