Tomioka Giyuu un chico de 18 años vive solo y necesita dinero, su hermana, Tomioka tsutako, le propone que cuide a los hermanos Shinazugawa ya que la madre de estos tiene que viajar a menudo y no siempre puede llevarlos con ella, Giyuu acepta y comi...
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Luego de pasar un rato jugando con sus hermanos, Sanemi se dirige a su habitación, dejando a los menores a cargo de Giyuu antes de que sea la hora para ir a cenar.
Giyuu...
No podía negar que le resultaba extraña su presencia en la casa y la manera en que sus hermanos estaban tan familiarizados con él. Era simplemente algo muy nuevo.
Su idea era venir a la casa, estar con su madre luego de tanto tiempo sin verla, tener un viaje familiar, luego aprovechar de salir el solo y reunirse quizás con algunos viejos amigos, y al final o en cualquier momento, regalonear con sus hermanos menores. Para su mala suerte, su plan ni siquiera podía dar inicio ya que su madre no se encontraba ni cerca.
El se llama, Shinazugawa 'mala suerte' Sanemi.
Y para rematar, estaba en su casa otra persona de al parecer de su edad quedándose por el resto de su estadía. Aunque eso no sonaba de lo peor del mundo, o sea, ¿Podrían ser amigos?
Sanemi no conocía para nada al cuidador de sus hermanos, pero si su madre tenía la confianza de dejar a sus hijos al cuidado de este por tantos días y que este aloje en su casa podría apostar que era alguien muy especial.
Su madre inclusive le preguntó cómo encontraba a ese tal "Giyuu-san" como lo llamaron sus hermanos.
-Y dime, ¿Que tal te pareció yuu?
-Mamá, no he hablado con él.
-Ya pero, tu primera impresión, no lo sé, está cuidando a tus hermanos, cariño.
-Si es así, es porque confías en él.- Respondió con obviedad mirando como sus hermanos jugaban con cosas que tenía Sanemi en su cuarto.-Es respetuoso, me trató super bien desde que llegué, ademas es cariñoso con todos mi hermanos, parece que ellos lo aprecian demasiado.
Su hermano Genya asintió como si supiera de que hablaban y sonrió.
-Es un chico encantador, te faltó decir lo guapo que es. Sabes... Es un gran chico.
Luego de esa pequeña insinuación de su madre de él y el chico, cambió de tema radicalmente. No era algo que le incomodara del todo, pero, ¡Apenas lo conocía! Aunque no lo negaba, era adorable y guapo con tan solo verlo.
Sin embargo, aún pensaba si debía o no conocerlo o al menos intentarlo, pues, quien sabe si solamente era así de respetuoso porque era su trabajo.
Se concentró mejor en su celular, viendo cómo tenía una notificación por un mensaje de su madre. Vaya, la mujer tenía expectativas claras entre él y cierto joven que también vivía en su hogar...
Escuchó un suave toque detrás de su puerta y se acercó para abrirla bloqueando su celular y guardándolo en su bolsillo.
-Lamento molestarlo, pero la cena ya está servida por si gusta pasar, si no es así, me lo dice y guardo su porción en el horno sin problema.
