El timbre anunciaba el inicio de la jornada escolar, mientras los pasillos de la preparatoria se llenaban de estudiantes conversando, riendo y apresurándose a llegar a sus aulas. Entre el bullicio, Itadori Yuji caminaba con su típica sonrisa despreocupada, saludando a todos a su paso. Era conocido por su actitud amigable y su habilidad para llevarse bien con cualquiera, ya sea profesor, estudiante o incluso las personas del vecindario. Sin embargo, había una excepción a esa regla: Kugisaki Nobara.
Desde el momento en que se conocieron, ambos habían estado en constante desacuerdo. Nobara lo veía como un tonto sin remedio, demasiado optimista para su propio bien. Por su parte, Yuji la consideraba una chica arrogante y testaruda, siempre buscando la forma de criticar cada cosa que hacía. Y, como era de esperarse, el destino los había colocado en la misma clase y, peor aún, como compañeros de asiento.
Al llegar al aula, Yuji se desplomó en su asiento, suspirando al ver a Nobara entrar con una expresión que dejaba claro que no tenía intenciones de ser amable esa mañana. Como siempre, ella ignoró su presencia y se sentó a su lado, cruzando los brazos y lanzándole una mirada de reojo.
-¿Qué pasa, Itadori? ¿Te caíste de la cama y olvidaste cómo peinarte? -dijo Nobara con su habitual tono sarcástico.
Yuji, acostumbrado a sus comentarios cortantes, simplemente sonrió.
-Buenos días para ti también, Kugisaki. Veo que tu mal humor llegó temprano hoy.
Nobara bufó y sacó un espejo de su bolso, asegurándose de que su apariencia estuviera impecable. Era conocida por cuidar cada detalle de su estilo, sin importar cuánto trabajo le costara. No era simplemente vanidad; para ella, mostrarse segura y en control era una forma de demostrar que nadie podía pasar por encima de ella.
La clase comenzó, pero la tensión entre ellos no pasó desapercibida para los demás. Sus compañeros de clase ya estaban acostumbrados a las constantes discusiones entre Yuji y Nobara. A veces, era como si ambos buscaran cualquier excusa para lanzarse comentarios afilados. Sin embargo, también había algo más en esos enfrentamientos; una chispa que, aunque ninguno reconocía, mantenía la atención de todos los que los rodeaban.
Durante la clase de educación física, el profesor decidió organizar un partido de voleibol. Naturalmente, Yuji y Nobara terminaron en equipos opuestos. Lo que comenzó como un simple juego amistoso se transformó rápidamente en una competencia feroz entre los dos.
-¿De verdad crees que puedes ganarme? -dijo Yuji, sonriendo confiado mientras se preparaba para sacar.
-Tienes suerte de que no esté usando mi martillo, porque te haría volar hasta la otra cancha -respondió Nobara, entrecerrando los ojos con determinación.
El partido se volvió un duelo entre ellos. Yuji usaba su agilidad y fuerza para dominar el juego, mientras Nobara mostraba su habilidad para anticipar los movimientos de su oponente y devolver cada balón con precisión. Los demás jugadores observaban, más interesados en la batalla personal entre ambos que en el resultado del partido.
Al final, el equipo de Yuji ganó por un punto, y él no perdió la oportunidad de restregarlo en la cara de Nobara.
-¡Eso es todo! ¿Qué decías de hacerme volar? -dijo Yuji, alzando los brazos en señal de victoria.
Nobara apretó los dientes, tratando de mantener la compostura. Sabía que era un simple juego, pero su orgullo estaba en juego.
-Ni te emociones, Itadori. Solo ganaste porque tu equipo hizo todo el trabajo pesado. Tú solo estuviste ahí para posar como un tonto.
-¿Posar? -Yuji arqueó una ceja-. Alguien está un poco molesta por perder.
Antes de que la discusión pudiera escalar, el profesor intervino y ordenó a todos regresar a los vestuarios. Sin embargo, la rivalidad entre ellos no desapareció. Mientras se cambiaban para volver a clase, Nobara seguía pensando en cómo humillarlo la próxima vez. Yuji, por su parte, intentaba no darle más importancia de la necesaria, aunque secretamente disfrutaba la competencia. Había algo en la actitud desafiante de Nobara que lo mantenía alerta, como si constantemente quisiera demostrarle algo.
Más tarde, durante el receso, ambos se encontraron nuevamente en la cafetería. Nobara estaba sentada con su bandeja de comida, sola por un momento, cuando Yuji se acercó con una sonrisa burlona.
-¿Te importa si me siento aquí? -preguntó, aunque claramente no esperaba una respuesta.
-Haz lo que quieras -respondió Nobara con indiferencia, sin siquiera mirarlo.
Mientras comían en silencio, algo extraño sucedió. Por un breve instante, entre la tensión y las miradas furtivas, hubo un pequeño destello de algo distinto, una sensación incómoda que ambos sintieron pero no quisieron reconocer. Era como si, debajo de todas las peleas, existiera una curiosidad mutua, una necesidad de entender al otro.
El receso terminó y ambos volvieron a su rutina diaria, fingiendo que nada había cambiado. Sin embargo, en el fondo, sabían que ese día había marcado el inicio de algo diferente. Ninguno lo admitiría, pero empezaban a ver más allá de sus diferencias.
Lo que comenzó como un simple roce entre rivales, podría estar dando paso a algo mucho más complicado.
Holaa, les traigo este pequeña historia de 10 capitulos sobre Itadori y Nobara, espero que de verdad les guste y si tengo algunas faltas de ortografía no duden en decírmelo 🫶🏻.
Gracias por leer 🫀.
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ENTRE CHISPAS Y CORAZONES. | ITADORI X NOBARA
RomanceYuji y Nobara, dos rivales escolares, son forzados a trabajar juntos para una competencia. Con el tiempo, su relación evoluciona de enemistad a una conexión más profunda. Sin embargo, Nobara descubre que Yuji se acercó a ella inicialmente por una ap...