Música Y Cristales.©#1 [Memories]

Chapter #09: Cosita pervertida.

No puedo ser tu sonrisa cuando mi alma es un caos de lágrimas y tristeza: MissingP.

«ZYRAN»

Quedan dos días antes de que tenga que viajar a Alemania, y luego de las pesadillas de anoche, siento que debo alejarme, tomarme un tiempo fuera de aquí, solo espero que hacerlo de verdad me ayude, me ayude a sanar, a cicatrizar esas heridas internas que jamás dejarán de formar parte de mi pasado. Y digo pasado porque pretendo esforzarme para que no formen parte de mi presente y futuro.

Entro en la cocina luego de haberle enviado un mensaje en el grupo que creamos Darth, Dane y yo, cuando comenzamos a ser amigos. Ellos no me han respondido, pero no dudo de que ambos estarán esperando donde los cite, y sí no es así, no dudaré en ir a sus casas.

Quito la vista de mi móvil al ver a Cale, sentado sobre la mesada, comiendo helado. Sus ojos me dan un vistazo y luego me ignora completamente. Camino hasta él, y me acomodo a su lado, sin subir en la mesada. No estoy seguro de cómo comenzar una charla con él, pero no quiero simplemente no decirle nada.

—¿Qué sucede? —Él baja la cuchara y me da una mirada ceñuda. Con mi barbilla señalo el pote de helado—. Siempre comes helado cuando estás de mal humor.

O triste. A pesar de no pasar tiempo con mis hermanos, siempre los observada, por más que me decía a mí mismo que debía ignorarlos completamente. Supongo que sentía culpa por pensar de la forma en la que pensaba. Creo que jamás me perdonaré el haberles deseado el infierno por el qué yo pase.

—Al menos hacías eso de niño.

Se queda en silencio unos largos segundos, segundos en los que pienso que no me va a responder, pero que sorpresivamente, lo hace.

—No estoy de mal humor —responde con sequedad—. ¿Acaso no puedo comer helado solo por qué sí?

—No eres amante del chocolate.

—¿Qué? —Sus ojos parecen cuchillos dirigidos a mí—. Te la pasabas de fiesta en fiesta, ignorando nuestra existencia, no sabes una mierda, así que deja de pretender qué siquiera sabes algo de mí.

—Solo recordé que lo hacías de niño, tampoco es para que me hables así.

—En serio, no sé cómo hiciste para engañar a los demás, pero a mí ni a Oliver vas a comprarnos con esa actuación de mierda —Le doy una mirada y sonrío—, ¿qué carajos te hace gracia?

—Solo pienso en lo profundo que los lastimé como para que me odien de está forma —Está vez me subo en la mesada y lo miro directamente unos segundos, luego tomo el helado y como algunas cucharadas.

Estoy triste, pero no puedo comer más de unas cucharadas de helado.

—Dámelo de regreso y déjame en paz —escupe—, y qué te odiemos es algo que tú sólito te ganaste.