La idiota de la cara pintada

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Seguía sin saber algo de él, y ahora más que la luna roja se extendería. Ya casi se cumplía una semana sin verlo y Rossie se sentía asquerosamente sola.
Cuándo el decidió aparecer era muy distinto desde aquella vez, Rossie estaba incómoda y se notaba. Marcus no la dejó hablar con alguien en todo el día y cuando Rossie tenía una cita con su amigo la hizo cancelarla ya que ella debía estar con él por todo el tiempo que no habían estado juntos... Rossie le hizo caso; ella sólo tenía miedo a ser abandonada, sólo eso.
Cada día era peor y la imagen que recordaba del él se iba degradando poco a poco...
Marcus no dejaba sola a Rossie y la seguía a cualquier parte. La alejaba de quién sea y decidió poner en marcha la primera parte de su largo y cuidadoso plan:
No.1: Alejarla de todos los que él pueda y hacerla sentir sola para que únicamente lo tenga a él.
Claro que Marcus lo haría sin importar el costo. Le encargó a su amigo Teohdore, el que también le tomaba fotos a Rossie. Él debía encargarse de esparcir rumores y todo lo que pueda oara alejar a la mayor gente posible de ella y lo hizo. Sólo le bastó con un semana para lograr su objetivo. Los únicos que se dieron cuenta fueron los de la aristocracia, que sabían perfectamente que era él quién hacía todo eso, pero Rossie estaba tan cegada por él que ahora ya no podía confiar en alguien más fácilmente.

Ahora que Marcus la tenía para él era el momento de llevar acabo todo el plan, así que repasó lo principal:
"No.1 Alejarla de todos los que él pueda y hacerla sentir sola para que únicamente lo tenga a él.
No.2 Hacerla sentir aceptada para que confíe en el.
No.3 Manipularla para que sienta que sin él no es nada y que sienta que no necesita nada más que él.
No.4 Al tenerla a sus pies probarla y hacerla suya para asegurarse de que ella se quedará.
No.5 Si el anterior funciona, hacerle entender que amarlo nunca será suficiente."
Eran los simples pasos para apoderarse de ella.

Ella estaba tan mal, se sentía terrible, sola y se la pasaba con Marcus quién la manipulaba diciéndole que nunca la dejaría, estaría con ella y que nadie más la amará cómo él.
Una noche, Firia y Coral la invitaron a salir, ya que notaban la situación y querían ayudarla. Sin embargo Marcus no quería que fuera con ellos. Se llevó a Rossie a su habitación y la encerró ahí.

-Cancela todo. No irás.- Dijo Marcus agresivamente.
-Déjame ir, por favor Marcus.- dijo Rossie intentado forcejear para salir.
-¡Te dije que no ibas y te quedarás conmigo!.- exclamó Marcus golpeando a Rossie y empujándola en la cama estando el sobre ella.
-No puedes confiar en nadie más que en mí. ¿O acaso ya no me amas?.
¡Dime si me amas!.- decía Marcus mientras veía la cara de terror de Rossie quién con palabras entre-cortadas le dijo:
-Sí te amo Marcus... Eres todo lo que tengo.- dijo Rossie mientras lagrimeaba. "¿Cómo puede ser tan malo?" pensaba.

Marcus empezó a quitarle la ropa para hacerla suya encontra de su voluntad. Rossie por su inmenso miedo, no dijo nada, no lo detuvo y no se quejó, lo único que ella quería era... Complacerlo. Sólo no quería quedarse sola, solo eso.

Ella se levantó sola y Marcus ya no estaba, se levantó con un terrible dolor de cabeza y revisó su teléfono. Tenía llamadas y mensajes perdidos de Firia ya que Rossie nunca llegó. Marcus le prohibió hablarle hasta que él la deje, pero él no estaba, así que lo esperó. Todo el día, toda la noche hasta la madrugada hasta que él por fin llegó...
-Marcus... ¿Dónde estabas? Me tenías  preocupada.- Antes de que Rossie pudiera decir otra palabra Marcus la cayó con un:
-Que te importa, no eres mi mamá.- dijo Marcus sin siquiera dirigirle la mirada a Rossie.
Ella se quedó muda. Su corazón se partía en millones de pedazos. Y un nudo en la garganta que ella contenía; no la dejaba decir una palabra. Y cuando ella lloraba Marcus le decía:
-¿Qué te pasa?, ¿qué estás llorando?. Cálmate.- decía Marcus y ella se forzaba a dejar de llorar.
Ella quería su consuelo, quería un abrazo sincero de él pero... Él era la razón por la que estaba así.
Pasaron los días, las semanas y los meses. Nadie sabía de Rossie quién se la pasaba apegada a él en todo momento. Hasta que las vacaciones llegaron y Rossie sabía que Marcus la tendría aún más alejada, pues él se la llevó a su habitación para que no hablara con Firia, mientras que ella trataba de encontrar una forma de romper ese hechizo. Sin embargo nunca podría, sólo si Firia aprendía magia oscura, cosa que que ese momento era difícil de aprender. Hasta que por fin encontró una forma. Era simple: tenía que llevar a Rossie a unas aguas que rompían casi cualquier hechizo. Lo difícil era llevarla y alejarla de Marcus.

Por otro lado, Rossie se la pasaba sola en la habitación, pues Marcus salía sin decirle a dónde y muy pocas veces la llevaba con él. Ella se sentía muerta.

No qué hasta días después que decidió volver a su habitación, fue cómo volver a casa de nuevo. Firia lo notó y enseguida fue a verla y se quedó sin palabras. Rossie bajó de peso y se le notaba diferente. Sin embargo a Marcus no me importó y no fué hasta que él volvió que se dió cuenta que se había ido. Estaba enojado, pero perdía el interés en Rossie. Al darse cuenta de que todavía podía exprimirla más supo que sólo era cuestión de tiempo para que Rossie volviera a él.

El flagelo de las orquídeasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora