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El cielo estaba completamente despejado, el sol radiante golpeando todo el sendero, permitiendo que su luz llegara a los lugares más escondidos de la región, llevando consigo una pizca de calor agradable a todo lo que tocase. Era una vista sumamente hermosa, y a la vez poco apreciada al ser visualizada día a día por quienes habitaban el lugar; sin embargo, para alguien como Tanjirō, definitivamente era algo que podría apreciar sin cansarse durante mucho tiempo.

— Esto me trae algunos recuerdos... — Comentó con voz tranquila el usuario de la respiración solar, en lo que avanzaba tranquilamente en su camino.

— Mi memoria no es muy buena. Solías viajar con tu hermana así en el pasado, ¿no es así?

— Mhn, lo hacía. Lo hice durante mucho tiempo, me siento algo nostálgico de pensarlo.

— Tanjirō...

La propia expresión del más joven cambió con escuchar eso. Ambos poseían recuerdos dolorosos que los acompañarían durante toda su vida, una herida que por más que los años pasaran, seguiría allí, incluso si cicatrizaba, la marca no podría ser borrada. Les arrancaron una parte de su vida e incluso la superación sería un recuerdo del dolor que les marcó en el pasado. No había manera de consolar algo de ese tipo.

— Está en el pasado, pero de alguna manera, estoy en la misma posición de nuevo. — Ríe, con cierta gracia.

— No confío en nadie más para ayudarme con esto.

Un silencio reinó entre los dos cuando esas palabras fueron pronunciadas. La risa y gracia se vieron interrumpidas por el desconcierto momentáneo de haber escuchado aquello. Tanjirō pensó por un momento que debía haber escuchado mal, y que las palabras dichas debían haber sido otras, sin embargo, no podría estar más equivocado.

— Solo puedo confiar en ti.

"Solo te tengo a ti."

Tan pronto como el más alto fue capaz de asimilar las palabras que le fueron dichas, una suave sonrisa se formó en sus labios, su expresión cambiando a una notoriamente suave, incluso si no había manera de que el otro la viera en ese momento.

— Mhm, gracias, Tokito-kun. Volverás a ser humano, es una promesa.

— No.

— ¿Huh?

— Puedes llamarme por mi nombre.

— ¿Eh? Pero eso sería descortés, además, eres un pilar y...

— Ya no soy un pilar, Tanjirō. Y de todas formas, no me importa, puedes llamarme por mi nombre.

En el fondo, Muichirō realmente quería escucharle dirigirse a él con confianza y cercanía, pensaba que lo merecía. Estaban emprendiendo este tipo de viaje, le había dado la confianza al depositarse a sí mismo a su cuidado, pero al parecer, Tanjirō no pareció captar la indirecta en primer lugar.

— ... ¡Oh! ¿Muichirō -kun?

— Justo así, Tanjirō. — Sin darse cuenta, estaba sonriendo con el solo hecho de escuchar su nombre desde los labios del joven.

El camino continuó transcurriendo en medio de conversaciones triviales respecto a diversas cosas, entre risas como si nada. Ni siquiera en momentos donde parecían pasar frente a otros disimulaban, consiguiendo que Tanjirō se llevara miradas extrañas de los aldeanos, quienes pensaban que era simplemente un loco que hablaba con una caja de madera.

Pronto, comenzó a escucharse más ruido y música, a la vez que Muichirō notó que el camino parecía dificultarse un poco conforme el bullicio se hacía más intenso, notando sin necesidad alguna de mirar hacia afuera, que parecían haber obstáculos o, siendo más específico, sin duda había mucho gentío, lo que dificultaba que el otro andara en medio de ello, especialmente si cargaba una caja relativamente grande.

Cristal eyes [TanMui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora