011: Traición.

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El día estaba tan rutinario como siempre, pero la creciente desconfianza en mi pecho hacía que cada pequeño detalle se sintiera más... significativo. Durante el tiempo libre, mientras todos parecían relajarse, mi mente estaba lejos de la paz. Sabía que había algo que Emma, Norman y Ray estaban ocultando, y la incertidumbre de no saber qué era me carcomía por dentro.

Los vi salir al patio, pero no se unieron al resto. En lugar de eso, se dirigieron a un rincón apartado, cerca del gran árbol donde siempre solían reunirse para conversar en voz baja. Algo dentro de mí decidió que esta vez no solo los observaría desde lejos; necesitaba respuestas.

Me escabullí silenciosamente, manteniendo la distancia suficiente para no ser detectada. Mis pasos eran ligeros, y mis ojos se mantenían fijos en sus figuras. Finalmente, cuando se detuvieron, me escondí detrás de un arbusto cercano, lo suficientemente cerca como para escuchar susurros.

La voz de Emma fue la primera que distinguí. Hablaba rápido, como si cada palabra pesara sobre ella. No logré captar todo, pero la palabra "escapar" retumbó en mi cabeza, dejando un eco que no podía ignorar.

—Tenemos que estar seguros. —decía Norman, su tono bajo y firme—. No podemos arriesgar nada.

El silencio que siguió fue más elocuente que cualquier otra cosa. No comprendía por qué querrían escapar, pero el hecho de que no me lo dijeran... de que lo estuvieran planeando sin mí, me llenaba de un profundo sentimiento de traición.

La conversación continuó, pero las palabras empezaban a perder sentido en mi mente. Mi corazón latía fuerte, y una mezcla de rabia y tristeza me invadía. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué no me lo contaban?

Me aparté antes de que terminaran de hablar, sintiendo que no podía escuchar más. Necesitaba procesar todo, pero mi mente no me daba tregua. El resentimiento hacia ellos crecía con cada paso que daba de vuelta a la casa. Si realmente estaban planeando algo tan grave, entonces debía descubrir la verdad, pero ¿a quién podía confiarle lo que sabía?

Al entrar de nuevo a la casa, me encontré con Ray en el pasillo. Por primera vez, no hice ningún esfuerzo por saludarlo con una sonrisa. Pasé a su lado sin mirarlo, y aunque pude sentir su mirada inquisitiva, no me detuve. Si él también estaba involucrado en esto, entonces... ¿qué me quedaba a mí?

Mis pensamientos volvieron a Isabella. Ella había sido la única que no me había excluido, la única que no había guardado secretos... al menos, no de la misma manera. ¿Debería ir a ella? Podría, quizá, aclarar todas mis dudas.

Pero incluso mientras consideraba la idea, algo dentro de mí se resistía. Aún no estaba lista para tomar esa decisión, pero con cada segundo que pasaba, la tentación de hablar con Isabella crecía. Necesitaba saber la verdad, y si mis amigos no me la decían, entonces tal vez solo me quedaba una opción.

El silencio en la biblioteca se rompió con el sonido de mis propios pensamientos. Cada palabra que Emma, Norman, y Ray me habían dicho seguía retumbando en mi mente. "Confía en nosotros," repetían, como si esas palabras pudieran apaciguar la creciente frustración dentro de mí. No eran conscientes de cómo esas simples frases ya habían desgastado mi paciencia.

Ese día, después de horas observando desde lejos, vi a Ray caminando por el pasillo hacia la biblioteca. Mi primer instinto fue apartar la vista, pero no lo hice. Cuando me vio, esbozó una sonrisa y caminó hacia mí.

—¿Qué tal, Yumei? —preguntó con ese tono despreocupado que siempre usaba.

Levanté la mirada brevemente, sin mover un músculo de mi rostro para corresponder su sonrisa. Sentía que mi paciencia se agotaba cada vez que lo veía. Se suponía que éramos amigos cercanos, pero ahora... ahora todo era diferente.

Dream || The Promised Neverland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora