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Realmente soy una persona extrovertida, en serio, siempre habrá un tema de conversación mientras yo esté en algún lugar; tanto así que puedo entablar fácilmente un diálogo con alguna persona a quien acabo de conocer.

Pero, en el momento en que lo vi, mi caja torácica dejó de funcionar, mis cuerdas vocales se congelaron, mi corazón comenzó a latir a un ritmo desesperado y hasta mi respiración se volvió un poco erratica.

Obviamente había escuchado hablar del amor a primera vista, y siendo sincero en mi mente no cabía una idea más estúpida que esa, realmente me parecía absurdo que una persona de enamorara así de fácil en tan solo unos segundos por determinada característica de un individuo. Pero... ¡BOOM! ¡SORPRESA! Yo mismo había caído en menos de 5 segundos bajo los encantos de un chico con solo verlo de espaldas. SÍ. DE ESPALDAS.

Los pongo en contexto.

Gracias a mi habilidad de hablar de hablar de cualquier pendejada, con cualquier persona y en cualquier lugar, tengo un círculo social bastante amplio; por lo que puedo darme el lujo de ser invitado a un partido de fútbol americano por nada más y nada menos que los mismos jugadores. SÍ. Así de increíble soy, pero ese no es el punto.

Fue a finales de agosto, estaba chismoseando en los vestidores ( me dejaban entrar en los vestidores) charlando con el que se atravesara cuando pase por un pasillo y vi algo, o más bien, a alguien que causó qué mis ojos brillaran enseguida. Pero que vista, una espalda enorme y pecosa (te entiendo Mulan, yo también caí por una espaldota) y una espesa y mojada cabellera negra, unas largas y fornidas piernas acompañadas de una trabajada parte trasera. Fue ahí, me quedé inmóvil, sin decir nada y sin mover un solo músculo, incluso veía la escena como en los dramas coreanos, cuando la protagonista ve a su interés romántico y su mundo se reduce a el simple hecho de fantasear con él.

Se volteó.

¡BRO, SE VOLTEÓ!

¡AY!

Benditos mis ojos, este hombre es hermoso por delante y por detrás, al igual que en su espalda, tiene pecas pero no por toda su cara, más bien parecía que las hubieran colocado con sumo detalle sobre su nariz y pómulos, calculando bien el espacio; unos redondos ojos negros, cejas gruesas, nariz recta y unos pequeños y lindos labios con un tono levemente rojizo, simplemente hermoso.

Pensé que me iba a mirar mal o algo así, ya que lo estaba mirando fijamente y sin pudor alguno, pero solo me dio una mirada rápida y siguió haciendo lo suyo (colocándose una camisa) cuando se dio la vuelta de nuevo, yo seguía ahí. Ahora si me habló.

- ¿Qué me vez ?- me tomó tan de sorpresa que mi mente no tuvo tiempo de reaccionar y hable automáticamente.

- La vejez- No puede ser que haya dicho eso. Quedó descolocado por un momento y cuando pareció que me iba a responder salí corriendo de ahí como si mi vida dependiera de ello.

-¡Ahí esta! Oye princeso, casi te dábamos por desaparecido... ¿porqué parece que viste un espanto?- Llegué donde mis amigos con la respiración entrecortada y medio pálido, de verdad parecía que había visto algo.

-Tal vez si vi uno- Uno muy lindo. Dios mío. Ese hombre me dejó sin sentido común.

Me miraron raro y luego vieron algo detrás de mi.

-¡Harry!- Le gritaron a alguien detrás de mí,  me volteé. Mierda. Solo eso. Mierda- Ven aquí, te vamos a presentar a alguien- Refiriéndose a mí.

El chico que ahora tenía nombre <<Harry>> se acercó a nosotros con una expresión medio burlona.

- Rush, el es Harry. Harry, Rush. Traído de Gran Bretaña. Nuestro nuevo jugador- Él chico extendió la mano para estrecharla y eso hice, aunque duró más tiempo de lo necesario.

- Mucho gusto Rush- No se si había marcado de más mi nombre a propósito o si era por el característico acento británico pero no le tomé demasiada importancia. Él sonreía disimuladamente

- El gusto es mío- dije yo y el descarado se echó a reír como si le hubieran contado el chiste de su vida.

-¡Oh! Sí, claro que el gusto es tuyo- y seguía sin poder parar de reírse. Mientras tanto yo estaba rojo de la vergüenza y mis amigos llevaban sus miradas confusas del uno al otro como si esperasen a ver quien les explicaba primero lo que estaba pasando.

- Lincon- Llamó al moreno en lo que dejaba de reírse y se limpiaba unas lagrimitas de la comisura de los ojos. Lincon hizo un gesto- ¿Crees que me veo viejo?- El moreno hizo una mueca de confusión.

-No- Lincon era conocido por hablar casi en señas, solo decía frases cortas y respuestas de una sola sílaba como lo eran <si> y <no>  por lo cual entendí porque le pregunto a él.

El maldito solo quería hacer que me derritiera cual metal fundido de la vergüenza porque tanto el como yo sabíamos que no me lo había quedado viendo porque fuera viejo.

Solo quería exponerme.

Egocéntrico.

Hermoso.

Presumido.

Perfecto.

Insoportable.

Injustamente hermoso.

Esas son las palabras con las que seguiría definiendo a Harry porque obviamente ese no sería nuestro último encuentro.













💋.




MIDNIGHT RAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora