Jisung está atrapado en un ciclo de autodestrucción, enfrentando su último año de secundaria sin muchas esperanzas de cambio. Su vida da un giro cuando Minho, un chico que siempre ha llamado su atención, entra en su vida.
Minho, por su parte, es de...
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Han Jisung
Cinco meses después
—Jisung Han. —Mi nombre resuena por los altavoces del auditorio, haciendo que mi corazón se acelere. Me levanto de mi asiento y camino hacia el pasillo del centro. No tropiezo con la bata. Cuidando con los pasos. No hagas contacto visual.
No quería asistir a mi ceremonia de graduación, no tiene sentido. Es sólo otra manera de que el sistema escolar succione más dinero de los padres. Pero, cuando se lo dije a mi padre, me dijo: —Probablemente tengas razón, pero es algo sentimental. Haremos fotos. —Sin mencionar que le prometí a Jeongin que caminaríamos juntos.
Llego al escenario y estrecho una sucesión de manos, antes de ponerme delante de la directora. Estoy seguro de que nunca he estado tan cerca de ella. Este pensamiento me hace sonreír, porque es muy irónico que haya pasado cuatro años en el mismo lugar que esta mujer y ni siquiera la haya conocido.
Le doy la mano y me entrega el diploma. Todo hecho. Por fin, mierda. Ahora tengo que sentarme durante el paseo de todos los estudiantes que se gradúan.
—Casi me duermo cuando dijeron tu nombre, señor Bang Christopher —digo riendo. Él me da un puñetazo en el hombro.
—Más vale que tuvieras los ojos bien abiertos cuando subí al escenario. — bromea.
Minho me pasa el brazo por el hombro. —Me desmayé después de que dijeran tu nombre. —dice.
Me echo a reír. —Maldita sea, ¿ni siquiera pudiste pasar de la H?
—Bueno, tal vez si no me hubieras mantenido despierto toda la noche con tu cu...
—No pienses en eso —dice la profunda voz de mi padre—. No quiero oírlo.
Mis mejillas se calientan de vergüenza. Me aclaro la garganta. —Chan y Felix, ¿vienen a mi casa? —pregunto. En realidad, Jeongin está de camino a casa de su tío ahora mismo, para asistir a su fiesta de graduación con su familia.
—No. Puede que vaya a la fiesta de Jeongin.
—¿Felix? —pregunto.
Por fin levanta la vista de su teléfono. —No, voy a ir a casa de mi novio.
Me ahogo. —¡¿Novio?! ¿Cuándo ocurrió eso?
—Llevamos saliendo como un mes. No es gran cosa.
La cara de Chan es de piedra. Parece que hay algo que quiere decir, pero sus labios permanecen sellados.
—De acuerdo, felicidades. Nos vemos cuando sea.
Minho y yo nos apretamos en el asiento de la camioneta de mi padre, conmigo en el medio, por supuesto. Minho optó por venir con nosotros en lugar de usar su coche.
De camino a casa, mi padre pone "Alive" de Godsmack lo más alto posible. Llevamos las ventanillas bajadas y el aire cálido de Florida me azota el pelo. Siento que, por una vez, he hecho algo bien. Estoy jodidamente orgulloso de mí mismo. Cuando nos acercamos un poco a la casa, mi padre baja la música.
