En el laberinto de corazones desolados y olvidados, el amor aún florece, pero su belleza duele como un eco en la noche. Somos almas marcadas, navegando entre danza de sombras que susurran secretos peligrosos, anhelando un refugio en medio de la tormenta. —By: Ivonne.
Belaska.
Camino por las oscuras y tenebrosas calles de Grecia. Son más de las dos de la madrugada, o al menos eso quiero creer, ya que no tengo forma de saberlo con certeza.
Estas calles malditas, como las he apodado tras dos intentos fallidos de escapar. Su frialdad me envuelven en una soledad inquietante, como si hubieran sido arrancada de una película de terror. Sin embargo, no les temo; siempre he sentido que dentro de estas calles me observan, lo percibo en lo más profundo de mi ser.
Un escalofrío me recorre y me hace temblar ligeramente, provocando una sonrisa interna mientras me repito mentalmente:
«No es la frialdad de las calles lo que me provoca escalofríos, es él.»
Su silencio.
Su simple silencio me perturba; temo que en un movimiento imprevisto salte sobre mí y me arranque el corazón, como una vez prometió. Sin embargo, el rincón más perverso de mi alma anhela con ferocidad que no sea solo una promesa y que en algún momento la cumpla. Porque me gustan los hombres de palabra, y no esos cobardes que se refugian en mentiras y promesas vacías.
Me agobia, pero al mismo tiempo lo deseo como un veneno letal que se filtra en mi sangre; porque siempre hemos sido él y nuestro oscuro secreto. Un secreto que se desliza entre sombras, alimentándose de mis miedos y deseos.
Mis secretos son peligrosos, pero lo suyos son mortales. Mis desiciones son cristales a punto de quebrarse: frágiles e inciertas, temblando al borde del infierno. Pero sus secretos son mi destino; yo fui su elección, y ese fue el peor error de mi enemigo: hacerme parte de su territorio, un lugar donde nunca debí ni podía pertenecer.
Porque esos secretos, tarde o temprano, entrelazarían ataduras visibles, cadenas irompibles y promesas que jamás deberían romperse. Es decir, esas promesas no han llevado juntos al abismo del infierno, donde el fuego consume todo lo que tocamos.
Esas promesas me están conduciendo a mi perdición. A la muerte que he estado anhelando desde el instante en que puse un pie en estas calles malditas.
Recuerdo haberme jurado a mí misma esa noche, mientras corría con desesperación, que saldría con vida. pero, ¿cómo puedo lograrlo cuando el mismo diablo me acecha?
Cada sombra parece cobrar vida, cada susurro se transforma en una amenaza.
La oscuridad se cierne sobre mí como un manto pesado, recordándome que no estoy sola. Mis pasos resuenan en el silencio de la noche, marcando el compás de una danza mortal entre la esperanza y el desespero.
Una detonación me hace mirar a mi alrededor como una paranoica. ¿O realmente lo estoy? Entrecierro los ojos en un intento de enfocar mejor la visión a la distancia, pero no obtengo nada. Continuó mi camino, contando mis pasos.
La noche se siente gélida, más de lo habitual, envolviéndome en su solitaria travesía. El aire es denso y él frío cala hasta mis huesos. El ambiente parece triste y frustrante, como si la mismas calles estuvieran impregnadas de desesperación.
He estado caminando por más de una hora «o eso creo» no logro salir de este maldito callejón. Es como si estuviera atrapada en un laberinto sin salida. Cada paso que doy me hunde más en la oscuridad, como si estuviera atrapada en un desenfreno interminable.
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Danza de Sombras y Susurros.
RandomEs una historia donde el deseo se divierte con el peligro, creando una euforia de secretos difíciles de romper, al igual que sus promesas. Sin embargo, cuando los oscuros secretos de su pasado amenazan con salir a la luz, deberán decidir si arriesga...