VIII

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Porque sí, me di cuenta.

Se rieron de mí, y creen que no me afecta.

Me hicieron de lado, y saben que me atormenta.

Socavando a alguien que tanto menosprecian.

Pero sí, me siguen haciendo injusticia y me revienta.

Quiero evitarlo, pero tampoco me quedan fuerzas.

Llorar, romperme, deshacerme, mientras que no encuentro salida.

Y recuerdos llegan a mí.

De nuevo ese instinto carmesí.

Que me quiere alejar de todos, que me quiere hacer dormir.

Constante lucha, pocos soportes.

Y ojalá pudiera contar con alguien.

Alguien mortal, alguien en que pueda confiar.

¿Cómo hacerlo si todos están de su lado?

¿Cómo hacerlo sin que todos me abandonen si está todo controlado?

Y me pregunto...

¿Está bien si quiero vivir?

Siempre tuve la culpa, ¿no es así?

Cuando nací.

Cuando hice lo que hice.

Cuando casi abandono todo.

Cuando continué viviendo.

Aún así hay tanta gente que dice preocuparse por mí.

Me hace sentir tan contradicctoria a lo que se sigue guardando dentro de mis anhelos

¿Y me odiarían por ello?

Mi corazón dice que sí, pero mi egoísmo no quiere.

Perdí algo que incontrolablemente era mío.

Que me llenó de angustia y dolor.

Que me hizo creer que de alguna manera podría evitar tantas cosas...

Tantas que no estaban al alcanze de mi mano.

Me hizo sentir culpable por tantos años.

Y hoy sonrío.

Pese a que sea una sonrisa vacía.

Para no mostrar mi dolor antes los demás.

Porque no está bien.

Porque no es correcto.

Porque no tienen la culpa de cómo me siento.

O la reacción que tengo.

Toca dormir.

Y visitar en sueños.

Aquello que tanto anhelo.

Ojalá fuera un beso.

.

.

.



Colección de poemas deshojadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora