One shots; Kpop Idols ♡

Anton • Riize Ver2.0

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Estaba esperando sola a mitad de la calle, como jodido faro muriéndome del frío pues no traía más que un minúsculo vestido debajo de mi abrigo de lana. El idiota de Anton aún no pasaba por mi, llevaba esperándolo por más de 15 minutos, y aunque estaba muy nerviosa y sentía miedo, quería tener este encuentro con él.

Ya lo había decidido.

Anton sería mi primera vez.

Después de varios minutos más, Anton por fin se dignó a aparecer. Venía en su camioneta,  por lo que una vez que se detuvo justo frente a mi, abrí la puerta de la misma y me monte. Suspirando de alivio porque aquí dentro se sentía calientito.

—Disculpa si te hice esperar demasiado, linda. Los idiotas de mis compañeros no querían que me fuera de la fiesta.

Lo miré y me quedé embobada por lo bien que se veía. Vestía una camisa negra simple y unos pantalones de deporte del mismo color, su cabello estaba desordenado lo cual lo hacía lucir más guapo de lo que ya era. Anton sonrió porque sabía que lo veía como idiota enamorada y se acercó un poco a mi, dejando un beso muy cerca de la comisura de mis labios.

Fuck.

—Que linda chica tengo aquí —me dijo y por más que lo quise no pude evitar sonrojarme como la mocosa idiota que era—. ¿No tendremos ningún problema, verdad? Realmente aprecio a Eunseok.

—No te preocupes, todos piensan que estoy durmiendo en casa de Lindsey. Mi hermano jamás se va a enterar de esto, te lo prometo —le aseguré y él se vió más tranquilo.

—Muy bien, entonces andando.

Anton condujo relajadamente hasta su casa y cuando estuvimos frente a la misma, los nervios me invadieron.

Sabía que una vez que cruzáramos por esa puerta, no habría nada que evitaría que fuera exclusivamente de Anton. Él me haría suya como lo prometió en todos esos mensajes que nos envíamos la semana pasada. Tendríamos sexo, al fin lo haríamos. Al fin dejaría de ser la virgen marginada que nadie quería probar.

—No estés nerviosa, cariño. Llegaremos hasta donde tú quieras que llegue —dijo y eso me calmó un poco.

Él bajó del auto para abrirme la puerta y una vez que ambos estuvimos fuera, me tomo de la mano para comenzar a caminar hacia su hogar.

Vivía solo. Desde que inició la universidad que Anton se había independizado, lo que permitía hacer lo que quisiera y traer a todas las chicas que el quisiera.

—Si piensas que he traído a alguien más aquí déjame decirte que estás equivocada —¡Cielos, también es adivino! pero me alegró escuchar eso—. Existen los hoteles, así que...

Abrió la puerta y me dejó pasar primero.

Su casa era linda. Todo estaba limpio y ordenado, algo que esperaba de él, probablemente era más limpio y ordenado que yo, aunque me diera vergüenza admitirlo.

—En realidad, eres un caso especial, _____. Por eso quise traerte a mi casa, pensé que aquí te sentirías más cómoda —eso me enterneció.

Era un lindo cuando se lo proponía, agradecía que se preocupara por mi.

—¿Quieres algo?, ¿Agua? Te daré lo que sea con tal de que dejes de estar tan nerviosa —se rió al final y eso me hizo sentirme más tonta.

—N-no... —me aclaré la garganta para hablar mejor—. Es solo que... me gustaría tener la valentía que sentía cuando te envié todos esos mensajes...

—______, sabes que no haré nada si tú no quieres...

—Sí quiero... Solo que me siento nerviosa y eso me molesta...

Anton me sonrió y se acercó un poco, poniendo sus manos en mis hombros. Tuve que levantar la cabeza para mirarlo, pues era mucho más alto que yo.

Yo era una pulga a su lado.

—Te ves muy hermosa, bueno, siempre eres hermosa.

Me sonroje y camine hacia el sofá que tenía, tomando asiento en el. Anton se sentó a un lado mío y nos quedamos en silencio unos cuantos segundos.

—La verdad... He fantaseado muchísimas veces contigo —su confesión me sorprendió.

—¿En serio?

Él asintió y la mirada de deseó que me dirigió me hizo apretar las piernas inconscientemente, y él lo notó.

—Si... Creo que siempre me haz gustado, _____.

Yo... ¿Gustarle a alguien como Anton?

Esto sí que no lo ví venir.

—Anton... Si estás tratando de ser amable solo porque vamos a follar no es necesario que...

—Estoy diciéndote la verdad, es solo que nunca me atreví a dar ningún paso porque siempre tuve miedo de lo que Eunseok podía pensar. Tu entiendes, realmente considero a tu hermano como uno propio...

En eso estuve de acuerdo, no había dudas de su leal amistad.

—Por eso nunca intenté nada contigo, pero cuando tú me dijiste todo eso, yo simplemente deje de preocuparme por lo que diría Eunseok y ahora aquí estamos... Apunto de hacer el amor...

—Follar, Anton —tomé valor y me senté a horcajadas sobre el, quien se vió algo sorprendido por mi atrevimiento pero no dudó en poner sus manos sobre mi trasero—. No quiero que hagamos el amor, quiero que follemos.

—¿Estás segura de eso?

—Muy segura —y lo besé, haciendole saber todo lo que sentía en ese beso tan hambriento y necesito que nos dejó sin aliento a los dos.

Anton me recostó sobre el sillón y se subió sobre mi, sin dejar de besarme, quedando atrapado entre mis piernas que rápidamente envolví a su alrededor al sentirlo empujar sus caderas contra mi deseosa intimidad.

Un gemido se me escapó por lo bien que se sentía. El suéter y el vestido se habían subido más arriba de mi ombligo y él no dudó en acariciar la piel desnuda de mis piernas.

—¿Quieres que te coja, _____?

—S-si...

—Dímelo con palabras.

—Q-quiero que me cojas, Anton...

Lo sentí sonreír sobre mi boca y se quitó, poniéndose de pie.

—Vamos a mi habitación.

Ya lo tenía así que de una vez lo publico, no puedo dormir help

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