Los días que prosiguieron se disfrazaron de normalidad, pero para Ian, cada momento era una lucha interna que amenazaba con desbordarse en cualquier instante. Dentro de las paredes de la escuela de arte, los ataques de ansiedad se volvían cada vez más frecuentes y en el trabajo de medio tiempo, que alguna vez había sido un escape, se convirtió en otra fuente de tensión, donde su rendimiento comenzó a tambalearse. La estabilidad que intentaba mantener en ambos entornos se desmoronaba lentamente, y aunque trataba de aparentar que todo estaba bajo control, la presión empezaba a generar una estabilidad en su frágil estado emocional.
Conforme la semana avanzaba, Julieta no pudo evitar notar la creciente distancia que se formaba entre los miembros de su grupo de amigos. Lo que antes era risas, ahora estaba teñido de silencios incómodos y miradas esquivas. Pero lo que más le preocupaba era el resentimiento que emanaba de Liam, notable en cada interacción, cada palabra cortante que dirigía hacia Ian.
La ira de Liam, alimentada por la traición que sentía, lo llevó a tomar medidas más drásticas. Comenzó a esparcir rumores venenosos entre sus compañeros, susurrando a quienes quisieran escuchar que Ian Wells maltrataba a su padre gravemente enfermo. Insinuaba que Ian, lejos de ser el joven prometedor que todos conocían, era un hijo cruel y desalmado. Pero no se detuvo ahí. Con un tono burlón, hablaba del supuesto trauma de Ian con una mujer que, ante los ojos de los demás, no era más que una fantasía. Liam lo tildaba de loco, asegurando que Ian estaba obsesionado con una figura inexistente, una invención de su mente perturbada llamada Larissa.
Los rumores se propagaron por los salones de la escuela de artes, y la reputación de Ian, ya frágil, comenzó a desmoronarse. Cada mirada que recibía en la escuela, cada murmullo a sus espaldas, le recordaba que su vida se estaba desmoronando aún más rápido de lo que había imaginado. Y mientras la oscuridad que lo envolvía se hacía más densa, Ian se preguntaba si alguna vez podría del infierno que conoció en la secundaria que ahora revive por alguien a quien él estimaba.
Bajo el peso de un ataque de ansiedad que parecía incapaz de controlar, Ian no pudo soportarlo más. Con el corazón latiéndole a mil por hora y el aire enrarecido a su alrededor, salió corriendo del salón de clases, buscando desesperadamente un lugar donde pudiera escapar de la creciente presión que lo envolvía. Encontró alivio momentáneo en la terraza del edificio, donde el cielo se extendía ante él.
Mientras Ian se apoyaba en la barandilla, tratando de encontrar un ritmo en su respiración, el paisaje que se encontraba frente a él parecía ofrecerle un breve respiro. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que escuchara unos pasos apresurados y una voz desesperada que lo llamaba por su nombre.
—¡Ian! —exclamó Julieta con preocupación mientras se acercaba a él.
Ian se giró lentamente, y vio a Julieta con el rostro pálido y una expresión de alarma que hizo que el peso de la situación se hiciera aún más presente. Ella se detuvo a unos pasos de él, tratando de mantener la calma mientras lo miraba con miedo.
—Tranquila —dijo Ian con voz entrecortada—. No pienso hacerme daño, solo necesitaba un momento para respirar, para alejarme y encontrar algo de tranquilidad.
—Lo que tienes es por lo que dicen por los pasillos, ¿cierto? —preguntó Julieta con un tono de comprensión —. No te preocupes, he notado la ira de Liam desde hace algunos días. Es evidente que está buscando hacerte daño. De mi parte, nunca he creído esas sucias palabras.
Ian la miró con sorpresa.
—Todo es verdad —admitió con una voz cansada—. Bueno, quizás a medias, pero él no miente del todo. Hay algo de verdad en lo que dice, aunque no es la historia completa.
—Lo siento, Ian —dijo suavemente—. No sabía que estabas lidiando con tanto. Pero quiero que sepas que no estoy aquí para juzgarte.
La confianza y el apoyo reflejados en la mirada de Julieta crearon un ambiente de seguridad que Ian no había experimentado en los últimos días. A pesar de que el trabajo y la educación superior parecían colapsar a su alrededor, estar junto a ella ofrecía una sensación donde la presión de los rumores y la ansiedad se desvanecían lentamente en su presencia.
Al sentirse más cómodo y aliviado, el joven Wells decidió abrirse completamente. Comenzó a narrar todos sus problemas, sin secretos. Habló de su padre, de la enfermedad que lo estaba consumiendo, de la presión que sentía en el trabajo y en la escuela, y describió las angustias que le provocaban los ataques de ansiedad. Sobre Larissa, una presencia tan enigmática como perturbadora, parecía persistir en sus sueños, afectando su percepción de la realidad.
Julieta escuchaba con atención, sus ojos nunca apartándose de Ian mientras absorbía cada palabra. A medida que él desvelaba las capas de su dolor y vulnerabilidad, ella comenzó a entender la profundidad de su situación. No se trataba solo de rumores y malentendidos, sino de una vida de altibajos emocionales y psicológicos que de alguna manera le han afectado en su cordura.
—Recuerdo aquella vez, después de que presentaste tu pintura —dijo Julieta con una sonrisa cálida—. Te vi realmente feliz, cuando estábamos en el café, ¿Qué te parece si repetimos eso, pero de una manera un poco diferente?
Ian la miró con sorpresa, al verla encontró unos ojos tan brillantes y llenos de una amabilidad que no había experimentado en mucho tiempo con una chica. El simple gesto de Julieta, su deseo de sacarlo de su rutina y ofrecerle un respiro, acelero su corazón.
—Me encantaría —respondió Ian —. ¿Qué tienes en mente?
Julieta pensó por un instante y luego propuso:
—Podríamos ir a ese parque cerca del centro, el que tiene una vista increíble. Pasar un rato al aire libre siempre ayuda. Y si te parece bien, podríamos terminar con una cena en ese restaurante nuevo que ha abierto. He oído que tienen una terraza genial.
Ian aceptó con gusto, sintiendo que esta pequeña escapada podía ser exactamente lo que necesitaba para despejar su mente y disfrutar de un respiro.
Al caer la tarde, se encontraron en el parque, el aire fresco y el sol poniente creando un ambiente perfecto para relajarse. Caminaron por los senderos, charlando sobre cosas triviales y disfrutando de la compañía del otro. Julieta, con su risa contagiosa y su energía positiva, logró que Ian se sintiera más ligero. El parque estaba lleno de colores vibrantes y el suave murmullo de las hojas moviéndose con la brisa de atardecer tardío creaba una atmósfera encantadora.
En un momento, mientras estaban sentados en un banco, Julieta sacó una pequeña manta de su bolso y la extendió sobre el césped. Se recostaron juntos, observando las nubes cambiar de forma mientras el cielo se oscurecía. Julieta comenzó a hablar sobre sus sueños y aspiraciones, e Ian se sorprendió al darse cuenta de cuánto disfrutaba escuchándola.
Después de un rato, se dirigieron al restaurante. La terraza estaba iluminada con luces suaves que creaban una atmósfera romántica y acogedora. Compartieron risas y anécdotas mientras disfrutaban de la cena, y el ambiente relajado permitió que Ian se abriera aún más, hablando sobre sus pasiones y esperanzas para el futuro, sobre sus sueños como un artista.
La forma en que ella lo miraba, la calidez de su risa, y el simple hecho de estar con ella en un entorno tan agradable le hizo darse cuenta de lo mucho que significaba para él. El cariño y la admiración que sentía por Julieta empezaron a transformarse en algo más profundo. A medida que la noche avanzaba, Ian se dio cuenta de que estaba enamorándose de ella.
Cuando finalmente se despidieron bajo el cielo estrellado, Ian no pudo evitar sentir que había encontrado en Julieta una fuente de luz y esperanza. La conexión que compartían le daba una nueva perspectiva sobre la vida y el amor, y en su corazón, sabía que esta noche había cambiado todo para él, ya era hora de dejar atrás aquella imagen la solitaria Larissa para por fin conocer el amor verdadero.
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Nos Vemos Pronto Larissa
Teen FictionIan Wells, es un joven atormentado por la pérdida y la soledad, sintiéndose desconectado del mundo que lo rodea. Sin embargo, todo cambia una noche en la playa, cuando un encuentro con una chica llamada Larissa, despierta en él emociones que creía p...