"Quiero confesarte que ya tengo la certeza
De que tu recuerdo vive adentro de mi piel
Tengo un corazón que está perdiendo la cabeza
Porque se dio cuenta que ha caído ante tus pies"POV VALENTINA
Me desperté de golpe por las vibraciones insistentes de mi móvil, que estaba en la mesita de noche. Abrí los ojos con sueño y estiré mi brazo para apagar la alarma.
Con un suspiro, dejé el móvil de lado y me revolví en la cama. Al darme la vuelta, mi mirada cayó en el espacio vacío a mi lado, pero el olor a Juliana aún se percibía. Un escalofrío me recorrió al recordar los eventos de la noche anterior, cada momento tan claro en mi cabeza como si hubiera sido hace nada.Mi cuerpo, aún caliente con el eco del placer, empezaba a doler, como un recordatorio de lo intenso que fue. Nunca hubiera imaginado vivir lo que habíamos vivido juntas, ni siquiera sabía que mi cuerpo era capaz de tantos orgasmos en una sola noche. Me sonrojé al recordar esos momentos, mordiéndome el labio involuntariamente.
Pero un nudo se formó en mi estómago cuando recordé por qué no había ido más lejos con ella.
La imagen de Andrea se formó en mi mente, trayendo consigo una ola de culpa. Me senté en la cama, sintiendo el peso de mi conciencia aplastándome. Había traicionado la confianza de la persona que quería.
Recordé las palabras de mi madre, que siempre me advertía sobre las consecuencias de ser egoísta. Y esta vez, había sido exactamente eso: egoísta.
Me prometí a mí misma que nunca volvería a cometer el mismo error. Esa noche había sido un desliz, un momento de debilidad que no se repetiría. A pesar de la oleada de emociones, no tuve tiempo para dejar que la culpa se apoderara de mí. El móvil sonó de nuevo, esta vez más insistente, y al revisarlo me di cuenta de que estaba llegando tarde para hacer el check-in en el hotel.
Me vestí a toda prisa, tirando de la comodidad de una sudadera y unos joggers, y me coloqué unas gafas de sol para ocultar el cansancio. A pesar de haber dormido seis horas, me sentía hecha polvo. Después de acomodar mis dos maletas, salí de la habitación y me encaminé hacia el vestíbulo.
Mis ojos escudriñaban disimuladamente entre la gente que pasaba, esperando ver a Juliana entre la multitud. Pero no hubo ni rastro de ella. No me extrañó descubrir que se había largado sin siquiera dejar una nota. Al fin y al cabo, habíamos acordado que lo nuestro sería un rollo de una sola noche, sin compromisos ni esperanzas.
Saqué mi móvil y me encontré con los mensajes de Andrea, preguntándome a qué hora llegaría a Madrid. El sentimiento de culpa se avivó en mi pecho mientras le respondía con las manos temblorosas. Guardé el teléfono cuando vi de reojo a Viviana aproximándose a mi lado.
—¿Qué tal estás? —preguntó con una sonrisa amable.
Respondí con un asentimiento, intentando mantener una expresión serena.
—Estoy bien, ¿por qué?
—Anoche te fuiste porque te dolía la cabeza —explicó Viviana—¿Estás mejor?
Recordé rápidamente la mentira que había tejido y asentí.
—Sí, sí. Tome una pastilla y quede perfecta para dormir —respondí, tratando de sonar convincente.
—Bueno, me alegro de que alguien haya dormido bien entonces —comentó con una risa suave. Señaló a la pelirroja que estaba haciendo el check-in—. Renata, en cambio, ni durmió porque Juliana la dejó sola y se pasó la noche bebiendo.
No pude evitar sentir una pizca de satisfacción al escuchar eso. Recordé cómo Juliana la había dejado plantada para venir conmigo, y aunque sabía que no debería alegrarme por ello, no pude evitarlo.
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CUANDO NADIE VE
Fanfiction"Soñé un verano que se hiciera eterno, desde el momento que vi tu mirada, me derretiste con esa mirada"- Juliana Valdes "Si me preguntan por ti, diré que es mentira que toda la vida he soñado contigo"- Valentina Carvajal Dos mundos distintos, miles...