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Solían exclamar sus conocidos, que ambos eran una pareja excepcional, increíbles y majestuosos al lado del otro. Con un porte inquebrantable en cada paso que daban, con una mirada en alto y una expresión inerte que les daba un toque de la palabra “ Elegante ”.

¿Que era imposible encontrar a su alma gemela?¿A su mitad? Tan solo debían mirar a ese par, incluso su forma  de acruar y vestir los complementaba, sin mencionar sus actos sutiles y maduros como pareja, como adultos, como personas.

¿Quién diría que entre esos dos amantes “pacificos” existía uno completamente diferente en un lugar mas privado?.
La oficina de Nanami solo representaba “ seriedad” y profesionalismo entre los habitantes. Los presentes mantenían automáticamente una postura firme y adulta incluso cuando sus personalidades eran totalmente contrarias a la palabra decencia. Era como si ese varón de cabellera rubia contagiara su seriedad de una buena manera, de una manera admirable.

¿Acaso incluso se porta así cuando su esposa está presente?¿No muestra ni una pizca de interés o emoción por verla ahí? Solían preguntarse con curiosidad al verla a ella, entrando con cautela en sus pasos, en el sonido al abrir la puerta y en acercarse por detrás de Nanami.

El sonido de sus tacones eran una melodía que los avergonzaba y cautivaba, la serenidad que la mujer de cabellera Azabache suelto era intimidante y a la vez ¿Atractiva? La forma en como su punzante mirada los saludaba y esa pequeña y sutil sonrisa se asomaba sobre sus labios carnosos era algo...

— Dejemos por terminado esto. — Kento descansó con firmeza la información que habían proporcionando en la misión.

El sonido del pequeño golpe sobre la mesa de centro alertó al asistente y así también, incluido a alumno y maestro. Los tres reaccionando casi de la misma forma, sorprendiéndose y mirando al varón, observando con tranquilidad sus acciones de acomodar sus característicos lentes y sentir esa punzante y molesta mirada ¿Era normal o acaso estaba siendo negativo? Parecía como si la palabra peligro estaba escrita en sus ojos.

— Bueno, si en ese caso es todo lo que necesitamos y no hay ningún otro problema que resolver — Gojo fue el primero en levantarse de su asiento, siendo seguido por Itadori, aquel estudiante que aún mirando espectante la figura femenina que apenas estaba conociendo; pareció entrar en pánico por creer que era muy obvio con sus emociones adolescentes.

Miró de un lado a otro, de Ijichi a satoru, de satoru a Nanami, seguido de recaer en la adulta. Aquella que solo se disponía a tocar el respaldo del sofá individual que Nanami solía siempre usar. Sin duda, una imagen que cualquiera envidiaria .

“ Detrás de un gran hombre, siempre existe una gran mujer ” ¿Eran válidas esas palabras para describir esa escena? ¿Por qué la mujer sin ser una hechicera desprendía un aura amenazante, venenosa y cautivadora?.

La esposa de Nanami kento, era perfecta. — Bien, nos retiramos. — Incluso Ijichi se mostraba nerviso en sus actos al conectar miradas con la mujer, nervioso a más no poder. — ¡Gracias por su arduo trabajo! .

— ¡Nos vemos! — T/N sonrió y se despidió con una suave y pequeña sonrisa, dejando que aquellos tres varones salieran finalmente de la habitación.

La compañera de Nanami kento, es perfecta.
A simple vista , un fuerte chillido y una gran sonrisa reemplazó la anterior, pasos y suaves brincos hicieron que Nanami suspirara e inconscientemente soltara una suave sonrisa para ella; oculta gracias a su mano zurda descansar sobre su frente; despeinando un poco de sus cabellos.
— ¡Kento! — Su nombre, su voz aguda a comparación de la segura y firme que despidió por él, era un completo complot.

Sentir sus manos sobre sus hombros, impidiendo que su sonrisa siguiera oculta al prácticamente lanzarse sobre su regazo; un tanto brusca. ¿Alguien le creería si dijera que esa mujer era diferente a solas? Lo estaba torturando de la misma forma que Gojo satoru lo haría o al menos intentaría; si fuera él y no su esposa, sujetando lo de los hombros y sacudirlo con emoción; estaría muerto, estaba seguro de ello.

Sus manos vagaron a sus caderas, manteniéndola firme y dándole un suave apretón para tranquilizarla. Sabía que era cruelmente atenta a todo movimiento o roce cerca de ella, el movimiento rápido de su mirada cambiando a sus manos era una digna prueba de ello. El rubor que había crecido en su rostro y en como volvía a llamarlo de una forma melódica le hizo bufar. Ya sabiendo lo que haría como siempre; comenzar a besar de forma corta y rápida su rostro.

Sentir sus labios sobre su piel causaba cosquillas, una incomodidad que a decir verdad era agradable, suaves sonidos como el “ muak ” que no creía posibles resonaban en sus oídos. Sentir sus piernas moverse y juguetear arriba y abajo sobre su regazo, sin duda definiría la palabra " Empalagosa" , Energética y Excesivamente Enamorada.

¿Cómo no? A pesar de vivir la mayor parte del tiempo estresado y frustrado, que no podía evitar quejarse de cuánto trabajo tenía y cuánto detestaba laborar. Por más que su propia negatividad hacía que sus facciones se remarcaran; lo hacía ver más apuesto.

Su cuerpo tenso, sentir sus grandes proporciones sobre sus manos y sentir esa inmensa felicidad por ser más pequeña que él en ciertos sentidos, le llenaba el corazón de emociones inexplicables, tan así que solo podía demostrarlas al besar estruendosa y duramente.

Una gran y fuerte mano apretando cuidadosamente su cadera, otra apegando la a él posada en el hombro izquierdo, sin duda amaba la sensación de sus manos sobre ella.
No podía evitar chillar y reír sutilmente al ser su pareja el responsable de buscar más contacto y afecto; ¿Acaso eso no era lo que “odiaba” según contaba a sus conocidos?.

Verlo sonreír suavemente mientras soltaba bajos murmullos que intentaban hacerle saber que debía contenerse por estar en un lugar no tan privado, así como mantenía sus párpados cerrados para disfrutar el momento; le hacía sentir feliz.

La preocupación y el estado alerta de ser descubiertos carcomia y desesperaba de alguna manera al varón, ¿Que pasaba si Ino ingresaba sin tocar? ¿O tal vez Gojo con intenciones de molestarlo? No sabría cómo explicaría la situación, como sería tratado después de ver dicha escena. Su semblante cambió abruptamente al tan solo pensar — Incluso están en mi cabeza — maldiciendo el poder que ellos tenían sobre él, sin duda eran dos tipos demasiado energéticos y molestos que no hacían más que torturarlo sin estar presentes, sin escucharlos; sus voces estaban surcando su mente, interrumpiendo su momento con la persona que estaba compartiendo apenas parte de su vida juntos.

Un beso rápido descansando en sus labios lo obligó a reaccionar; mirando a su pareja, la forma en como lo miraba y sonreía con cariño y travesura le hizo cuestionarse ¿Que estaba planeando?.

— Oye, Nanami-...

Ambos miraron en dirección al chico, Como suponía era Ino. Con la puerta ligeramente abierta, con una mueca de sorpresa, vergüenza e incomodidad por interrumpir.
Así también, una pizca de gracia al ver el rostro del rubio. Mirándolo con cierta molestía, con su rostro sin aún percatarse; manchado en los mismos colores que destacaban los labios femeninos. Besos sobre su frente, nariz, mejillas, barbilla y labios.

Al parecer, T/N fue la única en hacerle callar dicho hecho; sonriendo con travesura antes de ser el mismo chico en gritar un — ¡L- lamento interrumpir! — .

Ver a la pareja sola, con nanami sujetando a su pareja y esta abrazarlo por encima de sus hombros, ambos cómplices de un momento romántico y digno de película.
¿Era envidiable? — Yo también quisiera cumplir ese sueño...



MR. AND MRS [ JJK! Characters x Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora