Medio demonio - (Shinazugawa Sanemi x Lector)

Capítulo 16. Quédate aquí

En este capítulo os he vuelto a dejar una recomendación musical, por si queréis escucharla mientras leéis. 🥰

Música On

Me encontraba en la cocina de Sanemi preparando algo para comer. Freía un pescado y hervía arroz.

- No tienes porqué hacer eso. –me dijo.

- Quiero hacerlo. Me hace ilusión que pruebes mi comida. –dije sin levantar la vista del fuego. – Aunque, con lo que tenías en casa no es que pueda hacer demasiado.

Soltó una pequeña carcajada y se acercó a mi por la espalda, rodeando mi cintura y apoyando su barbilla en mi hombro. Me puse un poco nerviosa ante la muestra de cariño, pero intenté disimularlo.

- Podría imaginarte aquí todos los días así.

- ¿Enserio? –reí. – Podría morderte en cualquier momento.-- Hizo una mueca divertida.

- Yo también puedo morder. –me dio un pequeño bocado en el hombro.

Di un pequeño salto al sentirlo y me giré a él.

- ¿Qué haces? –le dije ruborizada.

Se inclinó para juntar sus labios con los míos. Su beso fue suave y delicado, tímido. Nuestras narices se rozaron al separarnos.

- Aun no había hecho esto desde que nos hemos visto, no podía aguantar más. – dijo.

Mi corazón empezó a latir muy rápido. Lo miré embobada con los ojos muy abiertos y la boca entreabierta.

- ¡La comida! –dije volviéndome a girar y ocupándome del pescado. Volvió a rodearme con sus brazos por la cintura y esta vez apoyó su barbilla en mi cabeza. Notaba que estaba relajado, tranquilo. Y eso en él no era muy normal. – Yo también, podría acostumbrarme a esto. –le dije.

- Pues quédate aquí. Así podrás esperarme en casa cada vez que salga de misión, y yo podré esperarte a ti. –Rei un poco.

- No suena nada mal. Pero, ¿no crees que es demasiado pronto?

- ¿Demasiado pronto?

- Claro, hace muy poco que estamos juntos. Y no nos conocemos desde hace tanto tampoco...

- Mmmm... --murmuró pensativo. – Eso a mi no me importa.

- Bueno, a mi sí me importa. –le dije graciosa.

- Te convenceré, de que te mudes aquí.

- Será divertido ver cómo. –le desafié.

- Ya lo verás. – dijo separándose de mí. –Voy a poner la mesa. –cogió un par de bol y empezó a servir el arroz.

Comimos tranquilamente mientras me contaba sobre su misión. Su expresión cambiada radicalmente cuando hablaba de demonios y combatirlos. Sus ojos se llenaban de odio y de emoción por derrotarlos y su sonrisa trasmitía violencia. Aun así, me encantaba poder hablar así con él, que pudiera contarme sus días con esa confianza. Yo también le conté mis días entrenando con los demás pilares.

-Yo también me uniré al entrenamiento mañana. –dijo tumbándose con sus manos rodeando su cuello.

-Seguro que ya puedo contigo en un abrir y cerrar de ojos.

Se incorporó con emoción en su mirada.

- ¿Sí? Demuéstramelo.

Alcé las cejas y la miré confiada. Nos fuimos a su jardín y cogimos unas espadas de madera.

-Ven. –dijo haciendo un gesto con su mano.

-Quinta postura.... –me lancé hacía él. -¡Tigre de fuego!

Sanemi lo esquivó como pudo, aunque sorprendido por mi velocidad.

- ¡Primera postura, torbellino de polvo! –dijo sonriendo.

Lo miré muy seria y contrataqué, esquivando también su ataque. Su mirada se volvió más viva al verlo, emocionado.

Seguimos entrenando entre nosotros durante un buen rato más.

Me lancé sobre él de nuevo e intenté asestarle un golpe con la espada de madera, pero lo detuvo sujetando mi muñeca. Me giró y me colocó delante de él. Nos miramos a los ojos fijamente y sonrió. Le devolví la sonrisa.

- Creo que hacemos una buena pareja. Fuego y viento. –le dije burlona.

Me acercó más a él apretando mi cintura contra su cuerpo y de nuevo posó sus labios sobre los míos. Esta vez no fue un beso suave y delicado, fue algo más intenso y duro. Se notaba su excitación tras el combate. Nuestros labios se movían rápido, saboreando cada parte de nosotros. Dejó caer la espada al suelo y posó su mano sobre mi nuca, enredando sus dedos en pelo, yo también dejé caer la mía y coloqué mis brazos sobre su cuello.

Nuestras lenguas se entrelazaron levemente, para después hacerlo de manera más intensa. Nos separemos unos segundos para coger aire y nos miramos.

- Múdate aquí. –me dijo. Me entraron ganas de reír, pero aguante ese impulso. ¿Así pensaba convencerme?

-No. –le contesté.

Nuestros labios volvieron a unirse como si no fueran a hacerlo nunca más.

Acaricié su pelo por la nuca y noté como su bello se erizaba. Nuestra respiración empezó a sonar más fuerte mientras nos apretábamos cada vez más, para no dejar ni un centímetro que nos separara.

- ¡Harada Anya! En marcha para su misión. –nos separamos de golpe al escuchar a mi cuervo, que había venido a buscarme.

- ¿Una misión? –pregunté en voz alta.

- Joder, ¿justo ahora? –se quejó Sanemi, pero me soltó.

- Debo irme. –dije enderezándome y yendo a buscar mi espada.

- Ya... --dijo enfadado.

- Volveré pronto. –me dirigí a él y le di un beso en la mejilla. Al pasar por su lado me sujetó del brazo.

- Espero que no vuelvas malherida como aquella vez.

- Intentaré volver de una pieza. –le dije sonriendo.

- No estoy bromeando. –me miró con ira en sus ojos. – Como algún demonio ose hacerte algo, lo buscaré y lo mataré lentamente. No tendrá sitio al que huir.

- No dejaré que me hagan nada. –le dije, intentando calmarlo. Es verdad que la última misión a la que fui con Tomioka volví bastante mal. Pero había mejorado mucho, no volvería a ocurrir.

Aflojó su agarre y dejó caer mi brazo.

-Ten cuidado. –dijo finalmente. Asentí y me fui a toda prisa, hacia donde mi cuervo me guiaba.

∞

Llegué a una estación de tren, donde se encontraba Iguro. ¿Él sería mi compañero?

-Hola. –dije al llegar.

-Hola. –me contestó. – Creo que nos ha tocado ir juntos hoy.

-Ya veo. Espero que nos vaya bien. –le dije.

-Si. Quiero volver lo antes posible, así que esforcémonos. –asentí.

Nuestro destino estaba bastante lejos. Era la primera vez que tenía que coger un tren para llegar. Apreté fuerte el mango de mi espada y miré al cielo, el cual ya empezaba a oscurecerse.

¿Seríamos capaces de eliminar a todos los demonios y poder vivir en paz alguna vez?

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¡Hola a todos! Muchas gracias por leer la historia. Hacía tiempo que no saludaba por aquí. Espero que os esté gustando. ♥