09 | La chispa en la noche.

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La noche en el campamento avanzaba, y aunque la temperatura bajaba, la atmósfera entre los estudiantes estaba cálida. La fogata reunía a todos en un círculo, iluminando las sonrisas y las risas que resonaban por todo el lugar. Nobara y Yuji se mantenían a una prudente distancia uno del otro, pero cualquier observador atento podría notar las miradas furtivas que compartían, intentando descifrar lo que el otro sentía.

Las actividades del día los habían agotado, y todos parecían relajados, compartiendo historias y bromas bajo la luz de las estrellas. El profesor encargado propuso una dinámica para cerrar la noche: compartir lo que más valoraban de sus compañeros. La idea parecía simple, pero las palabras que comenzaron a salir revelaban sentimientos sinceros y verdades que no se decían a menudo.

Nobara observaba con interés cómo los demás hablaban, notando la cercanía entre amigos y compañeros que, a pesar de sus diferencias, habían formado vínculos reales. Cuando llegó el turno de Yuji, todos esperaron algo divertido o despreocupado, pero él sorprendió a todos con un tono mucho más serio.

-Lo que más valoro es la oportunidad de redimirme cuando cometo un error -dijo, con los ojos dirigidos hacia la fogata, aunque claramente su mensaje tenía un destinatario específico-. Porque, a veces, las segundas oportunidades son la única manera de demostrar que realmente quieres cambiar.

Nobara sintió su pecho apretarse. Sabía que esas palabras iban dirigidas a ella. Y aunque aún estaba llena de dudas, no podía ignorar la honestidad en su voz. La forma en que Yuji estaba dispuesto a luchar por lo que creía la conmovía más de lo que quería admitir.

El grupo siguió con la dinámica, pero la tensión entre ellos dos crecía. Nobara no sabía qué decir si llegaba su turno, y cuando lo hizo, solo dijo algo breve sobre valorar la autenticidad. Sin embargo, incluso en su silencio, Yuji percibió el mensaje detrás de sus palabras: ella aún quería creer en él, pero no estaba lista para dejarse llevar tan fácilmente.

Más tarde esa noche, el grupo comenzó a dispersarse, y los estudiantes regresaron a sus cabañas. Sin embargo, Nobara no tenía intenciones de dormir. Su mente estaba demasiado ocupada, así que decidió alejarse un poco y pasear por el bosque cercano para despejarse.

El frío era más intenso lejos del calor de la fogata, y la brisa nocturna llevaba consigo el olor a pino y tierra húmeda. Nobara se abrazó a sí misma, caminando lentamente mientras intentaba organizar sus pensamientos. Pero no estaba sola. No muy lejos, Yuji también había decidido dar una caminata. No fue una sorpresa cuando sus caminos se cruzaron.

-¿Escapando del ruido? -preguntó Yuji con una sonrisa leve, notando cómo Nobara se sobresaltaba al verlo.

-Solo necesitaba un respiro -respondió ella con tono neutral, aunque en el fondo, sabía que inevitablemente terminarían hablando. Habían evitado la confrontación directa por días, pero algo en la serenidad del entorno hacía que los muros se vieran más frágiles.

Caminaron juntos, en silencio, durante un rato. Ninguno sabía cómo comenzar, pero ambos sentían que esa noche podía cambiar todo.

Finalmente, Yuji se detuvo. Miró a Nobara, decidido a no dejar pasar la oportunidad.

-Nobara, quiero que sepas algo. He estado pensando mucho en todo esto, y entiendo por qué sigues dudando de mí. No puedo culparte. Pero lo que más quiero ahora es hacer las cosas bien, no por orgullo ni por demostrar que tenía razón, sino porque... realmente me importas.

Nobara lo miró con una mezcla de sorpresa y confusión. Había escuchado tantas disculpas y promesas en los últimos días, pero esta vez sentía algo diferente. Había una intensidad en los ojos de Yuji que no había visto antes, como si realmente estuviera abriéndose a ella de una manera vulnerable.

-Es difícil para mí olvidar cómo empezó todo -confesó Nobara, sus palabras saliendo con más suavidad de lo que esperaba-. Pero también sé que he visto otro lado de ti en estos últimos meses. Y eso... eso me ha hecho cuestionar si estoy siendo justa al seguir alejándote.

Yuji dio un paso más cerca, con cuidado de no cruzar ningún límite. Su voz fue un susurro cuando habló de nuevo.

-Si estoy aquí, es porque quiero que confíes en mí otra vez. No porque lo merezca, sino porque sé que tú y yo... somos más que lo que empezó como una apuesta.

El silencio que siguió estaba cargado de emociones no dichas. Las hojas crujían bajo sus pies y el viento susurraba entre los árboles, pero lo único que importaba en ese momento era la distancia que los separaba. Una distancia que, poco a poco, se estaba acortando.

Nobara sentía su corazón acelerado. Sabía que el momento estaba llegando, ese punto en el que tendría que decidir si dejaría que Yuji volviera a entrar en su vida o si lo mantendría a distancia por el bien de su propia protección.

-Yuji... -comenzó a decir, sin saber exactamente cómo terminar la frase.

Él no esperó una respuesta clara. En lugar de palabras, avanzó el último paso que quedaba entre ellos, inclinándose hacia ella con la misma duda y esperanza que sentía Nobara. Todo se sintió en cámara lenta: la forma en que Yuji la miraba, como si estuviera esperando alguna señal, y la forma en que ella, después de un segundo de vacilación, decidió no retroceder.

Finalmente, sus labios se encontraron en un beso que comenzó con suavidad, pero que pronto se llenó de todo lo que habían contenido durante esos meses: la tensión, la atracción, la frustración, y sobre todo, la conexión que ninguno de los dos había querido admitir hasta ese momento. El beso fue largo, lleno de emociones contradictorias, pero también fue el comienzo de algo nuevo. Era un acuerdo silencioso, una promesa de intentar nuevamente, pero esta vez con honestidad y sin apuestas.

Cuando se separaron, ambos estaban respirando con dificultad. Yuji buscó los ojos de Nobara, temiendo lo que pudiera ver en ellos, pero lo que encontró fue una pequeña sonrisa que hablaba de aceptación y de un futuro incierto pero posible.

-Supongo que eso fue un buen intento de redención -dijo Nobara, intentando sonar casual, aunque su tono no podía ocultar la calidez que sentía en el pecho.

Yuji dejó escapar una risa aliviada.

-Solo es el comienzo. No pienso dejar de intentar ganarme tu confianza.

Nobara rodó los ojos, pero esta vez no hubo sarcasmo en su gesto, solo la sensación de que, a pesar de todo, tal vez estaba lista para darle una oportunidad más.


















Ya nos acercamos al gran final de esta pequeña historia 😵‍💫.

Gracias por leer 🫀.

ENTRE CHISPAS Y CORAZONES. | ITADORI X NOBARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora