borracha.

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1984

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1984

Era tarde, muy tarde.

El cuerpo intoxicado de Liliana mejor conocida como Lili se tambaleaba al final de la vereda. El frío invadió su piel, haciéndola temblar lentamente mientras levantaba su cabeza para ver cómoda las estrellas. Había perdido a su novio de vista hace un par de momentos, el estaba en la otra punta de la discoteca tomándose el pelo, estresado.

Tenía que cuidarla, más en estás épocas donde nada parecía seguro. Charly le preguntó a cada persona que conocía si habían visto a su mujer, a su Lili.

"¿Eh?" El alzó la voz, tratando de averiguar que estaba diciendo Andrés. Mucho ruido. "¡Habla más fuerte!"

"Se fue afuera!" Gritó.

Un golpe de preocupación interrumpió cualquier otro sentimiento de euforia. Se fue sin más, empujando los cuerpos para hacer lugar y llegar hasta la puerta de salida que parecía ser muy moderna. Salió ya que estaba abierta, divisando mucha gente pidiendo taxis, hablando entre sí o incluso tirados sobre el piso. Si no encontraba a su novia iba a terminar justo así.

Miró a los dos lados hasta que la encontró en la acera, fumando, con un hombre. Fue como si todo lo que había tomado hubiera desaparecido. Se acercó.

"¿Y qué hacés acá sola?" El hombre se acercó un poco más.

Liliana dió un paso atrás, ignorando su cercanía que no le provocaba nada.

"Perdí a mi novio." Le costó modular.

"¿Te fue infiel?"

Ella soltó una risa como si hablara de una broma, es obvio que había entendido mal sus palabras. Trató de mantenerse estable.

"No, él-" No pudo terminar, los brazos de Charly abrazaron su cintura. Tenía una cara de seriedad terrible.

"Ya encontró a su novio y soy yo."

Los ojos de aquél tipo desconocido se abrieron salvajemente. Era la mujer del mismísimo Charly García, y él, como muchos otros jóvenes, era su fan. Tragó en seco, temblando suavemente sin saber que responder.

"¿Charly García?..." Preguntó el tipo. La mujer escondió su cabeza en el cuello de Charly y dejó un tierno beso.

"Si, rajá de acá pelotudo. Te llego a ver en mis recitales y te tiro una bomba."

El tipo abandonó el lugar sin decir otra palabra, ahora Charly preocupado miró a su novia, su futura esposa en ese estado.

"¿Estás bien, Lili?" Preguntó suavemente, sosteniéndola para guiarla a algún taxi y llevarla al departamento.

"Mmh..."

Él se confundió más con esa respuesta.

En el camino cuidó cada espacio que su mujer tocaba, su cabeza en las piernas de García mientras el la acariciaba suavemente y veía los autos pasar. Se quedó dormida murmurando poesías que recordaba de memoria, casi en un susurro que solo pudo escuchar el hombre. Le sorprendió.

El taxi frenó, ocupando el espacio del edificio por delante y esperó el dinero que le correspondía. Charly le dió de más, no le importó realmente.

"Hasta luego, gracias." Fue lo único que dijo, bajando del taxi.

Con su novia en brazos, tambaleándose un poco, logró entrar al departamento.. Todas las luces estaban apagadas, no se veía nada. Encendió una, apenas alumbraba algo.

Acostó a Liliana en el sillón, ella empezó a moverse, a despertarse. Sintió los toques de él acomodando su vestido, soltó un suspiro salvaje con la frente arrugada.

"Shh, shh. Soy yo." Susurró él, dejando que ese característico olor a cigarrillo interrumpiera el olfato de Liliana.

Sus ojos vagos lo miraron atentamente, una mano sobre su muslo, otra sobre su pelo acomodando para que ella pudiera ver mejor.

"Tomaste mucho." Dijo soltando una risa nasal, Liliana ya estaba casi despierta.

Trató de acomodarse sobre el sillón para sentarse, Charly rápidamente fue a buscar agua. Eso necesitaba, mucha agua.

Ella estaba en silencio, todavía tratando de ver con claridad los sillones del departamento. El sol parecía querer salir porque el cielo se estaba pintando de un color naranja profundo, entrando por la ventana y posando la luz sobre las manos de Liliana.

Acomodó su pelo batido, qué bien hizo en traer en su muñeca una liga para sus pelos locos. Charly llegó, sentándose a su lado.

"¿Cómo te sentís?"

"Veo doble..."

Aquella respuesta de su mujer lo hizo volver a reír, agarró su cintura y dejó que su cuerpo cayera sobre el suyo para formar un cálido abrazo.

"No te vayas más así. Te busqué por todos lados." Susurró.

Liliana rodeó los ojos divertida, estar así de borracha le provocaba un cosquilleo latiente en todo su cuerpo que no paraba jamás.

"Era fácil encontrarme, siempre lo hacés."

Charly tomó su mentón, subiendo su cabeza para que sus ojos conectaran al igual que sus labios. Las respiraciones calientes, el alcohol que se pasaba de lengua en lengua y las risas entre cada unión de labios hizo que empezaran a necesitar más.

"No," Soltó Charly. "Tenés que descansar, mirá cómo estás."

"Mirá como me tenés." Retrucó su novia.

Se rió y de un momento al otro la alzó entre sus brazos. Liliana dejó escapar un pequeño grito.

"¡Me voy a caer!" Exclamó.

"Hay que ir a dormir y lo sabés." García respondió tranquilo.

La llevó hasta la cama donde la acostó, sacó toda su ropa hasta que quedó desnuda y dejó caer todo su cuerpo a su lado. Abrazándola.

Decoró cada lunar con un beso, una palabra de amor o alguna que otra broma que después se haría real. Liliana no tardó nada en quedarse dormida.

Imaginas ; Charly García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora