𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐕

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— Son unos irresponsables, de ninguna forma permitiremos que vuelvan a salir. —

Richard y Zuzy se quejaron en voz alta ante la reprimenda, ganándose un gesto de parte de la espadachín. La mayor llevo su mano a su rostro, tomando entre sus dedos el puente de su nariz y jadeando exasperada, su corto cabello se movió junto a la negación de su cabeza.

La desaparición por horas de ambos chicos había encendido las alertas de los adultos, al despertar por la madrugada para la medicación de Zee, la gemela mayor y el rubio ya no estaban por ninguna parte. Y encontrarlos fuera de los límites de la ciudad, junto a un grupo desconocido que pudo haberlos matado en el mejor de los casos definitivamente no había sido exactamente una noticia muy grata.

Zizzy no estaba feliz.

— Lo que hicieron anoche fue una total estupidez, pudieron haber muerto a manos de esos.. de esas personas. — Su voz tenía un matiz de preocupación bajo la notable irritabilidad producto de horas de desesperada búsqueda.

Aunque claramente en desacuerdo con la decisión de ser encerrados en los hoteles, ambos adolescentes se miraron entre si. Entendían la magnitud del asunto ahora que la euforia de ver una parte de todo este infierno que no había Sido explorada, donde parecían haber personas con mucho mejores condiciones que las de ellos mismos.

— Tenemos años encerrados aquí, cruzar el muro hacia el exterior sonaba una gran idea en ese momento.. — Suspiró Richard, echándole una mirada de reojo a su amiga.

— Además, encontramos a algunos de nuestros amigos de la primaria. Zizzy, no fue tan malo. — La voz de la fémina intento refutar.

La nombrada miró con pesar a ambos, aún eran jóvenes intentando lidiar con las consecuencias del desastre que se había desatado sobre la apartada localidad, consecuencias que tenían siguiendo repercusiones, y que las seguirían teniendo, porque el sol había dejado de iluminar a Lucella con su esperanza hacia bastante tiempo atrás.

Sus manos se dirigieron una a cada uno de los hombros de los chicos, un tacto reconfortante y breve para calmar sus angustias.

— No lo dudo, pero nunca deben olvidarse de la precaución, menos ahora que todo lo que alguna vez conocemos se ha perdido. No sabemos quienes son esas personas ahora, por mucho que en un pasado lo hayamos hecho. — 

Ambos agacharon sus cabezas en un reconocimiento silencioso, ella no mentía.

Ninguna persona era realmente confiable luego de todos estos años, la sanidad mental era cuestionable luego de años de casi absoluta desolación y las intenciones ajenas eran cuestionables hasta que se demostrara verdadero sentido de lealtad.

La voz de la mujer sonó nuevamente, junto a una suave palmadita que los saco de sus reprimendas mentales.

— Vayan a ver a Dessa, seguramente tiene algo bonito para ustedes. —

 —

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Far Away | Piggy |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora