Y todo lo que dices me parece inocente, no se te entiende a lo que quieres jugar, pero como, contigo, la casa nunca pierde, la trampa de tus manos me seduce a apostar
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LA GUÍA DE SEDUCCIÓN DE MAX: PASO 1
Max se encontraba sentado en su motorhome, mirando fijamente la pantalla de su teléfono. Había pasado la última media hora escribiendo y borrando mensajes para Emiliano, sin saber qué decir. Aunque no era del tipo que se atormentaba por estas cosas, la situación lo tenía más confundido de lo habitual.
Finalmente, decidió que necesitaba ayuda. No era del tipo que pedía consejo, pero si alguien podía entenderlo, ese era Charles Leclerc. Aunque Charles no era exactamente el mejor ejemplo de estabilidad romántica, siempre parecía tener algún tipo de respuesta para todo.
—Charles, ¿alguna vez has recibido un pastel y no sabes por qué? —preguntó Max, tratando de sonar casual mientras se acomodaba en la silla.
Charles, que estaba revisando unos papeles en su motorhome, levantó la vista, un poco sorprendido por la pregunta. Soltó una risa suave antes de responder.
—Sí, claro. Una vez, un fan loco me envió uno. Al final, era solo porque quería que dejara Ferrari. No es lo mismo, ¿verdad?
Max negó con la cabeza, manteniendo su expresión seria.
—No... Este es de Emiliano.
La sonrisa de Charles se desvaneció ligeramente al escuchar eso. Sabía que la situación era un poco más delicada de lo que había imaginado inicialmente. Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa, mientras observaba a su amigo.
—¡Ah! Ya veo... ¿Y te gusta Emiliano?
Max se encogió de hombros, desviando la mirada hacia la ventana. No estaba acostumbrado a hablar de sus sentimientos, y mucho menos a admitir que alguien le gustaba. Pero Charles era su amigo, y si había alguien en quien podía confiar, era él.
—Tal vez... —respondió con cautela, tratando de medir las palabras—. No lo sé. No estoy seguro de lo que siento.
Charles asintió, comprendiendo la confusión de Max. Él mismo había estado en situaciones similares, donde los sentimientos eran difíciles de descifrar. Decidió darle un consejo que, aunque no era infalible, al menos le daría a Max una forma de avanzar.
—En ese caso, solo tienes que devolver el gesto con algo igual de dulce. No sé, mándale un mensaje agradeciendo y ponle una carita feliz. Eso siempre funciona.
Max lo miró con escepticismo. La idea de enviar un mensaje con una carita feliz no parecía ser del todo su estilo, pero confiaba en el juicio de Charles. Al menos, la parte de agradecer sí tenía sentido.
—¿Y si eso no es suficiente? —preguntó, aún dudando.
Charles sonrió, sabiendo que Max necesitaba un poco más de seguridad.
—Si no es suficiente, entonces siempre puedes invitarlo a hacer algo juntos. Tal vez un café, o algo más personal. Pero empieza con lo simple, un mensaje es un buen primer paso.
Max asintió, tomando nota mental de lo que Charles había dicho. Aunque no era del tipo de persona que expresaba sus emociones abiertamente, sabía que tenía que hacer algo si quería entender lo que estaba sucediendo entre él y Emiliano.
—Gracias, Charles. Creo que intentaré eso —dijo, con una leve sonrisa que apenas se notaba en su rostro.
Charles le devolvió la sonrisa, dándole un golpe amistoso en el hombro.
—No hay de qué, Max. Solo recuerda, no tienes que resolver todo de una vez. A veces, los pequeños pasos son los que hacen la diferencia.
Max asintió, sabiendo que su amigo tenía razón. Con el teléfono en la mano, empezó a escribir el mensaje, esta vez decidido a no borrarlo. Tal vez no sabía a dónde lo llevaría todo esto, pero al menos estaba dispuesto a averiguarlo, un paso a la vez.
