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Y sí.

Odio mi vida.

Hasta quizá la odio más que a la vida misma.

Y sí, lo admito. 

Soy una suicida.

Que anhela morir más que nada encima.

Que lucha el día a día...

por haber prometido mantenerme con vida.

E inclusive mantener intacta mi piel...

porque no soporto esta agonía.

No soporto este dolor.

No soporto a mis falsas amigas.

No soporto al profesor que está en contra mía.

No soporto las caras que veo todos los días.

Ni siquiera soporto amanercer y estar con vida.

Díganme que está bien morir

Porque no agunto este sufrir.

¡Ser así es por tu pasado!

¿Qué otro pasado podría tener?

Escucho la música y algo se rompe en mi ser...

Quizá pude haber sido feliz, y no lo sabía.

Veo la sangre correr y está mi mirada perdida.

¿Podría vivir de manera adecuada?

Tengo un propósito establecido por ser humana.

Pero en este punto me siento ofuscada.

Y es el enojo conmigo misma que me hace querer desaparecer.

Acabar conmigo.

Dañarme.

Matarme.

Y lo pienso, y como cobarde, quiero llorar.

Porque no es justo.

No quise ser así.

No quise vivir así.

No quise morir así.

Pienso esto todos los días.

Lucha interna que me hace querer dormir.

Que me hace querer sufrir.

Y sí, podré soñar grande.

Podré ver lo que venga.

Podré ver a lo lejos.

Pero me degracié la vida.

Porque estas marcas no desaparecerán.

Ni aunque las pinte con alegría.









Colección de poemas deshojadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora