Treat You Better ━━ Richard Rios

EPÍLOGO

La vida está llena de sorpresas y giros inesperados, y a veces, la persona que menos pensamos, es la que termina robándonos el corazón por completo, convirtiéndose en nuestra fuente de felicidad e inspiración.

Tres años han pasado desde que Gabriela y Richard decidieron emprender un viaje juntos por la vida. Desde entonces, su amor solo ha hecho fortalecerse y crecer cada vez más. Richard, sigue siendo un jugador de fútbol exitoso, cosechando titulos y reconocimientos tanto para el equipo Alviverde, como personales. Gabriela, por su parte, sigue siendo la fotográfa del equipo, aunque, decidió, con apoyo de su novio, abrir una linda empresa de fotográfias, llamada "SETS", la cual es muy éxitosa en todo Brasil, teniéndo una clientela fija y satisfecha.

Después del grandioso viaje a las Maldivas, Richard le propuso a Gabriela irse a vivir juntos, a lo cual, ella aceptó gustosa y emocionada. Su convivencia en pareja es un reflejo de su amor y respto mutuo. Ambos, siguen valorando los momentos que tienen como pareja, a disfrutar de su vida juntos y apoyarse en cada momento, en especial, en los difíciles.  La comunicación ha sido su pieza clave, saben que pueden hablar de cualquier cosa entre ellos sin sentirse reprimídos o juzgados.

Las discusiones claramente son inevitables, pero han aprendido a sobrellevarlas de manera saludable, teniendo en la cabeza que el amor no es una competencia de egos, sino, la unión de dos personas que buscan crecer juntas, que confían, se respetan y se aman entre sí.

―Tóme este cafécito, mi niña, para que se caliente un poquito.―le dijo Richard entregándole un pequeño pocillo a la chica, mientras volvía a acurrucarse a su lado.

―Gracias, lindo.―Ella tomó un sorbo.―Vida, te quedó delicioso.―le dijo regalándole una sonrisa. Richard dejó un tierno beso en sus labios para después acariciar levemente su mejilla.

―Bueno.. Ya he dejado de ser un poco desastroso en la cocina gracias a mi reinita linda.―contestó él sin dejar de acariciarla. Gabriela soltó una ligera risa nazal debido a las ocurrencias del chico.―Está divino el atardecer..

―Está precioso.―dijo ella, tomando otro sorbo del café.

La pareja se quedó en silencio por un momento, disfrutando del atardecer y de la compañía del otro. El sol se estaba poniendo, pintando el cielo de colores cálidos y suaves. Gabriela se acurrucó un poco más cerca de Richard, sintiendo el calor de su cuerpo y el amor que emanaba de él. Richard se quedó viendo a Gabriela por un momento, absorbiendo cada detalle de su rostro. Su piel suave, sus ojos brillantes, su sonrisa dulce. Sintió que su corazón se derretía de amor por ella. Pensó en todo lo que había pasado desde que la conoció, en cómo había cambiado su vida para siempre  y cómo su amor por ella había crecido cada día más. Recordó el primer día que la vio, su primera conversación, sus peleas, su primer beso, la primera vez que estuvieron juntos.  Todo había sido tan intenso, tan emocionante. Y ahora, aquí estaban, sentados juntos, disfrutándose el uno al otro,

Richard pensó en todo lo que Gabriela significaba para él. Era su apoyo, su confidente, su mejor amiga. Era la persona con la que quería compartir el resto de su vida.―Casémonos.―dijo él.

Gabriela se quedó sin aliento, pudo sentir como el café se le regresaba por la nariz, estaba sorprendida por la propuesta de Richard. No lo esperaba, aunque había soñado con ese momento desde que se enamoró de él. Su corazón latía con fuerza, y su mente era un torbellino de emociones.―¿Escuché bien? Richard...―preguntó ella mirándolo con aquellos ojos brillantes que tanto enloquecian al moreno.

Él asintió juguetón acercándola mucho más a su cuerpo, transmitiéndole toda la calidez que emanaba de su corazón.―Quiero casarme con usted, reinita.―le susurró al oído.