Dos enigmas apuestan acerca del destino del alfa Jeon Jungkook, sin imaginar que lo que puede comenzar como una apuesta divertida terminaría siendo una pesadilla.
🌹Kookmin
🌹Segunda parte de Subasta de omegas.
🌹Pronto estreno, guárdala en tu bibli...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jimin despertó muy temprano, antes del amanecer, para ir a atender algunos deberes reales que no podían esperar. Mientras tanto, Jungkook permanecía dormido, sumido en un sueño profundo. Su cuerpo delgado y pálido estaba frío, casi helado, porque le era difícil mantenerse calentito a causa del cambio repentino de clima que había azotado la región. Pues había llegado un fuerte frente frío, inesperado y temprano, por lo tanto el invierno se acababa de adelantar un mes, trayendo consigo una ola de frío que parecía no tener fin.
Jimin hizo un gesto de desagrado al ver a su esposo con la piel erizada a causa del frío, y se acercó a él con cuidado para no despertarlo. Ajustó la calefacción, subiendo la temperatura para que el calor envolviera el cuerpo de Jungkook, y luego se inclinó para darle un dulce beso en la frente, un beso que era a la vez un gesto de amor y un adiós temporal. Luego, se marchó a la reunión con el consejo, dejando a Jungkook sumido en su sueño, rodeado de la calidez y el silencio de la habitación.
Pasaron las horas y Jungkook seguía dormido, sumido en un sueño profundo y tranquilo, ajeno a la magia que se estaba gestando en su interior. Pero en su vientre, algo extraordinario estaba sucediendo. El hijo del único enigma puro existente, un ser de pura magia y amor, estaba comenzando a tomar forma. El corazón del cachorro dio su primer latido dentro del vientre fértil de Jungkook, y al instante, él abrió los ojos, como si hubiera sentido la llegada de una nueva vida.
Su lobo, que había estado durmiendo tranquilamente, comenzó a mover la cola de felicidad, porque algo maravilloso estaba sucediendo. Jungkook sonrió, sintiendo una alegría y una emoción que nunca había experimentado antes.
—Seré padre —se dijo a sí mismo en un susurro casi inaudible. Se sentó en la cama, acariciando su vientre, escuchando que su lobo reía de la felicidad, celebrando la llegada de la nueva vida que tanto habían anhelado.
En ese momento, Jungkook sintió una conexión profunda con su lobo y con el cachorro que crecía en su interior. Era como si su corazón se hubiera expandido, como si su amor se hubiera multiplicado. Se sintió completo, como si finalmente hubiera encontrado su propósito en la vida. Y en ese instante, supo que todo iba a estar bien, que su vida estaba a punto de cambiar de manera increíble.
De inmediato se puso de pie, pidiéndole a la servidumbre que le llevara el desayuno con una urgencia que no podía disimular. Comió rápido, casi no masticó, tragó la comida casi entera porque era mucha la desesperación por terminar y poder satisfacer su necesidad de estar cerca de Jimin. Una vez lleno, soltó un eructo y entonces se dirigió al enorme clóset que era una habitación lujosa dentro de la habitación real, un espacio que normalmente era un refugio de calma y serenidad, pero que ahora se había convertido en un lugar de desesperación y anhelo.
Estando ahí adentro, buscó las prendas sucias de Jimin, olfateando su aroma porque tenía la necesidad de tenerlo cerca, de sentir su presencia, su calor, su amor. El gamma embarazado estaba frenético, tanto que terminó poniéndose un pantalón de su esposo como bufanda, envolviéndose en el aroma de Jimin, sintiendo su presencia en su piel. Después abrió el clóset tomando ropa limpia, quitándole los ganchos, tirándola al piso con una desesperación que no podía controlar. Una vez tirada en el piso, la tomó entre sus brazos delgados y huesudos, abrazándola como si fuera a Jimin mismo, llevándola a la cama. Ya había una pila enorme de ropa, un monumento a su desesperación y anhelo, un recordatorio de que Jimin no estaba allí, pero que su amor y su presencia seguían vivos en su corazón.
