Los Pasos Del Alma

Mockingbird

~ It May Seem A Little Crazy, Pretty Childrens, But I Promise Mama's Gon'be Alright, And If You Ask Me To, Daddy's Gonna Buy You A Mockingbird. I'ma Give You The World I'ma Buy A Diamond Ring For You, I'ma Sing For You, I'll Do Anything For You To See You Smile ~

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

(Sound Track)

Es prisionero de un cruel destino, pero no le importa, después de todo es por su hija que hace lo que debe de hacer, prefería que su cuerpo fuera lanzado a cualquier bestia y ser despedazado antes que ver a su hija ser maldecida por culpa de aquella maldita serpiente, su Padre en su toda poderosa clemencia hacia su hijo favorito decidió aceptar la propuesta que el mismo sugirió, Adán Edén seria maldecido con una marca que le impediría morir, una marca que solo lo condenaba por su hija, por salvarla de este destino, pues bien decía su Padre "Ciertamente cualquiera que matara a Adán, siete veces sufrirá venganza", fue así que el primer hombre acepto llevar en sus hombros la carga que sería correspondiente, el no odiaba a su hija, no podía odiarla, ella peco es verdad, pero fue prácticamente aconsejada a cometer aquel acto cruel a su hermano Abel.

Fue entonces que dejo a cargo a su segundo hijo a cargo de sus hermanos y hermana mayor, Seth quien dolido al perder a su hermano mayor y ahora a su Padre cumplió lo pedido por este como un acto de despedida hacia él, después de todo ahora solo eran ellos y su Padre, Eva su Madre hace mucho que se había marchado para nunca volver, fue por ello que sus hijos adoraban a su Padre con todo su corazón, su Padre siempre velando por ellos, siempre cuidándolos, siempre animándolos, siempre amándolos, su Padre era incondicional hacia ellos.

Adán Edén se había marchado obligado a la maldición vagar por el mundo primordial, solo siendo su única compañía la luna y el sol, solo podía pedirle a su Padre que sus hijos supieran cuidarse entre sí, que Seth los defendiera que Caín fuera perdonada, que sus hijos e hijas fueran felices y que sus enseñanzas no fueran olvidadas.

.

.

.

.

.

.