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28EL CONSEJO INESPERADO:SEBASTIAN VETTEL AL RESCATE

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EL CONSEJO INESPERADO:
SEBASTIAN VETTEL AL RESCATE


Emiliano Pérez no esperaba encontrarse con Sebastian Vettel ese día. De hecho, no esperaba encontrarse con él en absoluto. Vettel se había retirado oficialmente de la Fórmula 1 el año anterior, y desde entonces, había optado por una vida más tranquila, alejado del ruido de los circuitos. Sin embargo, ahí estaba, de pie en el paddock de Monza, como si nunca se hubiera ido.

Emiliano lo vio desde lejos, conversando con  Horner. Su mente se llenó de preguntas, pero una cosa estaba clara: esta era una oportunidad que no podía dejar pasar. Si alguien sabía algo sobre la psicología de los pilotos, era Sebastian Vettel. Después de todo, había sido uno de los mejores, alguien que entendía a la perfección el arte de la competición y, quizás, también el del amor.

Con algo de nerviosismo, Emiliano se acercó, intentando no parecer demasiado ansioso. Sebastian lo notó al instante y le dedicó una sonrisa amigable, esa misma que lo había convertido en uno de los pilotos más queridos del paddock.

-Hola, Sebastian -saludó Emiliano, algo tímido-. No esperaba verte aquí.

-Tampoco yo esperaba estar aquí, si te soy sincero -respondió Vettel con una risa suave-. Pero a veces, el pasado tiene una forma curiosa de traernos de vuelta. ¿Cómo estás, Emiliano?

Emiliano dudó por un momento, sin saber cómo abordar el tema que lo había traído hasta aquí. Finalmente, decidió ser honesto.

-Para ser sincero, he estado... complicado. Estoy intentando acercarme a alguien, pero no sé si estoy haciendo las cosas bien.

Sebastian arqueó una ceja, claramente interesado.

-¿Alguien en especial?

-Max Verstappen -admitió Emiliano, con un suspiro que dejaba entrever lo frustrante que había sido el proceso hasta ahora-. He estado pidiendo consejos a todos en el paddock, pero cuanto más lo intento, más parece alejarse.

Sebastian asintió, como si entendiera perfectamente lo que Emiliano estaba sintiendo. Su expresión cambió a una de profunda reflexión, y por un momento, Emiliano pensó que tal vez había dicho algo incorrecto. Pero antes de que pudiera disculparse, Vettel habló, su tono más serio de lo habitual.

-Max es un tipo complicado, eso es cierto. Pero más allá de su imagen de piloto duro, hay alguien que valora la autenticidad por encima de todo. Si intentas ser alguien que no eres, él lo notará al instante.

Emiliano asintió, pero no estaba seguro de cómo aplicar ese consejo en la práctica. Sebastian pareció leer sus pensamientos y continuó.

-Te daré un consejo, Emiliano. No intentes conquistarlo a través de grandes gestos o estrategias complejas. A veces, lo que realmente marca la diferencia es ser honesto y directo. Háblale como lo harías con un amigo, sin pretensiones. Déjale ver quién eres realmente, sin adornos ni trucos.

Vettel hizo una pausa, y luego agregó con una sonrisa que desarmaba cualquier tensión en el ambiente:

-Y no te olvides de la paciencia. Max es como un circuito complicado. No puedes apresurarte. Tienes que tomarte tu tiempo, estudiar cada curva y esperar el momento adecuado para atacar.

Emiliano dejó escapar un leve suspiro, como si esas palabras hubieran liberado un peso de sus hombros. Hasta ahora, había estado enfocado en seguir los consejos de los demás, en intentar impresionar a Max de cualquier manera posible. Pero quizás lo que realmente necesitaba era simplificar las cosas y ser él mismo.

-Gracias, Sebastian. Creo que necesitaba escuchar eso -dijo Emiliano, sintiendo una nueva determinación crecer dentro de él.

Vettel asintió con un gesto de aprobación.

-No hay de qué. El amor, al igual que las carreras, no siempre sigue un guion preestablecido. A veces, lo inesperado es lo que realmente nos lleva a la victoria. Recuerda, lo importante es disfrutar el viaje, no solo la meta.

Con esas palabras en mente, Emiliano se despidió de Sebastian, sintiéndose más centrado y seguro de lo que tenía que hacer. No se trataba de ser el mejor, ni de impresionar a Max con gestos grandiosos o frases ingeniosas. Se trataba de ser sincero, de mostrarle a Max quién era Emiliano Pérez, sin máscaras ni artificios.

Mientras se alejaba del paddock, con el ruido de los motores y el bullicio de la pista como telón de fondo, Emiliano no pudo evitar sonreír. Había aprendido algo valioso ese día, algo que ningún consejo elaborado podría haberle enseñado. Y mientras el sol comenzaba a ocultarse tras el horizonte, sabía que, pase lo que pase, estaba listo para enfrentarse a lo que viniera, en la pista y en el corazón de Max.

Mi Nuevo Vicio ▬▬ Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora