Treat You Better ━━ Richard Rios

𝟎𝟎𝟒 | DECLARACIÓN.

Con el tiempo, la relación entre Richard y Gabriela se volvió cada vez más fuerte. Se apoyaban mutuamente en todos los aspectos de sus vidas, compartiendo alegrías y tristezas, y siempre encontrando una forma de hacer que el otro se sintiera mejor.

Richard encontró en Gabriela una fuente de inspiración y motivación, ella lo alentaba a seguir adelante con sus sueños y objetivos, y siempre estaba allí para escucharlo cuando necesitaba desahogarse. Gabriela, por su parte, encontró en Richard un refugio seguro, alguien que la hacía sentir protegida y amada, y que siempre estaba dispuesto a hacerla reír.

Juntos, compartían momentos increíbles, desde paseos románticos por las playas de Sāo Pablo hasta noches de cine en casa, y siempre encontraban una forma de hacer que cada momento sea especial. La confianza y el amor que sentían el uno por el otro crecían con cada día que pasaba.

Un nuevo día de partido había llegado, uno de los más importantes, el famoso Brasileirão, el clásico más grande entre los clubes brasileños, y esta vez le tocaba al Palmeiras contra el Sâo Pablo, uno de los fuertes contrincantes de los Alviverdes. Richard estaba nervioso, las últimas semanas habían estado practicando duramente, eso lo tenía un poco agotado pero siempre estaba con la mejor actitud, en especial hoy, que se estaba jugando uno de los partidos de su vida.

El moreno se estaba terminado de alistar cuando unos pequeños brazos rodearon su cintura.—Mi niña linda.—susurró sonriente para luego dar media vuelta y encontrarse con el hermoso rostro de Gabriela, quien lucía una tierna sonrisa y sus lindos ojos brillaban más de lo normal.—¿No se supone que debería estar ya en la cancha?—acarició sutilmente el rostro de la chica, mientras depositaba un tierno beso en su frente.

—Si.—respondió ella.—Pero pensé que sería bueno venir a desearle buena suerte a mi jugador favorito.—dijo. Haciéndolo sonreír.—Brilla como tú sabes hacerlo, vida, te irá súper bien, eres el mejor.

Aquellas palabras fueron el aporte que Richard necesitaba para terminar de tranquilizarse. Aquella hermosa chica había logrado conmoverlo con sus palabras, haciendo que el corazón del moreno latiera con fuerza y se diera cuenta que cada día que pasaba iba cayendo perdidamente por ella, y ya no podía negarlo. Richard la abrazó fuertemente, sintiendo su calor y su aroma, para luego tomarla nuevamente por el rostro y depositar un tierno beso en su mejilla. —Gracias, muñeca.—le susurró al oído. —No sabes lo feliz que me pone tenerla cerca, me da la fuerza que necesito.

Gabriela se sintió abrumada por la emoción, pero respondió con la misma intensidad. —Nunca olvides que siempre estaré para ti.

Se abrazaron durante un momento más, sintiendo la conexión que los unía. Luego, Richard se separó y la miró a los ojos al sentir como el entrenador comenzaba a llamarlos a todos para formarlos.—Ya me tengo que ir, mi vida, hoy será un gran día y la haré sentir orgullosa de mi.—le dijo con determinación.

Gabriela sonrió y le dio un beso en la mejilla. —Y yo estaré ahí capturando esos hermosos momentos.—Ambos sonrieron y antes de que el chico fuera a su formación Gabriela lo tomó por el brazo.—Richard..—él la miró atento.—Estoy muy orgullosa de ti.

Richard sonrió ampliamente, le tiró un beso y se dirigió hacia la cancha, sintiendo la adrenalina y la emoción de jugar el partido más importante de su vida. Pero sabía que, sin importar el resultado, siempre tendría el amor y el apoyo de Gabriela.

El partido comenzó con un ritmo intenso, ambos equipos luchando por el balón y creando oportunidades de gol. Richard estaba en su mejor momento, corriendo por todo el campo y creando peligro en cada jugada. En el minuto 20, recibió un pase perfecto y se encontró solo frente al arquero, no dudó un segundo y disparó con fuerza, sin embargo, el arquero logró atajar a la jugada, haciendo que el balón quedara por fuera del arco. Aquella acción hizo frustrar un poco al moreno, pero le dio la fuerza necesaria para continuar con el ritmo que llevaba.