III

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-¡UN LADRÓN EN MI PUTA CASA! ¡TE VOY A MATAR!

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-¡UN LADRÓN EN MI PUTA CASA! ¡TE VOY A MATAR!

-¡Aniki-saaan!

Ahora sí, volvemos en dónde nos habíamos quedado.

Giyuu no entendió en qué momento empezó a quedarse con los pequeños día y noche, pero llevaba así cinco días y le ha ido de maravilla. Los pequeños se han completado, han comido sus platos de comida sin quejas, incluso, lo han ayudado en algunas cosas de la casa; como ordenar los juguetes, además, Genya, Teiko y Hiroshi cuidaban a sus hermanos menores mientras el mayor cocinaba u ordenaba las habitaciones.

Se comportaban como una familia, aunque claro, no de sangre.

Ahora mismo Tomioka no sabía que hacer. Más se extrañó cuando un desconocido abría la puerta de la casa y gritaba como un desquiciado, pero aún, cuando Hiroshi se separó de sus hermanos y corrió ha abrazarlo.

Lo habían llamado ¿Aniki-san?

-Pero ¿Qué es esto?, pulga mal oliente estás mucho más grande.

Por un instante ¿Aniki-san? Se olvidó de la existencia del más bajo y del escándalo que formó, tomo a Hiroshi mientras que los demás Shinazugawas iban donde estaba el mayor para abrazarlo, y este último correspondiendo el afecto de sus hermanos mientras hacia reír a los más pequeños con pequeñas cosquillas.

Volvió a ponerse serio cuando miró hacia en frente suyo "¿Por qué había un chico extremadamente adorable y hermoso en mi casa?" Pensó el recién llegado mirando fijamente al sujeto "invadiendo" su hogar.

-¿Quién eres tú y por qué estás en mi casa con mis hermanos?

Disculpa, dijo ¿Hermanos?

La señora Shinazugawa nunca le mencionó que tenía un hijos más grande además de los que ya conocía, ¿Será que este sea adoptado? Era algo muy precipitado, pues nunca se habría imaginado a otro Shinazugawa que ya pareciera mayor de edad.

-¿Es un Shinazugawa también? Lo siento, soy Giyuu, Tomioka Giyuu.- extendió su mano libre, pues seguía sosteniendo a Koto.-Cuido a sus hermanos, su madre me contrató.

-¡Giyuu-san es nuestro cuidador!

El más alto siguió mirando dudoso, pero sus hermanos no parecían obligados ni mucho menos amenazados, así que no tuvo más que aceptar el saludo.

-Espérame un momento, tengo que llamar a mamá.- Giyuu asintió sin decir nada.- Ya luego te saludo a ti, pulga pequeña.- habló mirando al bebé en brazos del contrario.

Koto río, aunque luego siguió chupando su pulgar sin preocupación alguna.

Mientras el nuevo llegado se iba de la sala a otra parte del hogar, seguido, claro, por sus hermanos menores a su cola, Giyuu se sentó en el sillón y muchas cosas pasaron por su cabeza.

Niñero / SaneGiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora