amame.

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1985

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1985

"¿¡Qué hacés, loca!?" Gritó Charly por los pasillos del hotel que compartía con su mujer.

"¿Loca?" Ella giró la cabeza con los ojos bien abiertos, desafiante agarró un florero de vidrio y lo estrelló contra alguna de esas paredes.

Todo estaba siendo grabado por una cámara en la esquina alta de ese pasillo. Los ojos de Charly miraron a su mujer, a su Catalina.

"Catalina, pará." Trató de acercarse.

"Cuando soy tu espejo ya no te gusto, ¿No?" Encaró. "¡Amame ahora que soy igual a vos!" Gritó.

A el le dieron ganas de llorar porque ella era real, ella tenía toda la razón. Charly era justo así, y Catalina ya había bancado cada acción de este hombre pero ahora era su turno de estar enojada porque Charly le mintió, le dijo que no se drogaba más cuando ella se iba de viaje por su trabajo de fotógrafa. Ahora estaban los dos en Córdoba, el por la música, ella por la fotografía.

Charly se acercó más y trató de hacer lo que Catalina siempre hacía cuando el se ponía así. Envolvió sus brazos alrededor de ella, trató de escapar pero el resistió y poco a poco se fue soltando para empezar a llorar con mucho dolor. Charly no pudo evitar llorar un poco también.

"Perdoname. Me siento muy mal y te necesitaba." Confesó él.

"Me pudiste haber llamado."

"Ya sé, ya sé. Tenés razón en todo. De verdad quiero mejorar." Murmuró entre su cabello.

Ella suspiró, pensándolo un poco. No lo quería descuidar, el estaba en una etapa donde todo le dolía menos Catalina y necesitaba estar ahí con el. Quería salvarlo quizás.

¿Por qué siempre tenía esa necesidad de salvar a todos?

¿Será porque en su infancia jamás pudo salvar a su padre?

Levantó la mirada arrepentida de haberle gritado de esa manera, Charly dejó un beso en la punta de su nariz.

"Está bien tener recaídas, pero decime todo. Por favor." Catalina rogó.

El asintió con rapidez aliviado, lo que más odiaba era pelear con ella. Sin ella no era nada, la adoraba con su alma.
Lo que más amaba es que lo dejara sentir.

"¿Vamos a la habitación?" Volvió a hablar. "Después pago el florero roto."

Catalina murmuró con un poco de vergüenza al recordar como lo estrelló hace unos segundos. Charly soltó el agarre para poder ir, agacharse y agarrar una flor de las tantas que habían sobre el piso mojado y los vidrios rotos alrededor. Le ofreció la flor a su mujer.

"No es la mejor flor del mundo pero espero que para vos lo sea."

Ella sintió tanta ternura que casi llora, agarró la flor para dejarla sobre su oreja y decorar su cabello.

"Lo es." Sonrió. "Perdón por lo que te dije, estaba cegada." Empezaron a caminar hacia la habitación.

"Algún día me tenía que dar cuenta." Soltó una risa, poniéndose las manos en los bolsillos del pantalón.

"No," Negó Catalina rápidamente. "Sos increíble."

Los dos pararon lentamente, poniéndose cara a cara y besarse con emoción. Ella se puso de puntitas para alcanzar la cara de su hombre.

"Te amo." Dijo Charly.

Agarró su cintura y dejó otro beso más sobre sus labios.








N.A

Hola corazones. Nunca en mi vida estuve tan mal como estos últimos días, cómo están ustedes? Las extraño y las amo mucho.

Besitos.

Almendra.

Imaginas ; Charly García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora