YAYOROZU MOMO.

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En la biblioteca de la U

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En la biblioteca de la U.A., en una tarde tranquila, Momo Yaoyorozu dejó caer su libro de golpe sobre la mesa. Sus ojos se abrieron con sorpresa, y su voz, normalmente serena, escapó en un tono más alto de lo habitual.

—¡¿Qué nunca has celebrado tu cumpleaños?! —exclamó sin poder contenerse.

El sonido resonó en la silenciosa sala, y varios estudiantes que se encontraban dispersos entre las estanterías levantaron la vista, sorprendidos por la inesperada explosión de emoción. Momo, dándose cuenta de su repentino arrebato, se sonrojó intensamente y bajó la cabeza.

—L-lo siento mucho... —murmuró en voz baja, inclinándose levemente en señal de disculpa hacia los demás estudiantes que la miraban. Algunos volvieron a sus tareas, mientras otros continuaron observándola con curiosidad antes de regresar a sus libros.

La biblioteca de la U.A. era un lugar imponente, con altos estantes de madera oscura que se alzaban hasta el techo, repletos de libros que abarcaban desde temas académicos hasta manuales heroicos. Grandes ventanales permitían que la luz natural se filtrara, creando un ambiente cálido y acogedor, ideal para el estudio y la reflexión.

Momo, todavía avergonzada, volvió su atención a Izuku, quien la observaba con una mezcla de sorpresa y confusión. Él estaba sentado frente a ella, su expresión algo incómoda.

—Ah... bueno, es que... no lo recuerdo —dijo Izuku, rascándose la nuca mientras evitaba el contacto visual. Su voz se llenó de una leve tristeza, como si el peso de esa realidad finalmente se hiciera evidente incluso para él.

Momo lo miró con incredulidad, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. "¿Cómo es posible que alguien tan increíble no haya tenido la oportunidad de celebrar su vida?", pensó, apretando las manos sobre la mesa. Ella sabía que Izuku había pasado por muchas dificultades, pero esta revelación le pareció especialmente dolorosa.

—Pero... ¿ni siquiera una vez? ¿Nadie ha celebrado tu cumpleaños?

Izuku negó con la cabeza, encogiéndose de hombros.

—Mi mamá lo intentó un par de veces, pero... las cosas siempre parecían complicarse. —Hizo una pausa, y su mirada se volvió un poco más distante, como si estuviera intentando recordar detalles borrosos de su infancia. —La verdad es que no tengo muchos recuerdos de celebraciones... o al menos, no como las que he visto hacer a los demás.

Momo sintió una punzada en el corazón.

—Midoriya-san... eso no está bien —murmuró, su voz temblando ligeramente. —Todo el mundo merece celebrar su cumpleaños... ¡y tú no eres la excepción!

Izuku la miró, sorprendido por la intensidad en su voz.

—Pero no es gran cosa, Yaoyorozu. Estoy bien, de verdad. No es algo que me haya molestado mucho.

Decay:KING OF VILLAINSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora