Chapter #10: Ahora solo queda sanar.

24 7 4
                                    

No hay voz en el abismo, solo agonía que vuelve a mis gritos silenciosos: MissingP

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No hay voz en el abismo, solo agonía que vuelve a mis gritos silenciosos: MissingP.

«ZYRAN»

Mis cosas fueron enviadas unos días antes a Alemania, ya todos mis hermanos saben que me estoy mudando, pero solo dos de ellos entienden algunas de las razones. Sigmund hasta  quiere mudarse conmigo, cosa que mi padre aún está pensando, pero por ahora solo soy yo quien se marcha.

—¿Vas a estar bien yendo solo? —Mamá me mira con tranquilidad, a pesar de que puedo notar sus ojos irritados—. Podemos ir contigo, no es problema.

—Lo que necesitas, mamá, es soltarme y dejarme sanar, no pretendo lastimarte al decir esto —Intento tomar sus manos, pero ella retrocede algo asustada—, está bien, mamá, por favor.

Estiro mis manos, ella con algo de duda deja sus manos sobre las mías, y cuando lo hace las sujetos con fuerza, para que entienda que no voy a actuar como antes, no le gritaré, ni me sentiré asqueado por su tacto, porque ahora soy consciente de que ella no es como esa mujer, ya no asocio a todas las mujeres de su edad con las demás, con mamá.

—H-Hijo —Sus ojos se llenan de lágrimas. Ella no deja de ver nuestras manos con incredulidad—. Me estás sujetando las manos.

—He avanzado bastante, ma —Sonríe entre lágrimas, cuando levanta la vista me ve sonreír también—, voy a estar bien, lo prometo.

—Lamento tanto todo, lo siento tanto, cariño, Dios, debí ayudarte de la manera correcta, yo debí…

—Lamentarse no ayuda, solo nos hace más víctima de lo que pasó, y no quiero vivir así, quiero superarlo, sé que siempre tendré está herida, pero estará en el pasado, no dolerá tanto, estará cicatrizado, y voy a tatuar esa cicatriz con superación, lo haré mamá, cueste lo que cueste.

—Mi niño —Su agarre se hace más firme.

—No —digo con voz suave—, ya no soy un niño, mamá, he crecido, sigo creciendo, y será así cada día, así que deja ir a ese niño que ves cuando me miras, suelta la culpa y recuerda que no solo eres mi madre.

Sus ojos se abren al escuchar eso último, ella no responde nada, pero sé que entiende a lo que me refiero con mis palabras.

Mis hermanos la necesitan también, a ambos. Cada vez que interactúe con mis hermanos eso me fue quedando más y más claro, la atención de nuestros padres dirigida solo a mí, fue una de las razones por la que ahora mi relación con mis hermanos está tan fragmentada y rota en algunas partes.

—¿Estás listo? —Papá aparece con mi mochila al hombro—. Te llevaremos al aeropuerto.

—Sí, vamos.

Anoche me despedí de Sarah y Sigmund, pero no he visto a Klaus ni a los otros dos, al menos Klaus debería de estar aquí, pienso con amargura. Miro hacia atrás, en está mansión solo una parte de mí se siente mal por dejarla atrás, la otra sonríe porque no tendré que verla por un largo tiempo.

Música Y Cristales.©#1 [Memories]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora