Capítulo 2: El Fantasma

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**El más** es un lugar que, para muchos, ofrece una sensación de paz y serenidad; sin embargo, para otros, la vasta capa de agua esconde misterios insondables. En un barco con destino a Londres, un marinero contemplaba las estrellas reflejadas en el océano, maravillado por la imagen del mayor espejo del mundo. A su lado, un hombre de cabello negro y ojos verdes se unió en silencio, ambos disfrutando de la vista.

—Es una hermosa vista, ¿no? —preguntó el marinero, buscando compartir el momento con su misterioso compañero.

—El mar siempre nos ofrece vistas impresionantes, pero no todos pueden ver más allá de la superficie. Hay cosas que sólo aquellos con un ojo más entrenado pueden apreciar —respondió el hombre, con una sonrisa apenas perceptible, como si sus palabras cargaran una verdad más profunda.

El marinero, intrigado, preguntó:

—Gracias, disculpe, ¿cuál es su nombre? Si se puede saber.

—Warren Byrne, a su servicio —respondió el hombre con calma, aceptando el saludo. —Pero creo que es momento de que me diga el suyo, ¿no cree? —añadió Warren, con una leve sonrisa.

—Jordan Lane, marinero desde hace seis años —contestó con naturalidad, y tras una pausa agregó—. ¿Qué lo trae al barco?

—Este viaje es solo una etapa. Londres es una escala. Mi verdadero destino está más allá, en Irlanda. Debo resolver ciertos... asuntos. Asuntos que, de alguna manera, han estado entrelazados con mi vida desde el comienzo —explicó Warren, su tono cargado de un peso que Jordan no comprendía del todo, pero sentía.

—¿Esos asuntos están relacionados con su familia? —preguntó Jordan, con la curiosidad de quien busca encontrar una conexión.

—No de la manera que crees. Mi familia... mi verdadero hogar ha sido arrebatado por fuerzas que trascienden este mundo. Y aunque aún no tengo todas las respuestas, he aprendido que el destino no siempre sigue las líneas que esperamos. A veces, nos encontramos navegando mares invisibles, entre mundos que desconocemos —dijo Warren, mirando el horizonte.

—¿Mares invisibles? —preguntó Jordan, confuso.

Warren asintió, pero justo cuando parecía a punto de revelar algo más, desapareció ante los ojos de Jordan, dejando al joven marinero atónito. **¿Era real?**

Warren no era un hombre común. Un espectro en busca de su última verdad, atrapado entre los ecos del pasado y el destino del multiverso. Pero algo más aguardaba esa noche, algo oscuro y misterioso.

De repente, una luz índigo parpadeó en el océano. Warren, siempre atento, desenfundó su pistola.

—¿Qué significa eso? —murmuró, mientras un barco del siglo XVI emergía del agua como una aparición. Parecía vivo, pero había algo más.

—Ayuda... —susurró una voz desde la niebla.

—¿Qué demonios? —Warren se tensó, sus instintos gritando peligro. Saltó al barco, siguiendo el llamado, guiado por algo más grande que él. Encontró a un hombre herido, un reflejo extraño de un amigo lejano.

—¿Quién eres? —murmuró el herido al despertar, apenas consciente.

—Soy quien te salvó. ¿Este barco es tuyo? —preguntó Warren.

—Era de mi hermana... pero ahora todo está perdido. Este no es mi mundo —respondió el hombre, levantándose con dificultad.

—¿No es tu mundo? —Warren frunció el ceño, aún sin bajar la guardia.

El hombre sacó una carta y la sostuvo en el aire, susurrando palabras en un idioma que Warren no reconoció. Una luz se proyectó desde la carta, revelando un libro negro con un símbolo plateado.

—Crónica, dime en qué mundo estamos —dijo el hombre al libro. Y para sorpresa de Warren, el nombre "Warren Byrne" apareció en sus páginas.

—¿Cómo sabe mi nombre? —preguntó Warren, alarmado.

—Porque en este multiverso, cada héroe deja una huella. Tú, Warren Byrne, eres una pieza clave en lo que está por venir —dijo el hombre, señalando la verdad con frialdad.

—¿Héroe? Yo solo busco respuestas sobre mi familia. No formo parte de tus juegos —replicó Warren, apuntando con su pistola.

—Todos jugamos en este tablero, lo queramos o no. Mi nombre es Arcano, el último de los Dimensionales. Nuestra misión era proteger los mundos, pero ahora solo quedo yo, y el equilibrio del multiverso está a punto de colapsar —reveló Arcano, su voz cargada de un dolor profundo.

—¿Multiverso? —Warren estaba incrédulo, pero algo dentro de él resonaba con la verdad de esas palabras.

—Cada decisión, cada acción, crea un nuevo mundo. Y algunos de esos mundos... están rotos. Si no hacemos algo, todo lo que conoces podría desaparecer. Y más allá de tu búsqueda personal, hay algo más grande en juego, Warren. Algo que conecta tu destino con el mío —explicó Arcano, con seriedad en su mirada.

El aire a su alrededor pareció cambiar. Una calma tensa lo envolvía todo, como si el destino mismo esperara la decisión de Warren.

—¿Y si te digo que no estoy interesado en salvar el multiverso? Solo quiero respuestas sobre mi familia —respondió Warren, con el peso del conflicto en su voz.

Arcano lo miró fijamente, y luego, con una expresión de comprensión, dijo:

—A veces, las respuestas que buscamos no están en los lugares que esperamos. Tal vez tu familia esté más conectada a este conflicto de lo que imaginas. Pero si no actuamos ahora, ni tú ni yo tendremos el tiempo para descubrirlo.

El silencio cayó sobre ellos. Warren bajó su arma lentamente.

—Está bien... ¿Cuándo comenzamos? —dijo finalmente.

Arcano sonrió. Sabía que la batalla apenas comenzaba, y Warren era un aliado crucial para enfrentar lo que vendría.

DIMENSIONALES: LOS PROTECTORES DEL MULTIVERSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora