Capítulo 1: Un Niño

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En las tierras nevadas de Nirce, en un mítico y medieval tiempo, en la capital de esta misma región llamada por el mismo nombre, los mercaderes en la ciudad se preparan para las ventas del día y los viajeros salían de sus lugares de descanso para seguir con su travesía. En un vistazo repentino al calabozo del castillo, en una sección muy profunda, oscura y con olor a heces de ratas, se encontraban varios soldados golpeando a un anciano algo definido en musculatura, sin camisa y torturándole en busca de información. Uno de ellos ve llegar al rey al que no se le ve el rostro por estar cubierto y bajar a dicho lugar y le dice:

-"No creí que bajaría, mi rey" Lo dice con respeto mientras seguía torturando a aquel anciano.

-"¿Cómo no voy a bajar cuando es algo que me interesa?" Reclama relajadamente con una leve risa.

Dicho rey retira con un gesto a la mayoría de guardias que se encontraban en la celda del calabozo quedándose solo los que tenían mayor rango. El rey se acerca a aquel anciano agotado por los golpes y tomándole por la mandíbula le dice con ironía.

-"Si sigues aquí es porque no nos has brindado la información que queremos, ¿Verdad?" Lo dice con una leve sonrisa.

-"Les dije todo lo que sabía, ¡¿Que más quieres saber?! Pregunta con enojo aquel anciano.

El rey empieza con su mano y magia de fuego a calentarle la mandíbula poco a poco para quemarle lentamente. Tomando una actitud mas seria e intimidante, el rey le responde mirándolo fijamente con una pequeña llama en el interior de sus ojos demostrando su ira:

-"¿Crees que estaría yo aquí de saber que todo lo que dijiste es verdad?¿Quieres que crea que un simple y pequeño niño les ayudó a vencer a un culto que varios de mis hombres más experimentados trataron de enfrentar y no regresaron? y aparte ¿Que este se llevó una de las dies partes del codex de los alquimistas ocultos y no hiciste nada para evitarlo?" Grita el rey derrochando impaciencia.

-"¿Que quieres que haga cuando ni tus hombres pudieron ayudarn..." Replica aquel anciano pero es interrumpido por un golpe del rey.

-"No creía que usted se manchase las manos así mi rey." Dice algo sorprendido uno de los guardias presentes.

-"¡ESO NO ES DE TU INCUMBENCIA!" Voltea el rey y responde al guardia con la misma ira que a aquel anciano.

-"Me hiciste perder la paciencia, felicidades, no te preocupes, encontraré esos pergaminos a cómo de lugar así me tarde diez años más. Acaben con él." Dice el rey mientras se retira y en el fondo se ve como con una espada decapitan al desdichado anciano que rogaba piedad por su vida y lo único que se escucha después de eso es como su cabeza cae rodando por el suelo mal oliente y húmedo.

Mientras tanto, pasando el mediodía, el viento ululaba entre las montañas cubiertas de hielo, azotando el viejo y prestigioso recinto de entrenamiento conocido como Skolrheim.

Los estudiantes, enfundados en sus pesadas ropas de entrenamiento, practicaban con fervor. Sus alientos formaban nubes de vapor en el aire gélido, y uno de ellos incluso intentaba hacer figuras con el aliento, sin mucho éxito.

De repente, las puertas fueron derribadas con tal estruendo que uno de los alumnos dejó caer su espada de madera en el pie del de al lado, quien soltó un grito digno de un guerrero... de cuatro años. Todos se giraron, sorprendidos, y vieron a un niño de aspecto frágil, de cabello blanco y ojos rojos, vistiendo un abrigo color blanco, unos guantes del mismo color, un pantalón gris delgado de corte ancho y elástico en el bajo, una bufanda blanca, unas botas blancas y una mochila color marrón. Su mirada intensa y determinación inquebrantable contrastaban con lo que parecía ser un niño perdido en la nieve.

Yhivy ( ESP )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora