Desde las primeras luces del amanecer, el sol apenas asomándose por las ventanas del castillo de Hogwarts, me encontraba atrapada en un mar de frustración y creatividad. Era un sábado tranquilo, sin clases que interrumpieran mi jornada, pero eso no facilitaba las cosas. Desde las 5 de la mañana, había intentado con todas mis fuerzas hacer un hurón de papel. No era solo un proyecto cualquiera; sentía que debía capturar la esencia de Draco en ese pequeño origami. Después de todo, él merecía algo especial.
Las horas pasaban y la dificultad parecía multiplicarse. Mis manos se torcían en intentos fallidos, el papel se arrugaba y mis pensamientos se dispersaban. Pero a pesar de todo, una chispa de determinación ardía en mi interior. Finalmente, tras cuatro largas horas y con un suspiro de alivio, logré darle forma a mi creación: un hurón que, aunque imperfecto, reflejaba el cariño que sentía.
Eran alrededor de las 9:30 de la mañana cuando miré mi obra maestra con orgullo. Con el corazón latiendo con fuerza, me senté a escribir una carta de amor, algo que nunca antes había hecho. Ni siquiera por Harry había sentido la necesidad de plasmar mis sentimientos en papel. Pero ahora, frente a ese hurón hecho con tanto esmero, sabía que debía intentarlo. Las palabras fluyeron con dificultad al principio, pero poco a poco comenzaron a cobrar vida en la hoja.
Con el tiempo y mucha emoción acumulada, tuve todo listo para el regalo. Colocando cuidadosamente el hurón de papel junto a un dibujo que había hecho de él, unos chocolates que esperaba que le gustarán y un pequeño zorro de peluche que yo misma había echo hace mucho . Para darle un toque especial, añadí un anillo de plata que me había regalado mi padre hace años; era un símbolo del amor familiar que también quería compartir.
Cerré la cajita violeta con delicadeza, sintiendo cómo cada objeto dentro contenía una parte de mí y mis sentimientos hacia Draco. Pegué la carta en la parte superior con ternura, deseando con toda mi alma que le gustara lo suficiente como para iluminar su rostro.
Con el regalo finalmente preparado, guardé la cajita en mi bolso y decidí salir a pasear por los pasillos del castillo. Mientras caminaba por los pasillos llenos de retratos parlantes y ecos de risas lejanas, no podía evitar sentir una mezcla de nerviosismo y emoción burbujeante en mi interior. La idea de entregarle ese regalo me llenaba tanto de esperanza como de temor.
Después de un rato vagando entre recuerdos y sueños perdidos en las paredes del castillo, decidí ir a la biblioteca. Era mi refugio favorito; allí podía perderme entre libros llenos de magia e historias asombrosas. Me senté en una mesa al fondo, rodeada por estanterías repletas de volúmenes antiguos y polvorientos. Abrí uno sobre criaturas mágicas mientras mis pensamientos seguían volando hacia Draco.
El aroma del papel envejecido me envolvía.
Durante un largo rato, me sumergí en las páginas de mi libro, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía la biblioteca. El suave susurro de las hojas al pasar era tan reconfortante. Sin embargo, esa paz se vio interrumpida por una voz familiar que me sacó de mi lectura. Era Pansy.
Pansy: Oye, necesito tu opinión _dijo mientras se desabrochaba el abrigo, revelando un vestido negro corto y ajustado que acentuaba su figura. La miré con curiosidad, esperando a ver qué tan seria era su pregunta.
____:Te soy sincera... por vos me vuelvo lesbiana _bromee, intentando hacerla reír.
Pansy soltó una pequeña risa y sonrió con complicidad
Pansy: ¡Ay, gracias, hermosa!____:¿A dónde irás? _le pregunté, intrigada por el brillo en sus ojos.
Pansy: Iré a una cita con Blaise _respondió emocionada, casi saltando de felicidad.
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Mi Sangre Sucia (Draco malfoy x tn)
Fanfiction¿Que pasaría si el mismísimo Draco m se enamorada de la hermana de la chica más inteligente del salón? ¿Que pasaría si un Slytherin se enamorada de una Gryffindor? ¿Dejarán de lado su rivalidad?