Capítulo 4: Corazón roto.

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Había regresado a ese lugar donde había flechado a Giselle y Enzo.
Tenía mucha curiosidad por saber como iba avanzando todo entre ellos.

Mi abuela se había vuelto la espía de las personas a las que fleché.
Así es como sé qué hoy Giselle y Enzo tendrán una cita.

Mi abuela Tina mencionó un detalle importante sobre la cita: "la joven Giselle invitó al chico, ella fue la que dio el paso".
Cuando me lo contó quise pensar que esto no era malo, ¿qué significaba que ella haya dado el primer paso antes que él?, después de todo la fleché primero a ella, tal vez era esa la razón.

- ¡hola, ¿cómo estás?! - saludó ella muy alegre.

- bien, gracias por preguntar - contestó Enzo, era educado, eso me agradó.

- pensé que quizás no vendrías hoy -

- ¿porqué pensaste eso? -

- no contestaste mi llamada -

- he estado algo ocupado ¿sabes? -

- oh, entiendo, no pasa nada - dijo ella comprensiva.

- aveces así será -

- ¿a qué te refieres? -

- sí, aveces no podré estar para ti -

- descuida, yo entiendo - dijo ella en un suspiro triste.
Me sentí mal por Giselle.

- ¿qué pedimos? - le preguntó él cambiando de tema.

- un frappé de moka, ¿tú que pedirás? -

- lo mismo que tú -

- bien, iré a pedirlo -

- no, quédate aquí, yo iré - se ofreció él.

- oh gracias - le agradecío ella su gesto.

- listo, estarán en 10 minutos - dijo él.

- perfecto - dijo ella sin muchas ganas.

- Giselle ¿tienes novio o algo así? -

- no, no tengo, ¿tú tienes novia? -

- no no, yo tampoco -

- entonces ¿puedes contestar mis llamadas sin problema no? - dijo ella molesta.

- ya te lo dije, estoy ocupado -

- con tu novia ¿no es cierto? -

- tú no eres nadie para decirme eso - dijo él con voz dura.

- tienes razón, no soy nadie - reafirmó Giselle y escuché como se paró de su asiento.

Segundos después escuche la puerta de la cafetería abrirse.
Ella se fue.

No podía entender como todo se había salido de control.
Sentí que había fallado.
Me odiaba en este momento.
No pude hacer que los 2 se unieran pero ¿porqué?
Fleché a los dos.

Este tipo de cosas me ponían triste.
Los amores no correspondidos.

Podía sentir como Giselle estaba tan interesada en ese chico y como Enzo la trataba bien y al otro instante mal, ese chico si que era difícil de entender.

No quisiera ver sufrir a esta joven niña por mi culpa.
Tenía que arreglarlo, pero no sabía como.

Supongo que el amor no es perfecto.

Regresé a casa y le conté todo a la abuela.

- yo los vigilaré, si pasa algo importante te lo diré -

- ¿y que tal que no fleché a Enzo? - le dije a mi abuela.

- puede ser, cabe la posibilidad, por ahora no pienses en eso y veamos si solucionan su problema -

- y si no lo solucionan ¿como lo arregló?, me siento culpable -

- Valentín no está en tus manos -

- tienes razón abuela -

- calma, esto pasará -

- eso espero abuela -

- ya verás, se arreglará - dijo ella consolándome.


EL DÍA QUE CUPIDO SE ENAMORÓ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora