UNA ACTIVIDAD... ¿NORMAL?

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*RASP*

El sonido seco de las uñas contra la piel incomodó a Tenko, quien caminaba junto a Izuku hacia la escuela. Ya hace un par de calles que Izuku no paraba de rascarse el cuello, justo debajo de la oreja derecha. El ruido repetitivo parecía resonar en el aire fresco de la mañana, interrumpiendo el murmullo constante de la ciudad despertando.

—Te vas a arrancar la piel —dijo Tenko, con un aire de desagrado, frunciendo el ceño—. ¡Ugh...! Está toda roja.

Al mirar el cuello de Izuku, Tenko pudo ver las marcas que las uñas habían dejado, formando surcos en la piel, que se destacaban sobre los dos puntos de piel cicatrizada. La imagen no era agradable, y Tenko se preocupó al ver la intensidad del problema.

—Lo siento, Tenko —se disculpó Izuku, ruborizado, mientras terminaba de rascarse y trataba de ocultar la piel roja con el cuello de su saco—. Hace mucho que no me daba comezón de ese modo.

—¿De ese modo? Suena como si tuvieras sarna —comentó Tenko, sin poder evitar un tono ligeramente grosero mientras movía la cabeza—. Deberías ir con Recovery Girl a que te dé un ungüento o algo parecido. No puedes seguir así, podrías empeorar.

Ambos continuaron caminando, sus pasos marcando un ritmo acompasado mientras uno que otro vehículo pasaba al costado, levantando un poco de ruido. El sol matutino filtraba rayos a través de los edificios, creando patrones luminosos que salpicaban el pavimento.

—No creo que sea buena idea...

—¿Por qué? —preguntó Tenko, arqueando una ceja con curiosidad—. ¿Qué pasa ahora?

—Bueno, he estado causando bastantes problemas a la señorita Recovery —explicó Izuku, mirando al suelo—. Así que no creo que verme parado frente a su puerta le dé un buen augurio.

Tenko bufó, claramente exasperado.

—¡Te gustan las peleas! ¡Te lo mereces! —dijo Tenko, con un toque de sarcasmo—. ¡Seguro que la has hecho trabajar el triple con tus accidentes!

Izuku levantó una ceja, notando el tono celoso en la voz de Tenko.

—Créeme, si me gustara pelear a muerte, ahora mismo debería estar cobrando un sueldo en el callejón de lucha.

—¿Callejón de... qué? —preguntó Tenko, frunciendo el ceño y deteniéndose un momento.

Izuku miró hacia su cerebro, cuestionando si realmente valía la pena explicar otra vez algo tan complicado.

—Olvídalo —dijo finalmente—. Quizás Uraraka-San tenga algo. Ella siempre tiene sus cremas en su casillero. Además, no creo que tenga que lidiar con la misma situación que tú.

—Cierto —Tenko tocó su mentón y miró hacia arriba, pensativo—. Ella es de ese tipo.

—¿De ese tipo? —preguntó Izuku, con un aire de confusión—. ¿Qué tipo?

—Bueno —dijo Tenko, bajando la mirada y moviendo las manos de manera exagerada—. Una chica... ¡Chica! ¿No sabes a qué me refiero?

Izuku parecía confundido.

—¿Chica? ¿Uraraka-San... una chica? —Las pláticas con Tenko por las mañanas solían ser un enigma—. Eso debería sorprenderte, ¿no?

La voz de Izuku tenía un matiz de petulancia.

—¡Bueeeeno! Me refiero al hecho de que a Chako-Chan jamás le había visto tener tantas cosas como las demás. Digo, ¿alguna vez viste todo lo que tiene Mina-Chan en su bolsa? ¡ES INMENSO! La chica parece llevar una tienda de cosméticos en su mochila.

Decay:KING OF VILLAINSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora