MIDNIGHT RAIN

•IX•

Sonó la alarma, cinco de la mañana. Mi sueño era mucho más ligero que el de ellas, por lo que él único que se levantó fui yo. Me duché lo más rápido que pude y apenas salí del baño, desperté a Milly, ella malhumorada se fue directo al baño y salió a los diez minutos, despertó a Emma, que salió a los quince minutos.

A las seis con cuarenta Milly y yo estábamos ya listos, mirando a una Emma que no se decidía si llevar sandalias marrones o blancas, que eran iguales solo que de colores diferentes, y con las dos opciones se veía igual de bien.

- ¿Por qué mejor no te vas con una de cada color?- Sugerí, obviamente con sarcasmo, no debió de sorprenderme qué  le brillarán los ojos, porque, claro, estamos hablando de Emma - Estaba bromeando- Aclaré cuando la vi agarrando una sandalia de cada color.

- Eres un genio- Se las colocó y sorprendentemente, le quedaban perfectas.

- Debí estudiar diseño de modas.

- ¿Debería decir que te lo sugerí muchas veces?- Era cierto, a mi también me gustaba la moda, de cierta manera era arte también.

- Si si ajá. ¿Ya estás lista? ¿O vas a combinar los aretes también?

- Oye pero que bue- La interrumpí.

- Ni se te ocurra. Milly...

Milly estaba ajena a nuestra discusión mirando por la ventana.

- ¡Ya viene! ¡Ya viene! ¡Vamos!- Bajo las escaleras a la velocidad de la luz, sin siquiera mirarnos.

Emma y yo nos miramos y sonreímos. Cuando íbamos bajando me llegó una notificación.

LINCON 🏈

Llegué.

Ya vamos a bajar.

No recuerdo una vez que me haya enviado más de una frase alguna vez.

Esperábamos que Milly hubiera abierto ya la puerta, pero cuando bajamos las escaleras ella apenas había agarrado su mochila y parecía que nos esperaba.

No le dijimos nada. Abrí la puerta y salimos.

Lincon estaba afuera, detrás de su auto, una camioneta Toyota Prado color gris, al parecer acomodando algunas cosas en el maletero del auto.

Pasaron unos segundos antes de que sacara la cabeza del maletero y nos mirara.

- Metan sus cosas aquí- Estaba con su cara de siempre, sería un muy buen modelo, lastima que eso no le iba mucho.

- Va- Caminamos hacia el auto. Milly iba tras de Emma, que iba tras de mi. Yo metí mi bolso qué contenía solo lo necesario para sobrevivir tres días, así que no pesaba mucho, por lo que no necesite ayuda.

Emma por otro lado, parecía que llevaba un muerto. Y no llevaba una si no dos mochilas. No tenía ni la más remota idea de que iba a hacer con tanta ropa en un viaje de menos de una semana. El moreno tuvo que ayudarla con las dos mochilas.

Y luego la pobre Milly, no habia empacado tanto como Emma, pero si mucho más que yo, así que también necesitó ayuda.

Emma y yo vimos la escena y nos chocamos los hombros con complicidad y sonriendo.

Lincon mirando a Milly y extendiendo la mano para que ella le pasará la mochila. El acomodó el bolso y acto seguido cerró el maletero del auto.

- Ya está. Suban- Emma y yo nos apresuramos a montarnos en los asientos de atrás. Ella se sentó y yo me acosté en el resto del espacio antes de que Milly entrará.